Vecinos de la pedanía murciana de Sangonera la Seca, sin piscina por un robo en las instalaciones
Los ladrones se llevaron diez escalerillas, una ducha y toda la rejilla; el Ayuntamiento no pone fecha a la reapertura
Los casi seis mil vecinos viven en la pedanía murciana de Sangonera la Seca apenas han tenido tiempo para disfrutar de la temporada de baño veraniego en la piscina municipal. A los pocos días de abrirse, en la madrugada del miércoles al jueves, se colaron en las instalaciones personas y robaron diez escalerillas, una ducha y toda la rejilla, lo que ha llevado al Ayuntamiento de Murcia a cerrar las instalaciones.
Un «acto vandálico», como lo califican desde el Ayuntamiento de Murcia, que ha dejado sin poder refrescarse de estas altas temperaturas a los usuarios de la piscina. El Consistorio desconoce cuándo se reabrirá, ya que no puede hacerse, indicaron, hasta que no reciban el material que fue sustraido, que ya han encargado, y este vuelva a colocarse. Los daños de la 'incursión' le va a suponer a las arcas municipales un desembolso de 10.000 euros. Hasta el momento desconocen la autoría de este robo, aunque «se está investigando lo ocurrido», comentaron.
No ayuda a evitar este tipo de fechorías el hecho de que la piscina del polideportivo de Sangonera la Seca, donde ha ocurrido el robo, sea de fácil acceso desde el exterior, con una valla de escasa altura que la separa de la calle. Por eso, desde el Ayuntamiento explicaron que se está estudiando como medida preventiva mejorar la seguridad del perímetro del recinto.
Es una situación que se repite en otras piscinas municipales. Como en la pedanía de La Ñora, donde las quejas por el vandalismo son recurrentes cada verano. En los últimos años, los vecinos que viven en casas cercanas a las instalaciones, ubicadas junto a la Rueda, han alertado de que grupos de jóvenes se cuelan casi todas las noches en el recinto y saltan al agua desde el edificio de los vestuarios.
Muchos usuarios se acercaron al no saber que estaba cerrada
El cierre de las instalaciones pilló por sorpresa a no pocos usuarios que, al ser el primer fin de semana desde su anunciada apertura, y con casi 40º de temperatura, hicieron planes para pasar el día en remojo, con las viandas a cuestas. Eso le pasó a una familia que se acercó, a pie, desde la vecina Alcantarilla. «No teníamos ni idea», comentaron contrariados, y, antes de volverse a casa, decidieron comer en una sombra cercana. También hubo quienes se acercaron a la piscina, pero esta vez en coche, con el mismo resultado, y tras comprobar reiteradamente que estaba cerrada, se marcharon.
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