La responsable de Teatre descarga en el organizador de la fiesta la responsabilidad del fuego frío que supuestamente causó el incendio
«Carlos R. era el que organizaba esas fiestas y el que suministraba todos los espectáculos que llevaba», recalca Eva M. ante la jueza
Los supuestos responsables de la tragedia de Atalayas, que el pasado 1 de octubre se cobró la vida de 13 personas, siguen pasándose la pelota. La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia continuó este martes escuchando a los investigados por el brutal incendio en las discotecas Teatre y La Fonda Milagros, en esa conocida zona de ocio de Murcia. En esta ocasión, fue el turno de Eva Martínez y Juan Inglés Rojo, supuestos responsables del primero de estos locales -donde, según el informe concluyente de la Policía Nacional, se originó el fuego-, que apenas ofrecieron respuestas.
Eva Martínez fue la única que optó por abrir la boca ante la instructora -Rojo se negó a declarar-, pero únicamente se prestó a contestar a las preguntas de su abogado defensor, José María Caballero. En una declaración de apenas diez minutos la investigada descargó la responsabilidad del uso de la máquina de fuego frío aquella madrugada en otro de los investigados, Carlos R., organizador de la fiesta We are Remember que se celebraba en el local cuando se produjo el incendio. «Él era el que organizaba esas fiestas y el que suministraba todos los espectáculos que llevaba», recalcó.
La responsable de Teatre explicó que era Carlos R. el que se encargaba de organizar la fiesta de aquella madrugada y que él fue el que trajo el espectáculo de fuego frío junto con su amigo, Alfonso G., propietario de la máquina. «Alfonso era el chico que iba siempre con él», explicó. «A mí Carlos me dio su teléfono porque alguien tenía que abrirle el local para dejar las cosas». La investigada aportó algunos carteles y varias fotografías para tratar de incidir en la labor conjunta que Carlos R. desarrollaba con el dueño de la máquina de frío y para intentar descargar responsabilidad en el primero.
La responsable de Teatre aseguró, además, desconocer que el local funcionaba sin licencia y pese a existir una orden de cese de actividad fechada un año atrás. «Yo pensaba que estaba todo en regla», recalcó. La investigada, a preguntas de su defensa, incidió en que el desalojo de Teatre, tras detectarse el incendio, «fue muy rápido» y que aquella madrugada funcionaban dos puertas por las que los clientes pudieron escapar de las llamas. Al no someterse a las preguntas de la Fiscalía ni del resto de partes, Eva M. no tuvo, sin embargo, que ofrecer explicaciones sobre si se dio aviso a la discoteca Fonda Milagros, donde finalmente fallecieron 13 personas, tal y como lamentaron los letrados Francisco Adán y Francisco Javier Verdú, que ejercen la defensa del responsable de este segundo local.
«Mi cliente no tiene responsabilidad porque el fuego frío no es una actividad peligrosa»
El letrado Raúl Pardo-Geijo Ruiz, que defiende a Carlos R., el organizador de la fiesta que se celebraba en Teatre la madrugada del fuego, remarcó que, independientemente de si existió o no contrato, su cliente no tiene responsabilidad en la tragedia. «Mi cliente no tiene que responder porque él contrata una actividad que no es peligrosa», remarca. «No se exige ninguna titulación ni requisito para realizar esa actividad, así que ninguna responsabilidad podría tener». El penalista aseguró además que ya está acreditado en la causa que la discoteca Teatre había contratado espectáculos de fuego frío para otras fiestas previas a la que originó la tragedia.
