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Diego Frutos firma el nuevo protocolo, en presencia del alcalde Ballesta y el concejal Navarro Corchón. Nacho García / AGM

El Ayuntamiento de Murcia y los huertanos recuperan su protocolo: «Estamos condenados a entendernos»

El documento recoge la financiación de la limpieza de los cauces cimbrados para su uso público y emplaza a las partes a «una agilización de las actuaciones en materia urbanística»

Martes, 23 de julio 2024, 14:02

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«Son dos instituciones condenadas a entenderse porque gestionan intereses compartidos», reconocía este martes el concejal de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente, Antonio Navarro Corchón, durante la rúbrica del nuevo Protocolo General de Actuación entre el Ayuntamiento de Murcia y la Junta de Hacendados. «Sencillamente es un punto y seguido; es una satisfacción firmar un acuerdo de colaboración que estuvo vigente, que fue suspendido y que ahora vuelve a retomarse», subrayó el presidente de esta comunidad tradicional de regantes, Diego Frutos, recordando, de alguna manera, las tiranteces que surgieron en el mandato anterior entre los huertanos y el gobierno del socialista José Antonio Serrano y destacando la apertura de un clima de trabajo nuevo con la vuelta de Jose Ballesta a la alcaldía.

Supone un elemento central de este documento la recuperación de la subvención nominativa que el Consistorio otorga a la Junta de Hacendados para que acometa la limpieza de los cauces que han sido cimbrados con el objetivo de destinar su superficie al público, con la construcción de caminos, carreteras, pasos peatonales o jardines, entre otros. Por este concepto, el Consistorio murciano ha presupuestado para este año el abono a esta comunidad de regantes de 200.000, al margen de las cantidades que esta reclama al Ayuntamiento por trabajos ejecutados y no abonados en ejercicios anteriores.

En principio, el protocolo ha sido suscrito por un plazo de cuatro años, prorrogable, con lo que se parece garantizar esta contribución económica municipal al mantenimiento de la red de acequias y azarbes de la huerta de Murcia, la cual se ubica en su mayor parte en el municipio capitalino, aunque sin olvidar su menor presencia en los de Alcantarilla, Beniel y Santomera. Sin embargo, según destacan fuentes municipales, este «documento abierto» también contempla otros ámbitos de intervención como el de «la agilización de las actuaciones en materia urbanística». Hay que recordar que la denuncia del anterior protocolo por parte del gobierno socialista llegó después del inicio de la segunda fase de las obras de hormigonado de la acequia Benetúcer a su paso por Llano de de Brujas.

El Consistorio rechazó la realización de los trabajos por carecer estos de licencia de obra, algo que la Junta rechazaba necesitar al amparo de la Ley de Aguas. Los tribunales, en diversas sentencias, han acabado por asentar, como interpretación prioritaria, la necesidad de dicha autorización municipal para la mayoría de actuaciones en los cauces tradicionales, por lo que los huertanos esperan articular los mecanismos adecuados para que dichas actuaciones se puedan acometer con agilidad. En ese sentido, también apuestan los huertanos por llegar a acuerdos con el Ayuntamiento sobre los trabajos de «modernización» que es posible realizar en aquellos cauces que se encuentran «más deteriorados» con soluciones técnicas adecuadas.

Dichos acuerdos deben ser compatibles con lo dispuesto en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que establece en su artículo 9.1.3. de Preservación del Paisaje Tradicional la obligación de preservar «los cauces naturales y su vegetación asociada, así como las acequias y canales de riego», y cuyo cumplimiento estricto exigen entidades conservacionistas como la Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur). La Junta de Hacendados considera, sin embargo, que existe un margen de actuación para adecuar esos cauces a las condiciones de producción actuales, «como se ha hecho entros municipios de la de la Vega Baja o en Valencia, facilitando el trabajo y no expulsando aquellos que quieren seguir manteniendo la huerta como un entorno productivo vivo».

Renovación generacional

De hecho, Frutos señalaba ayer que «no hay tanta gente interesada como quisiéramos» dispuesta a participar en la renovación generacional de la huerta, imprescindible para su la conservación de esta, la cual trasciende su importancia para el municipio de Murcia más allá del plano económico. «La red de riego tradicional con sus acequias y azarbes, además de su valor hidráulico funcional e histórico, tiene un fuerte potencial estructurante del territorio como corredor ecológico que configura el paisaje y como atractor turístico y lúdico, al integrarse en espacios de uso público», recordaba Navarro Corchón, destacando que el municipio «hunde sus raíces en ella».

En ese sentido, el concejal remarcó que «la recuperación del patrimonio hidráulico que conforman el río Segura y la red de riego tradicional, sobre la que se anunciarán nuevas iniciativas próximamente, será un pilar fundamental de cara a la conmemoración, en 2024, del 1.200 aniversario de la Ciudad de Murcia, aunando tradición y futuro, al tiempo que se respete, cuida y protege la identidad de Murcia». Asimismo, el convenio contempla entre sus fines la protección y promoción del Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia, tribunal consuetudinario que está declarado como Patrimonio de la Humanidad como «depositario ancestral de la identidad local y regional», cuya importancia justifica sobradamente su protección y promoción en el marco de este protocolo. Sobre esta cuestión, el Consistorio elaborará una programación específica de cara a la próxima Semana de la Huerta, que se celebrará del 5 al 13 de octubre.

Por su parte, el alcalde de Murcia, José Ballesta, que estampó su firma en dicho acuerdo, destacó que «a través de este protocolo queremos reconocer la labor de las personas que la mantienen en producción y que cuidan de ese incalculable legado. La Junta de Hacendados, más de 23.000 murcianas y murcianos, huertanas y huertanos que se encargan en primer lugar de la gestión óptima del agua de riego; en segundo lugar, de la defensa y aplicación de las ordenanzas y costumbres de la huerta de Murcia; y en tercer lugar del mantenimiento y mejora de todas las infraestructuras. Cuidan de 8.000 hectáreas que van desde la Contraparada a la vereda del Reino, ya en el límite con la provincia de Alicante, con Orihuela», quien también ha añadido que «no hay huerta sin huertanos».

Desconfianza de las entidades conservacionistas

Por su parte, distintas entidades conservacionistas mostraron este martes sus reticencias en relación al contenido de dicho convenio que han solicitado conocer. Desde Huermur, su presidente Sergio Pacheco, señaló que la semana pasada ya pidieron por registro copia completa del expediente del protocolo. «Sospechamos que siguen empeñados en homigonar acequias», añadió. Lo mismo anunció que hará Huerta Viva, según indicó su presidente, José Antonio Moreno Micol. «Vigilaremos de muy de cerca cualquier actuación en la red de riego y la supuesta limpieza que hace la Junta de Hacendados en los tramos entubados con una subvención anual de 200 euros», remarcó.

Añadió, además, que «no nos fiamos porque ese convenio lo firman los mismos que durante años se han dedicado a entubar y hormigonar la histórica red de riego de la huerta de Murcia y a mantenerla prácticamente en el abandono y la inmundicia. Seguiremos exigiendo una recuperación de la red de regadío acorde a sus valores culturales, medioambientales y paisajísticos, siendo ésta la esencia de una huerta que muere por la inexistencia de una buena gestión, como podemos ver en la falta de salida de sus productos o en una planificación urbanística desastrosa que la está convirtiendo en un gran solar de chalés y terrenos abandonados. Con esta perspectiva, ¿qué joven se va a dedicar a cultivar un huerto?», concluyeron desde Huerta Viva.

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