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El Puerto de Cartagena arrincona a las especies invasoras
La Autoridad Portuaria debe superar cada año 695 requisitos legales para cuidar el medio ambiente marino y vigilar algas, corales y bivalvos ajenos a su ecosistema
El marcado carácter industrial y turístico del Puerto de Cartagena, sede de uno de los mayores polos energéticos de España, base naval de la ... Armada, de los astilleros de Navantia y de terminales de mercancías y de cruceros, obliga a la Autoridad Portuaria a ser muy restrictiva y a llevar exhaustivos controles medioambientales de sus instalaciones y zonas de influencia, para mantener en el mejor estado el ecosistema marino y arrinconar a las especies invasoras que encuentran cobijo en sus agua. Algas, peces, medusas y cangrejos han llegado, llegan y llegarán a través del transporte marítimo con la intención de colonizar un espacio, el portuario cartagenero, de los más cuidados y limpios de los integrados en Puertos del Estado.
La globalización de la economía ha facilitado que algunas especies entren en este ecosistema ajeno a ellas, de forma artificial, accidental o intencionada. Pasado un tiempo, algunas de estas especies consiguen adaptarse al medio y colonizarlo. Se convierten así en lo que se conoce como especies exóticas invasoras.
La mayoría de ellas están vigiladas, controladas y arrinconadas por los técnicos del puerto. Aconsejan que «es mejor no tocarlas y dejarlas en su sitio que intentar deshacerse de ellas», asegura el responsable de Medio Ambiente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, José Sánchez Pérez. Han sido detectadas, sobre todo, en los sustratos, donde se alojan pequeños microorganismo. Pero también hay algas, como la 'Caulerpa cilindrácea', de origen australiano; la 'Caulerpa racemosa', que es tropical; y la 'Asparagopsis taxiformis', de origen incierto.
Cangrejo y mejillón
También hay corales, como la 'oculina patagónica', transportada desde zonas del Atlántico, y mejillones, el más peligroso el 'brachidontes pharaonis', un bivalvo de pequeño tamaño que llegó al Mediterráneo, a través del Canal de Suez, solo unos años después de la apertura de este, procedente del Índico y del mar Rojo. Este está en una escollera de Escombreras y los técnicos aconsejan no tocarlo para que evitar su diseminación El cangrejo azul que habita en el Mar Menor también tiene presencia.
Desde que comenzaron a hacer los controles al medio marino, en 2011, han realizado más de 10.000 analíticas del agua
Para hacerles frente, la vigilancia en la zona portuaria deber ser absoluta y minuciosa, tanto que desde que los técnicos comenzaron a hacer los controles al medio marino, en 2011, han realizado más de 10.000 analíticas al agua de diferentes parámetros, lo que supone unas 800 cada año. «Entre el Puerto y las empresas de nuestra influencia cumplimos 695 requisitos legales derivados de normas medioambientales que nos son de aplicación directa e indirecta. Entre ellos pasamos pruebas de generación de ruidos, emisiones, vertidos e, incluso, controles de radiactividad y legionela, entre otros muchos», añade Sánchez. «Debe ser así, para evitar el impacto de nuestra actividad en el medio ambiente marino», explica el técnico del Puerto. Por eso y porque la dársena cartagenera se encuentra en un lugar estratégico que alberga diez espacios de la Red Natura 2000, cuatro de los cuales son Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), tanto terrestres como marinas.
Esta zona es crucial para el movimiento de cetáceos y aves marinas, muchas de las cuales anidan en islas, islotes y acantilados. «La fragilidad de ecosistemas litorales, al estar sometidos a múltiples presiones por la variedad de actividades que concentran, como la pesca, el turismo, la industria o el transporte, requiere de la concienciación de todos los actores implicados», añadió este responsable de Medio Ambiente.
Criterios científicos técnicos
La Autoridad Portuaria realiza este tipo de controles como herramienta, no solo para medir la calidad del agua atendiendo a criterios científico-técnicos establecidos por la ley, sino también para comprobar que las medidas y chequeos establecidos sobre las empresas ubicadas en el puerto y los buques que lo utilizan son efectivas.
