Cinco motivos por los que Alicante será tu escapada perfecta este otoño
Turismo ·
La mejor gastronomía, temperaturas suaves y lugares de ensueño convierten a Alicante en un destino idóneo más allá del veranoEfq
Alicante
Sábado, 4 de octubre 2025, 07:49
Cuando uno piensa en Alicante, se le vienen a la cabeza sus playas, su clima cálido, sus arroces, sus interminables veranos. Pero con la llegada del otoño, el calor amaina y Alicante se transforma. El turismo da paso a la calma, el calor a las suaves temperaturas, los arroces perseveran y a ellos se les suman muchos otros platos típicos más oportunos para los climas ligeros.
Alicante, en otoño, se transforma. Y lo hace para bien, porque en esos meses de pisar hojas secas, se puede disfrutar de la playa con menos calor y menos gente, de la gastronomía en un ambiente más local y cercano (este año, Alicante ha sido escogida Capital Española de la Gastronomía, que no es poco) y de las maravillas que ofrece la ciudad, que en los meses estivales pasan más desapercibidas.
Hoy te damos cinco motivos irrevocables por los que la ciudad de Alicante debe ser el destino de tu escapada de este otoño.
1. El barrio de Santa Cruz y su inconfundible color
Pocos atardeceres urbanos existen en la geografía española como el que el otoño imprime sobre el barrio de Santa Cruz de Alicante. Allí, con el ocaso, sobre fachadas y pavimento se refleja ese morado anaranjado que tanto representa a la Comunitat Valenciana.
El de Santa Cruz es el barrio más pintoresco (y uno de los más antiguos) de la ciudad. Sus estrechas y empinadas calles, que datan del primer asentamiento judío en la ciudad allá por el siglo XIII, contrasta por el cuidado que sus vecinos depositan en él: en los balcones es común ver flores, plantas y adornos diversos.
Allí, uno puede visitar la Ermita de Santa Cruz y pasear hasta el mirador del barrio, desde donde se observa toda la ciudad y también el mar, otorgando al vecindario de una esencia especial e irremplazable. Y para cuando cae la noche y el estómago empieza a rugir, el barrio ofrece multitud de posibilidades gourmet, desde las más asequibles hasta las más refinadas. San Telmo Gastrobar, el restaurante Pelican o Las brasas de San Miguel son algunos de los lugares idóneos para terminar un día en la ciudad de Alicante.
2. El Castillo de Santa Bárbara, mucho más que un castillo
Muy cerca del barrio de Santa Cruz, en lo alto del monte de Benacantil se alza el imponente Castillo de Santa Bárbara, lugar que posee un incalculable valor arqueológico, pero que va mucho más allá. Las posibilidades allí son innumerables: desde visitas a exposiciones por el interior del castillo, paseos con las mejores vistas de Alicante, conciertos, experiencias gastronómicas como la original degustación en la Torre de Santa Catalina ubicada en la parte alta del castillo, visitas teatralizadas e incluso fines de semana temáticos en el interior de la fortificación.
El Castillo de Santa Bárbara es mucho más que un castillo. Allí dentro se puede disfrutar de la cultura en su máxima expresión, de la gastronomía y el mejor vino, de conciertos al aire libre… Un lugar que a cualquier visitante dejaría encantado.
3. El Parque de Canalejas: otoño en estado puro
Alicante no sería lo que es de no ser por el Parque de Canalejas, uno de los emplazamientos más importantes de la ciudad por su frondosa vegetación. Este precioso lugar es idóneo para visitar en otoño por razones obvias, pero es que además de su valor natural, se encuentra ubicado de forma paralela al mar y al puerto deportivo, lo que le confiere un valor añadido.
El parque, que es el más antiguo de toda la ciudad, está lleno de rincones especiales. Uno de ellos está nada más acceder a él, donde se levanta la escultura de una pareja de perros en mármol blanco del siglo XVIII. A su vez, los visitantes también pueden contemplar un monumento al escritor alicantino Carlos Arniches y, entre otras muchas cosas, la vistosa Fuente del Niño Flautista, datada también del siglo XVIII. Un lugar, en definitiva, maravilloso para visitar cuando la luz tardía del otoño lo impregna todo.
4. La Explanada de España, un paseo marítimo para recordar
Bordeando una larga fila de palmeras a pie del puerto de Alicante, se encuentra la Explanada de España, un paseo marítimo icónico y muy popular que transcurre desde la Puerta de la Mar hasta el Parque de Canalejas. Como curiosidad, su suelo de mármol está compuesto por la friolera de 6,6 millones de teselas de color rojo, crema y negro que simulan las olas del mar.
La Explanada del Mar es un lugar perfecto para pasear a la sombra de las palmeras y disfrutar de las vistas al mar a lo largo de los 600 metros de longitud que tiene el paseo. Allí se encuentra el auditorio municipal 'La Concha', un escenario al aire libre que acoge conciertos y festivales a la fresca. Y también la histórica Casa Carbonell, datada en 1925. Todo rodeado de multitud de restaurantes desde los que disfrutar de la gastronomía alicantina con vistas al mar.
5. El atardecer en el puerto de Alicante, la guinda de un día perfecto
A los pies del Castillo de Santa Bárbara se encuentra el maravilloso puerto de Alicante, perfecto para conectar con la esencia marítima tan particular que atesora la ciudad. Allí, contemplar un atardecer es uno de los mejores planes que se puede hacer tras un día visitando la ciudad de cabo a rabo.
Este es uno de los puertos más antiguos de España. Fue declarado oficialmente como tal nada menos en el año 1271. Hoy día, no solo es hogar de pescadores, sino también de una amplia marina deportiva con restaurantes de gran calidad, locales de ocio y diversidad de tiendas. En el puerto, además, se celebran habitualmente conciertos, por lo que conviene consultar la programación si decides pasar en Alicante algún fin de semana de este otoño.