Tres mujeres relatan su encontronazo con el exalcalde de Cartagena: «Pepe López nos faltó al respeto»
Las tres testigos, presentes en la romería de San Ginés de la Jara en agosto, dan veracidad al informe de Protección Civil
Ya se había pasado holgadamente la hora de comer. Había volado el arroz popular cocinado para la ocasión y también las cervezas y el vino ... que acompañaban la jornada del pasado sábado 27 de agosto. La romería de San Ginés de la Jara había discurrido con absoluta normalidad hasta esa hora, aunque la carreta en la que viajaban varias mujeres había sufrido una avería «antes de llegar a La Aparecida» y tuvieron que cambiar de vehículo a mitad de camino. Al volver a la carreta inicial ya reparada, tal y como les habían indicado desde la organización, estas amigas la encontraron repleta de miembros de Movimiento Ciudadano (MC), incluido el exalcalde de Cartagena y portavoz del partido en el Ayuntamiento, José López. «Nos dijeron que la carreta era suya, que se la habían dado a ellos, y que todas no cabíamos», relata una de las mujeres que participaban en la romería. «Así que hicimos un trasiego de un camión a otro y al final nos fuimos con el de los ucranianos», detalla.
Aunque, en realidad, «esto no tiene nada que ver con lo otro», explica otra de las mujeres. ¿Qué es lo otro? Pues la trifulca que, según se recoge en un informe de Protección Civil, tal y como desveló LA VERDAD el pasado 4 de octubre, causó el propio José López en esa romería al dirigir «comentarios de índole sexista / machista a un grupo de mujeres», siete en total y a una de ellas de forma especial que «acabó llorando», relata Rosario. Aunque López siempre lo ha negado. «En la carreta no pasó nada», recuerda Mara, una de esas mujeres que decide ocultar su verdadero nombre en el anonimato porque «Cartagena es muy pequeña y no queremos tener problemas». Según su relato, «la primera vez que Pepe López se dirigió a nosotras lo hizo de forma muy amable, la verdad», explica. «Vino a traernos unas llaves de un coche que se habían encontrado en la carreta, y nos preguntó que si podrían ser nuestras, que íbamos antes allí arriba. Vino con toda la educación del mundo y, hasta ahí, todo perfecto».
«Se puso a gritarnos y a decirnos que éramos unas malas personas y unas malas mujeres; nos quedamos paralizadas»
Fue ahí, alrededor de las cuatro de la tarde, cuando la gente empezó a recoger los bártulos para volver a casa. «A mí me dolía ya todo el cuerpo, así que nos fuimos al camión en el que habíamos venido», anota otra de las mujeres, que tampoco quiere dar el nombre ni la cara, «solo contar lo que pasó realmente» frente a la negación de los hechos por parte del exalcalde. Y lo que pasó, según la versión de estas mujeres que acceden a hablar por primer vez con la prensa, es que, estando ellas en el camión, José López «subió por la rampa, muy acelerado, junto al presidente de la Hermandad [de Romeros de San Ginés de la Jara, Andrés García], y una señora. Y ya no era persona», define Caridad.
«Se puso a gritarnos y a faltarnos al respeto. A decirnos que éramos unas malas mujeres y que por qué habíamos hablado mal de otra persona, cosa que no había pasado». Se dirigió expresamente «a una compañera nuestra, que no está aquí. Pero de muy malas maneras. Le dijo de todo». Esa compañera, que ni siquiera ha querido aportar su testimonio de forma anónima para este reportaje, «se quedó paralizada, como todos los demás que estábamos allí», recuerda Rosario. Lo que más tienen clavado estas mujeres es que Pepe López «le gritaba a esta persona a pocos centímetros de su cara, de una forma y con unos gestos muy violentos e invadiendo su espacio. Un disparate», explican. «Le teníamos un respeto, en el sentido de que era una autoridad. Y yo sentí miedo», se sincera Caridad. «Nos violentó a todos», añade Rosario. «No hicieron falta insultos, solo había que verlo», describe Mara.
«No nos pegó, pero sí nos maltrató; porque de la manera que se subió ese hombre al camión... No tuvimos reacción»
¿Llamamos a la Policía?
De hecho, una de las mujeres ucranianas con las que viajaron estas amigas, y que presenció el incidente, llegó a preguntar si López era «el marido de alguna de nosotras y si llamaban a la Policía». Caridad respondió que no era su marido, sino «una persona que quiere ser alcalde de Cartagena». Hasta el punto de que alguna de estas mujeres presentes en la trifulca le ha llegado a dar su apoyo en las urnas, confiesan. Después del primer encontronazo, la compañera que se sintió más agraviada trató de acercarse a la mesa donde se encontraba López con otra persona a la que había aludido el exalcalde, «pero la cosa siguió igual. Faltó al respeto y le dijo de todo, se ensañó con la mujer», que «terminó llorando». En esa segunda pelotera estaban presentes un buen número de miembros de Movimiento Ciudadano, según el relato de estas amigas, «y nadie levantó la voz para decir 'Pepe, para un poco, que esa mujer está llorando como una Magdalena', déjala. Es una mujer de más de 50 años», lamentan. «Me llamó la atención que ninguna de las personas que lo acompañaban interviniera», apunta otra de ellas.
Allí mismo se acabó la romería. «Pepe López nos jodió la fiesta». Y el abrupto final de la jornada festiva, aquel 27 de agosto, dio comienzo a un «pacto de silencio, que hicimos por esta amiga, que llegó hasta el día 4 de octubre, cuando lo vimos todo en la prensa». A partir de ahí, a estas romeras les dolió especialmente que José López negara la mayor, dejándolas por mentirosas. «En un Pleno dijeron que [López] había maltratado a unas mujeres en una romería, y él dijo que no había pasado», explican. «Y nosotras decimos ahora mismo aquí que ha pasado». Porque «una cosa es que no digamos nada y otra cosa es decir que esa cosa no ha pasado», justifican. «No nos pegó, pero sí nos maltrató. Porque de la manera que subió ese hombre al camión...». Y, además, no tuvieron capacidad de «reacción alguna» ante la embestida del concejal de MC. Iban a «divertirse» y no se esperaban «semejante reacción» que, a juicio de las mujeres, «tiene que responder a una encerrona que le prepararon, porque no tiene otra explicación».
Y, ¿por qué no denunciaron en su momento? «Pues no nos lo planteamos, la verdad. La amiga que tenemos más afectada por esto nos pidió por favor que nos abstuviéramos de hacer cualquier cosa y, por eso, hemos estado calladas este tiempo».
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