El Seprona investiga las obras en el entorno BIC del Molino del Batán en Murcia
Huerta Viva sospecha que los trabajos de urbanización de la zona, conocida como la Nueva Flota, carecen de los permisos necesarios de Patrimonio Cultural
No están teniendo mucha suerte en su mantenimiento y conservación los restos islámicos y su entorno declarados Bien de Interés Cultural (BIC), o en proceso ... desde hace casi una década, y que integran la Torre del Moro, el Molino del Batán y la zona verde que riega el Azarbe Mayor Norte. Muchas veces advertido por las entidades conservacionistas del patrimonio de Murcia, en esta ocasión una de ellas, Huerta Viva, ha dado un paso más y ha presentado una denuncia ante el Seprona de la Guardia Civil al sospechar que las obras de urbanización de la zona, conocida como la Nueva Flota, no cuentan con los necesarios permisos de la Dirección General de Patrimonio Cultural.
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Una situación que también ha trasladado a la Comunidad Autónoma y al Ayuntamiento de Murcia, a los que pide que se paralicen «de inmediato» las obras de urbanización en marcha en este entorno BIC; que se acondicione de nuevo la Torre del Moro y que se ponga en marcha el régimen sancionador y de expropiación del Molino del Batán por grave incumplimiento de la Ley de Patrimonio regional.
Situados en la pedanía de Zarandona, el origen de los restos se remonta a los siglos XII y XIII y se especula con la posibilidad de que se tratase de una zona de recreo, tipo huerto, de alguna familia aristocrática de la Murcia andalusí. La Torre del Moro es de propiedad municipal, el Molino del Batán es privado y está en venta, y el Azarbe Mayor pertenece a la Junta de Hacendados.
Patrimonio abre diligencias y programa una visita con técnicos del Ayuntamiento para comprobar la situación
La declaración de máxima protección obliga por ley, recuerdan desde Huerta Viva, a que cualquier intervención en el ámbito delimitado del monumento o su entorno «sea cual fuera su finalidad y que suponga la alteración» de su estado actual requiere previamente, la autorización de esa Dirección General.
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A pesar de esta restricción, la asociación conservacionista, según explicó su portavoz, José Antonio Moreno Micol, ha comprobado que se están realizando obras que afectan al entorno protegido, «y que por sus características agresivas no deberían tener autorización por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural al ir en contra de lo establecido en la resolución y en la Ley de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia».
Detalló que se han detectado movimientos de tierra, excavaciones con maquinaria pesada, vertidos de zahorra, instalación de conducciones y relleno del pantano con tierra y grandes tubos «a pesar de ser parte integrante del BIC». Para Huerta Viva, «esta degradación y daños irreparables en el patrimonio se están dando ante la terrible dejación e incapacidad de las administraciones públicas, que deberían velar por su conservación».
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La asociación insistió en que el expediente abierto en 2016 para declarar BIC todo el entorno, que aún no está cerrado, ya recogía que «con la torre islámica se liga desde fecha muy antigua el colindante edificio del Molino del Batán, cuyo uso se ha mantenido hasta fechas recientes; un molino de acequia, de alto valor etnográfico y cultural que por su historia y relación con la torre constituye una unidad como monumento».
E incluye el histórico Azarbe Mayor Norte, aún con funciones de riego en la huerta, que, debido a los desarrollos urbanísticos de la zona, entubó la Junta de Hacendados hace unos años, a la vez que desvió su cauce. «Lo hicieron junto al puente protegido para sortear el Molino, dejando el antiguo tramo sin paso de agua e inutilizado, a la vez que se enterraba la cara oeste del puente», lamentaron los conservacionistas.
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En su opinión esta obra «es contraria a la Ley de Patrimonio y supone un claro atentado contra el conjunto a la vez que deja inutilizado el molino por no tener agua, lo que reduce su valor etnográfico», subrayó Moreno. Huerta Viva pide «con urgencia» un plan director que reconecte el Azarbe con el tramo de agua que pasa junto a la torre y bajo el molino.
Ante el escrito de denuncia de obras en parcelas próximas al bien por parte de la asociación Huerta Viva, desde la Dirección General de Patrimonio Cultural explicaron que habían abierto «las diligencias oportunas para comprobar si los hechos denunciados requieren de nuestra intervención. De ser así se tomarán todas las acciones que estén en nuestra mano».
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Igualmente, indicaron que se prevé una próxima visita de inspección conjunta por parte del personal técnico del Servicio de Patrimonio y del Ayuntamiento «para comprobar si hay afección real o no de las obras en ese entorno».
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El desacuerdo con el precio de venta atasca la cesión al Ayuntamiento
El futuro de la propiedad del Molino va a ser, sí o sí, de titularidad municipal. Sin embargo, hasta que esto llegue, el actual propietario está batallando en los tribunales el precio de su venta, que, cuando se anunció, rondaba los 300.000 euros, «negociables»; de eso hace ya seis años.
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Según explicaron fuentes del Ayuntamiento de Murcia, el caso está inmerso en un contencioso administrativo, siendo los protagonistas la Junta de Compensación de la promoción urbanística en la que está ubicado, y su dueño. La razón: no hay acuerdo en el precio fijado por la Junta para expropiar el molino.
En una primera sentencia, el tribunal falló a favor del propietario, pero esta fue recurrida por la Junta de Compensación, y ahí sigue el proceso judicial, del que debe salir el precio definitivo.
El Ayuntamiento ya es propietario de la Torre del Moro y, según indicaron las mismas fuentes, «estamos deseando que acabe la disputa, porque dentro del plan parcial en desarrollo se ha incluido la cesión al Consistorio del molino y de toda la zona verde que le rodea».
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La intención, dijeron, es hacer una recuperación integral de todo el enclave patrimonial.
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