«El litro de aceite puede llegar muy pronto a los diez euros»
Rafael Giménez, que apostó por diversificar la producción agrícola, relata su lucha contra la escasez de agua
No es común encontrar en la Vega Alta grandes extensiones de olivos. Sin embargo, en el paraje ciezano de la Corredera se encuentra la ... finca de Rafael Giménez, un productor de fruta de hueso que hace tiempo decidió también embarcarse en este cultivo para su posterior transformación en aceite. Rafael podría ser imprescindible estre año para nutrir con el nuevo oro líquido a muchos pequeños negocios de la zona dada la carestía y escasez que está adquiriendo el producto durante los últimos meses. La falta de lluvias en Andalucía, donde se concentran los grandes latifundios de olivar, es la causa principal de que el litro de aceite alcance precios casi prohibitivos.
«Me ofrecieron estos terrenos hace ya bastantes años y decidí diversificar un poco la producción en esta zona, que por otra parte creo que es lo que deberíamos hacer todos», argumenta Giménez. Explica que «tal y como se presenta el panorama a corto plazo, es lo que habría que hacer a nivel general: primero para no saturar los mercados, y segundo para ir buscando una producción que dependa en menor medida del agua, cada vez más escasa».
Giménez tiene unas 85 tahúllas de olivos –unas 10 hectáreas– en regadío, aunque reitera que «no es lo mismo regar fruta de hueso que oliveras, que precisan de una menor cantidad de agua». Se trata de la variedad arbequina, que se produce exclusivamente para aceite y no para la mesa porque «la mollar, picual o manzanilla, que son las que dan lugar a las afamadas olivas de Cieza, precisan de mayor cuidado y riegos que hoy por hoy no podemos proporcionar dadas las trabas, cada vez mayores, para que llegue agua del Trasvase o extraer del río o de los pozos».
Mercados e intermediarios
Giménez vaticina que el litro de aceite «podría alcanzar muy pronto los 10 euros por litro dada la escasa producción, y eso –dice– no creo que repercuta en que yo, que este año no tengo una mala cosecha, pueda obtener mayores beneficios», se lamenta. Y esto es así porque «aquí también entran en juego los intermediarios, las almazaras que se encargan de transformar la oliva en aceite y, por supuesto, los mercados como último eslabón».
El rendimiento se sitúa en torno al 15%. Es decir, que de cada kilo recolectado de aceitunase obtiene unos 15 centilitros de aceite. «En el mejor de los casos, y con una oliva de extrema calidad, puede llegarse al 20 o al 21% de rendimiento», asegura el cosechero, que asgura que la rentabilidad de esta producción se basa en los «pocos costes que supone la recolección».
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