Ramón García, arte de Cartagena
José Sánchez Conesa
Miércoles, 10 de septiembre 2025, 00:58
Ramón García Alcaraz (Cartagena, 1956) subraya algunas de sus frases con una carcajada festiva, que viene a ejercer una función similar a los emoticonos del ... WhatsApp. No fue amigo de la alcaldesa Pilar Barreiro, aunque colaboró con ella en diversos asuntos públicos de interés general como la peatonalización del centro urbano, siendo además miembro del jurado evaluador del proyecto constructivo del auditorio del Batel. También asesoró en la decisión, ratificada por los tribunales, que llevó al derribo del muro de la farmacia de los militares que unía el antiguo CIM y el Arsenal. Como historiador demostró que no era una obra del siglo XIX, sino que se levantó después de la guerra civil. En esta polémica discrepó con Margalef, una persona a la que respetaba. Finalmente se ganó para la ciudad otro espacio público como es la actual plaza. Todas estas actuaciones fueron siempre a coste cero para el municipio. Talante que le viene de su padre, persona muy recta en el comportamiento.
Su progenitor fue un republicano que, por imprimir folletos en una imprenta a favor del maqui, fue detenido. El castigo consistió en ganar el sueldo equivalente al de un peón de albañil, el más bajo que pagaba el Ayuntamiento, a cambio de realizar una tarea de gestión administrativa en un almacén de electricidad. Hecho que repercutió negativamente no solo en la paga, sino en la pensión de jubilación, más baja de lo que en justicia le hubiese correspondido. Tuvo que abrir una carpintería en la calle Saura para ayudarse. Ramón comprendió muchos años más tarde el silencio de los vencidos, al descubrir muchas historias en una carpeta olvidada con documentos que acreditaban estas situaciones y que los hijos desconocían. Así Ramón comenzó a entender muchas cosas como el ritual seguido cada Nochebuena de escuchar con suma atención el discurso del rey Juan Carlos, tras el cual se brindaba con champán. Agradeció siempre al monarca la firma de la amnistía política que supuso la supresión de su certificado de antecedentes penales.
El galerista comenta que nunca les habló de política, tan solo deslizaba el aserto: «En la vida todo es mentira como en el sine (sic)». Cine, aunque dicho con un seseo que le venía de La Palma, raíces de las que se siente orgulloso Ramón. Nunca ha militado en partido político alguno, el suyo en todo caso se llama Cartagena, pero si fue antifranquista, lo que tenía su mérito en una ciudad castrense y con ideologías muy conservadoras.
Estudioso de Guimbarda
Ha escrito varias obras sobre Wsell de Guimbarda, especialmente sobre los cuadros de la Basílica de la Caridad. Templo que Ramón, doctor en Historia del Arte, considera la capilla Sixtina del arte religioso del siglo XIX en España y en Europa. El barón Thyssen lo llamó buscando asesoramiento como experto en la obra de este pintor, adquiriendo así varias obras que se han revalorizado poderosamente y que se pueden contemplar en los museos Thyssen de Madrid y Málaga. Ramón conoció al bisnieto del pintor, ya que poseía mucha información procedente del archivo familiar. Este descendiente hizo gestiones infructuosas para que los restos del artista reposarán en la Caridad, aunque ahora lo hacen en lugar notable como es el panteón de cartageneros ilustres de Santa Lucía.
Propietario de la galería My name's Lolita Art, en Madrid, es muy seguido por sus opiniones en las redes sociales
Recuerda Ramón su infancia en la calle de Canales, jugando a la pelota en el callejón de tierra, cerca de la Posada Jamaica y el Pollo Dorado. En cambio no los guarda tan positivos de su paso por el colegio del Patronato, una educación demasiado severa, mucho Cara al Sol y algún cachete, que quizá mereció. Mejor el colegio de Hispania, un centro privado con educación laica, sin rezos del rosario, ni obligación de ir a misa, aunque él ahora asiste a tal liturgia. Uno de los profesores era el pintor Enrique Navarro, contando entre sus compañeros a Aniorte, Paco Martín o el líder del PCAN Celestino García Alfaro. Cada vez que puede asiste a las comidas navideñas de antiguos alumnos que promueve el primero de los mencionados.
Panorama mermado
Pensó abrir una galería de arte en Cartagena ya que podría traer auténticas figuras que dialogarían con los jóvenes artistas locales, pero las malas comunicaciones por tren lo echaron para atrás. Comenta que tuvo una experiencia magnífica con los cartageneros Charris y Sicre al comienzo de sus carreras, un trabajo en equipo que comenzaron hace 35 años, los que lleva con la galería. Ve un panorama artístico mermado en Cartagena, en ese sentido encuentra una gran diferencia con la vitalidad que muestra Murcia, con más galerías y actividad cultural, quizá porque el que reparte se lleva la mejor parte. Este año la Mar de Músicas ha estado dedicada a Corea del Sur, donde él mantiene contacto con una pintora de aquel país muy valorada, a la que le organizó una exitosa exposición hace muchos años. Por un coste bajo, el del transporte, hubiese traído buena parte de aquellos cuadros pues conoce a sus actuales propietarios. En fin, Ramón seguirá editando esos vídeos tan seguidos por la afición, reclamando la descontaminación de los suelos tóxicos de la ciudad o que se plante más arbolado. Siempre a disposición de cualquier empresa noble que favorezca a la comunidad local y dispuesto a cocinar magníficas paellas para los amigos.
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