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Se vende casino con historia en Espinardo
Incapaces de afrontar su mantenimiento, los apenas 25 socios de la centenaria institución plantean deshacerse de la propiedad del edificio
El casino de Espinardo (13.000 habitantes) escribe la página más triste de su centenaria historia y puede que también sea la última. Con ... las cuotas que abonan, los socios (26, con una media de edad de 70 años) ya no pueden afrontar los gastos de mantenimiento de las instalaciones, en plena calle Mayor. Así que echan el cierre y barajan deshacerse de la propiedad del edificio, que data de 1916 y es todo un emblema de este barrio del norte de Murcia.
La decisión de liquidar la sociedad refleja una situación límite que viene de lejos. La pandemia de la covid, en 2020, dio la puntilla al casino, que ya entonces no atravesaba por uno de sus mejores momentos. Con la crisis sanitaria, la actividad en el centro recreativo se redujo al mínimo y la nómina de socios cayó en picado. Algunos no renovaron y otros fallecieron. Después no hubo remontada. En una asamblea general, celebrada hace dos años, se acordó como mejor alternativa una cesión gratuita al Ayuntamiento: el inmueble pasaría a manos municipales con la única condición de que se destinara a uso y disfrute de los vecinos.
El anterior equipo de gobierno, de PSOE y Ciudadanos, vio con buenos ojos la propuesta y se redactó un convenio. Pero, a falta de perfilar algunos detalles, no llegó a formalizarse. Tras las elecciones municipales, la directiva del casino de Espinardo, que preside José Alemán, retomó las negociaciones con el nuevo ejecutivo local, del PP. Sin embargo, las conversaciones no terminan de fraguar. Alemán denuncia que nadie en La Glorieta contesta a los escritos que han presentado en el último año.
La primera opción fue la cesión gratuita al Ayuntamiento, pero el equipo de gobierno no contesta
Ante esa falta de respuestas, la institución se plantea la venta del edificio. Tras una nueva consulta con los socios, y después de revisar los documentos fundacionales de la entidad, los responsables del casino no aprecian impedimento alguno. Ya hay contactos con algún promotor interesado en levantar un bloque de pisos. El inmueble cuenta con un grado de protección que solo obligaría a conservar la fachada, de estilo modernista. «Lo único que dicen nuestros estatutos es que cualquier beneficio fruto de una operación de venta tendría que destinarse a entidades sociales sin ánimo de lucro», adelanta Alemán. Los socios argumentan que no ven otra salida, ante la ausencia de interés del Consistorio. Lamentan, eso sí, que el casino, cuya construcción fue promovida por los poderosos industriales del pimentón, se vea abocado a ese final.
Sin relevo generacional
«En los años 90, algunos de los que estamos ahora en la directiva entramos para reactivar el casino. Llegamos a contar con 170 socios; organizábamos campeonatos de dominó, cotillones de fin de año, exposiciones y una semana cultural. Pero ahora ya somos demasiado mayores; no hay un relevo generacional y nosotros ya no podemos mantener el edificio», avisa Alemán.
Ya hay contactos con algún promotor interesado en levantar pisos; habría que conservar la fachada
El edil socialista y expedáneo Andrés Guerrero defiende la viabilidad de la cesión gratuita al Ayuntamiento y lamenta que el acuerdo no llegara a materializarse en la anterior legislatura, cuando él ostentó las competencias de Urbanismo. «Es una espina que tengo clavada». Advierte de que «deben darse pasos rápidos o se perderá este trozo de historia de Espinardo». El enclave resulta goloso, ya que la normativa permitiría levantar un edificio residencial de cuatro plantas en el céntrico solar del casino.
La actual pedánea, Encarna Guillén, del PP, defiende que siguen las negociaciones y dice que quedan detalles pendientes de solventar. Parece que la pelota está en el tejado de la Concejalía de Cultura, si bien desde este departamento no han contestado a las preguntas de LA VERDAD. Guillén admite que Espinardo arrastra un déficit de espacios para celebrar actividades y que el casino sería una buena alternativa. De hecho, tanto el centro de la mujer como el cuartel de la Policía Local ocupan locales alquilados por el Consistorio.
Vecinos piden que las dependencias se destinen a paliar la falta de equipamientos públicos
En la misma línea se expresa la asociación de vecinos de Joven Futura. Su presidente, Chencho Mateos, apoya la idea de la cesión para albergar dependencias al servicio de los ciudadanos. «Se encuentra en un lugar neurálgico del barrio y tiene muchas posibilidades. Puede acoger una sala de estudio, servir de espacio para reuniones de los vecinos e incluso destinarse a sede institucional, para la alcaldía y donde celebrar los plenos de la Junta Vecinal», que ahora tienen lugar en un oscuro bajo de la calle Mahón.
La incertidumbre acecha a otros círculos agrícolas y ateneos
La situación de incertidumbre por la que atraviesa el histórica casino de Espinardo es un ejemplo de la decadencia que sufren espacios similares de otras pedanías como Santo Ángel, Alquerías, Algezares y Torreagüera. En esta última población sus vecinos luchan desde hace meses para conseguir que siga en pie la sede del círculo agrícola, un edificio levantado en los años 50. Su futuro depende de la catalogación que formulen los arqueólogos del Ayuntamiento de Murcia y del servicio regional de Patrimonio Histórico. Otros ateneos y centros recreativos se mantienen a duras penas gracias a las actividades que organizan los responsables de las cantinas ubicadas en esos inmuebles.
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