Una tienda de barrio que vende a granel en Murcia

Legumbres de Albacete; hierbas medicinales de Cobatillas; frutos secos de Orilla del Azarbe; miel de apicultores locales con colmenas de abejas repartidas por Yecla, Jumilla, Torre Pacheco y Sierra Espuña; mermeladas de la pedanía caravaqueña de Archivel; especias de Cabezo de Torres; y pimentón procedente de Totana.

Son algunos de los productos que más éxito tienen en este negocio ubicado en el barrio del Carmen, cuyo nombre es toda una declaración de intenciones: Vida Nature a Granel. Un concepto con el que Rosa, una carmelitana de 46 años de familia de comerciantes, apuesta por la vuelta al sistema de toda la vida para hacer la compra, con la sostenibilidad por bandera.

«Hacemos un 5% de descuento a los clientes que vienen con sus tarros de cristal o bolsas de tela para llevarse la compra a casa, con el objetivo de evitar en la medida de lo posible el uso de plásticos porque estamos muy comprometidos con que hay que cuidar el medio ambiente», destaca la propietaria del establecimiento de venta a granel que premia a los compradores comprometidos con la sostenibilidad del planeta. Sobre aquellos productos que por sus características no pueden venderse a granel y se comercializan envasados, Rosa explica que «los materiales del embalado son totalmente ecológicos para no perder nuestra filosofía sostenible ».

Otro de los productos más buscados en el establecimiento de Rosa son las legumbres, que se exponen en sacos para que los clientes se sirvan a su antojo. «La venta a granel hace que la gente se pueda llevar a casa la cantidad que realmente necesita; una fórmula que los clientes agradecen porque en el supermercado tienen que comprar la bolsa entera», resalta la propietaria de este negocio que ofrece leguminosas como lentejas, garbanzos, habichuelas y soja.«También tenemos trigo para hacer el típico guisado murciano», añade.

Entre la gran variedad de productos que Rosa vende en su tienda de barrio a granel también destacan delicias típicas de la tierra, como es el caso de las habas -para comer solas o cocinarlas como michirones- y el arrope. El negocio también cuenta con multitud de bebidas vegetales, endulzantes, semillas dietéticas, huevos ecológicos, 'tapenade' artesanal (hecho a base de tomate seco y aceitunas), caramelos, vermut, velas, inciensos, esencias, jabones y champús naturales.

Un amplio abanico en el que también hay frutas deshidratadas, que se venden «como si fuesen golosinas» y a «los críos les encantan», según apunta Rosa. En definitiva, un gran surtido de productos naturales con los que la tienda ha conseguido hacerse un hueco en el castizo barrio, donde los vecinos han respondido con una «gran acogida maravillosa».