

Secciones
Servicios
Destacamos
José Antonio R. M. no tenía la menor intención de entregarse a los policías locales que habían saltado la valla de tres metros de altura que rodea su casa para detenerle. Los agentes se habían protegido con chalecos antibalas y desenfundado sus pistolas. La situación lo precisaba, era crítica, ya que José Antonio llevaba en una mano una escopeta de cañones recortados.
Un policía local de Murcia le dio una orden a voz en grito: «¡Al suelo!». El hombre se negó a entregarse y el agente se vio obligado a realizar un disparo disuasorio al aire. José Antonio, presuntamente, había acuchillado a tres personas dentro de la vivienda. A su suegra, a su padre y a su pareja.
Su suegra, Dolores, de 77 años, falleció por las heridas, mientras que su pareja, Ana, de 44 años, y su propio padre, de 67 años, resultaron heridos de gravedad por las cuchilladas. La casa, un chalet con terreno vallado, se encuentra donde muere un camino en una urbanización tranquila de la pedanía murciana de Sangonera la Seca donde los vecinos se conocen de vista, el tránsito es escaso y cualquier coche extraño alerta a los residentes. Fue el caso del vehículo policial que entró volando por la calle sobre las ocho de la tarde del miércoles.
Fina, vecina de la pareja, lo presenció desde la puerta de su casa. «Me asusté. Vi que los policías abrían el maletero del coche y se ponían los chalecos antibalas. Luego se escuchó el disparo y el grito de ¡al suelo! Él no se dejaba agarrar, se resistía. Llevaba una escopeta recortada. Se escuchaba como si fuera una batalla», relató este jueves aún conmocionada.
Pocos minutos después llegaron varias patrullas de la Guardia Civil, así como ambulancias. Los agentes rodearon la casa. Ana había llamado al 112 a última hora de la tarde y pidió ayuda desesperada porque había sido apuñalada y alertaba de que su pareja también había atacado a cuchillo a su madre y a su suegro, en presencia de sus hijos, dos niños pequeños, de entre 4 y 7 años de edad.
Con José Antonio, de 44 años, ya detenido, los guardias civiles entraron a la casa y encontraron el cadáver de Dolores, la suegra del agresor y originaria de Alcantarilla, donde la familia regenta una floristería. Las heridas eran compatibles con arma blanca. Su hija Ana permanece ingresada en estado grave en el hospital de La Arrixaca, según informan fuentes cercanas al caso, al igual que el padre del atacante. La Policía Judicial de la Benemérita se hizo cargo del caso y lo investiga en el ámbito de la violencia de género al haber herido de gravedad a su pareja con un cuchillo.
Según las fuentes, José Antonio es consumidor habitual de marihuana y tiene antecedentes relacionados con el consumo de sustancias estupefacientes. Además, está diagnosticado de una afección mental. En el barrio, algunos vecinos señalan que se le veía solo con su padre, vecino de Librilla y que solía visitar la casa para acompañar a su hijo, «como si estuviera siempre vigilándolo». Además, describen que era una persona «poco social», según afirmó Elisabeth, otra vecina de la pareja. La mujer explicó que conocía a la familia desde hacía quince años, cuando se mudaron a esa casa. «Al principio él era más abierto, se le veía salir de la casa de manera usual. Pero desde hace unos años para acá, se le dejó de ver. Pensábamos que estaba enfermo, pero esto nadie se lo esperaba».
Tanto Fina como Elisabeth coinciden en que en la casa no escuchaban gritos, ni discusiones, ni conocían que hubiese habido episodios de maltrato. La Guardia Civil confirma que «entre el detenido y su pareja no existían antecedentes por violencia de género».
Ana es dueña de una empresa que se dedica a la venta por internet de sistemas informáticos y electrónicos, y en ocasiones se veía furgonetas de reparto de mercancía en su domicilio.
«Él le ayudaba con el negocio», apunta Elisabeth. José Antonio permanece detenido en las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia y este viernes pasará previsiblemente a disposición judicial. Cuando declare, será el titular del juzgado de Instrucción en funciones de guardia quien decida su ingreso en prisión y si traslada el caso al tribunal especializado en violencia de género.
El hombre de 44 años detenido el pasado miércoles por matar presuntamente a su suegra en la pedanía murciana de Sangonera la Seca y herir a su pareja y a su padre padece un trastorno mental, «al parecer esquizofrenia», según apuntan fuentes cercanas al caso. Asimismo, no es la primera vez que sufre un episodio grave.
Hace unos dos años su familia denunció su desaparición y fue localizado por la Policía italiana en un aeropuerto, adonde había llegado con la intención de viajar a un país del sudeste asiático. Los agentes lograron identificarlo gracias a la denuncia de desaparición activa en España. Aseguraron que se encontraba desorientado, aunque en condiciones físicas normales.
El hombre pidió entonces a la Policía que avisaran a su familia de que se encontraba bien, pero insistió en que no revelaran su paradero, ya que no quería que supieran dónde estaba.
Los vecinos señalan que fue a partir de ese momento cuando la personalidad de José Antonio se volvió antisocial y solitaria, «presumiblemente por su adicción».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.