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Convertir la basura en riqueza. Esa debe ser la máxima aspiración de una sociedad que tiende a la sostenibilidad. La Unión Europea lleva ya ... tiempo ensayando proyectos y políticas que tiendan a tal fin y Murcia se encuentra en el epicentro de una de estas iniciativas. Una propuesta que puede desatar los recelos de los más aprensivos, pero que también puede aportar un indudable valor gran parte de lo que acaba en nuestro cubo de la basura.
Larvas de la mosca soldado. Este es uno de los elementos claves de los procesos que se están ensayando ya a pleno rendimiento en la planta de reciclaje de Cañada Hermosa a través del proyecto Valuewaste, y cuya puesta en funcionamiento fue presentada ayer por el alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, y diversos participantes en la propuesta. El concepto es simple: utilizar los desperdicios orgánicos, tratados previamente, para alimentar a estos insectos, de forma que puedan ser convertidos en diferentes productos y subproductos a reutilizar.
En concreto, se obtienen por un lado proteínas, que pueden ser empleadas como fertilizantes o, incluso, como alimento para humanos o animales. «Además de las reticencias en su consumo, la entrada en la cadena alimentaria no se encuentra autorizada legalmente, pero, por ejemplo, en Canadá y Noruega se utilizan para alimentar salmones», explican técnicos de Entomo Industrial, empresa participante en el proyecto, mientras que estos 'gusanos' se retuercen frente a ellos en un cajón.
También se consigue grasa, que es posible destinar a biodiesel, jabón o cera para suelos, entre otras posibilidades. Y finalmente queda el exoesqueleto o piel de las larvas, que puede ser aprovechado por la industria textil, de bioplásticos o de depuración de agua. «Es un proceso en cascada, porque al tratar los residuos también conseguimos biogás para utilizar en esta planta», añaden. No obstante, el objetivo no es ahora mismo el de comercializar estos productos, sino el de comprobar su seguridad y extraer conclusiones. Este será el propósito del último año del proyecto. Para llegar al futuro, hay que trabajarlo en el presente.
Una parte del proyecto Valuewaste recae en las entidades públicas y privadas que colaboran y acometen el tratamiento de los residuos: 17 socios procedentes de seis países europeos. Pero la otra parte implica la colaboración de los ciudadanos, que deben depositar adecuadamente sus residuos orgánicos en el llamado contenedor marrón para que la iniciativa tenga éxito. Este ya se encuentra implantado en el barrio de La Flota, en las plazas de abastos, en el mercado semanal de La Fama y en las pedanías de La Alberca y El Palmar. El objetivo del Ayuntamiento es que estos contenedores entren en funcionamiento en todos los barrios y pedanías del municipio en 2022. «No hay que olvidar que la Unión Europea ha fijado el 31 de diciembre de 2023 como fecha tope para implantar ese quinto contenedor en todos los municipios con más de 5.000 habitantes», explica el director gerente de Cespa, Antonio Igualada, al tiempo que defiende que «Murcia ha hecho los deberes para cumplir con ello». Cada ciudadano Europeo genera 200 kilos de biorresiduos anuales. «Con Valuewaste se quiere demostrar que es posible tratar una tonelada de desperdicios diaria, de forma que se puedan obtener unos 50 kilos de proteína», explican desde Entomo Agroindustrial.
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