Estas mediciones, realizadas por Eurofins Laboratorios Munuera, empresa que posee el registro EMAS y una acreditada experiencia en el control de la calidad de aguas, se enmarcan en el Plan de Vigilancia Ambiental de las Aguas Portuarias, que comprenden tanto las interiores de las dársenas como las exteriores de fondeo.
Los controles que se llevan a cabo tienen periodicidad mensual, trimestral y anual, dependiendo de los parámetros y de la legislación aplicable a cada una de las áreas. De esa forma, hay parámetros prioritarios como los hidrocarburos, los metales pesados (Níquel, Mercurio, Cadmio y Plomo) y los metales preferentes (Argón, Cobre, Cromo y Zinc) que son analizados todos los meses, mientras que los nutrientes (nitritos, nitratos, fosfatos y silicatos) se analizan cada trimestre al igual que la clorofila.
Para ello, los técnicos han dividido la zona portuaria en tres áreas para hacer pruebas. Una es la dársena de Cartagena, otra la del puerto de Escombreras y una más que se encuentra entre ambas. En cada una de ellas cogen muestras para ver si la calidad del agua es óptima.
Pruebas complementarias
Anualmente, también hacen comprobaciones. En este caso del sedimento y la calidad físico química. Aquí también realizan un registro fotográfico del fondo en cada una de las estaciones de seguimiento establecidas –tres en cada una de aquellas zonas–. «Es así como determinamos la posible presencia de especies invasores en nuestras aguas o cualquier otro tipo de comunidad. Con esta prueba determinamos cobertura y densidad», explicó Alberto Echeita, consultor de medio ambiente marino y uno de los responsables de la empresa encargada de realizar estas pruebas, Eurofins Laboratorios Munuera. A todo ello se le suma la instalación, el pasado año, de dos estaciones de seguimiento de la pradera de posidonia en el fondeadero del puerto.
A estos controles hay que sumar la limpieza de la lámina de agua desde el año 2003. La empresa encargada de recoger residuos de la superficie ha sacado hasta ahora 850 toneladas. El 70% son plásticos y el resto, maderas, basuras, algas y otros residuos caídos desde los barcos
También hay otros estudio sobre la presencia de microplásticos presentes en las aguas; sobre la afectación del ruido submarino; sobre las comunidades biológicas en el fondo marino de Cala Cortina y la Isla de Escombreras; y, sobre todo, de la avifauna y especies reproductoras en la Isla de Escombreras, Isla de Las Palomas y entorno de la Bahía de Cartagena, que se realizan desde 2010. Otro indicador de la buena calidad del agua portuaria está presente en la playa de Cala Cortina, una zona de baño que posee el distintivo de Bandera Azul desde 2007, de forma ininterrumpida.
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La plantación de posidonia crecerá más allá de Cala Cortina
La Autoridad Portuaria de Cartagena y la empresa Eurofins Laboratorios Munuera tienen en marcha un proyecto para la reforestación submarina de praderas de posidonia. Para ello, ya han sido sembradas tres zonas para probar la viabilidad de esta iniciativa. Las parcelas elegidas están en Cala Cortina y en el Tajo de los Cuervos (frente al segundo túnel de camino a Escombreras). Tras recoger fragmentos de posidonia del fondo marino estos fueron replantados y tras comprobar los primeros resultados, positivos, tanto el Puerto como la empresa encargada de este proyecto ya piensa en la ampliación de las zonas hacia Cabo Tiñoso. «La buena calidad ambiental del ecosistema portuario, especialmente el marino, nos ha animado a emprender un proyecto de I+D+i para intentar reproducir la Posidonia Oceánica en las aguas del puerto, un proyecto pionero a nivel europeo y mundial, ya que esta especie es endémica del Mediterráneo», explicó el responsable de Medio Ambiente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, José Sánchez Pérez.
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