Puebla de Soto se moviliza para salvar la ermita de San Antón
El pedáneo lamenta «la falta de interés» tanto del Obispado como del Ayuntamiento a la hora de recuperar el edificio, que amenaza ruina
«Con cualquier temporal fuerte que llegue, la estructura puede colapsar y nos quedamos sin ermita». Es la advertencia que lanza Francisco Galera, pedáneo de ... Puebla de Soto (casi 1.900 habitantes), acerca del estado de conservación que presenta el pequeño templo dedicado a San Antón y enclavado en el carril de la Escudera. El riesgo de derrumbe le ha llevado a liderar una campaña para reivindicar la restauración urgente del inmueble religioso, datado a finales del siglo XVIII.
Los daños que presenta la construcción son numerosos: desde grietas, desconchones y hundimientos hasta filtraciones de agua que han dejado los primeros desprendimientos en la techumbre. «Su situación resulta ruinosa y de total abandono», concluye Galera. El pedáneo, del PP, ha decidido pasar a la acción con una recogida de firmas tras intentar, sin éxito, recabar ayuda. Y lamenta «la falta de interés» tanto del Obispado (propietario de la ermita) como del Ayuntamiento de Murcia que «desoyó la propuesta de que el edificio pasara a manos municipales para así poder destinar fondos de la propia Junta Vecinal a la rehabilitación».
El pequeño templo de San Antón de Puebla de Soto responde al diseño de ermita barroca rural, con portada adintelada y espadaña donde cuelga la campana más antigua de la pedanía. Hasta 2019, la familia Orenes y la Diócesis compartían la propiedad al 50%. Ese año el edificio, sin uso desde la década de los 90, pasó a tener un solo dueño: la Iglesia tras la cesión gratuita formalizada por Mercedes Orenes.
Una campaña de recogida de firmas reivindica la rehabilitación urgente del pequeño templo, de finales del siglo XVIII
El pedáneo explica que la restauración requeriría de una inversión de 30.000 euros, según una valoración técnica provisional. Pero el Obispado «nos ha dicho que no tiene fondos económicos» para acometer las obras. Este diario intentó ayer sin resultado recabar la versión del ecónomo de la Diócesis, Manuel Guillén, que es también el vicario de esta zona pastoral. Galera hace un llamamiento a sus vecinos para que se sumen a la movilización para salvar la ermita: «Si la situación se torna irreversible, entonces de nada valdrán las lamentaciones».
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