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La indignación vecinal se dispara en el Mar Menor: «Da mucha pena e impotencia; es una ciénaga»

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J.M. Rodríguez / AGM

La indignación vecinal se dispara en el Mar Menor: «Da mucha pena e impotencia; es una ciénaga»

Bañistas de la playa de La Isleta aseguran que el agua se tornó de color marrón el lunes y empezó a emanar un olor a pescado podrido

Viernes, 20 de agosto 2021

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Como en el diario de una catástrofe medioambiental, en el quinto día en el que aparecieron decenas de miles de peces y crustáceos muertos y otros tantos moribundos a orillas del Mar Menor obligó este viernes al Ayuntamiento de Cartagena a cerrar nueve playas para facilitar las labores de limpieza y la retirada de los cadáveres. La edil de Infraestructuras, Servicios y Litoral, María Casajús, confirmó «la llegada masiva de peces a las orillas de las playas comprendidas entre la Isla del Ciervo y El Vivero».

En concreto, se prohibió el baño en los arenales de La Gola, Puerto Bello y Cala del Pino (en La Manga) y Los Alemanes, Playa Paraíso, Playa Honda, Caravaning, Mar de Cristal e Islas Menores. Conforme avanzaron los trabajos de los operarios municipales las playas volvieron a abrir. Las últimas en hacerlo fueron la de Puerto Bello (junto al club náutico La Isleta) y Cala del Pino, las más afectadas por el episodio de mortandad en la jornada de este viernes.

A esas labores de limpieza se sumaron agentes forestales y medioambientales de la Comunidad Autónoma. Además, pescadores de Los Nietos y de San Pedro del Pinatar acudieron para colaborar en la recogida de cadáveres en La Manga: los primeros en la zona cercana a la gola de Marchamalo y los segundos en la playa del Cavanna. La mortandad, en apariencia motivada por la falta de oxígeno, (anoxia), se ha extendido ya, según las organizaciones ecologistas, a buena parte del Mar Menor, obligando a los servicios de limpieza de la Comunidad a emplearse a fondo para retirar miles de ejemplares de diferentes especies marinas. El fenómeno de la aparición de cadáveres de miles de peces y crustáceos de pequeño tamaño y zonas someras comenzó el pasado lunes.

Pero, tal y como vaticinaron miembros de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y WWF, el episodio de mortandad continúa. Y todo parece indicar que hoy se volverán a reproducir las mismas imágenes de los días anteriores, o incluso peores, ya que este viernes ya se vieron especies de peces de mayor tamaño y de aguas interiores, como sargos, lubinas, doradas, lenguados y anguilas muertas o agonizando, en concreto en la orilla de la playa de La Isleta.

Además, los técnicos medioambientales observaron comportamientos extraños en algunos peces, como el hecho de que hubiera grupos de sargos nadando junto a la orilla. «Es inusual, porque están casi en la superficie y expuestos a ser presa de cualquier ave», indicó un técnico de Medio Ambiente. También aparecieron algunos peces con la cabeza introducida en el interior del cuerpo de otro pez. «Lo hacen para intentar tomar oxígeno», indicó el experto.

Ayer ya se vieron especies de peces de mayor tamaño y de aguas interiores, como sargos y lubinas, muertas o agonizando

Al igual que el tamaño de los peces muertos se va incrementando, la indignación vecinal y de los turistas también está aumentando. Entre los vecinos del residencial Club Náutico, junto a uno de los arenales donde este viernes aparecieron montañas de peces muertos, existía una gran crispación e indignación, y señalaban a los representantes políticos como los responsables de provocar esa situación y reclamaba soluciones para atajar el problema que ha llevado al Mar Menor a una situación crítica.

«Aquí tendrían que venir los políticos a bañarse. Con sus disputas han convertido esta joya en el segundo mar muerto del planeta», clamó Juan Mateo, vecino de Puerto Bello. Él y un grupo numeroso de residentes de esta zona no descartaban ayer iniciar movilizaciones de protesta. «Crea mucha impotencia ver cómo no se ponen de acuerdo en algo tan valioso como el Mar Menor».

«Es triste venir de Asturias y ver esto»

Un cangrejo azul de gran tamaño se afana por sacar el caparazón del agua ennegrecida, ajeno a la montaña de peces pequeños de aguas someras, como chirretes y gobios, que el Mar Menor ha expulsado muertos a la orilla. «Intenta respirar», indicó un técnico de Medio Ambiente, que toma muestras del agua, junto a la orilla de la playa de La Isleta.

A su lado, bañistas y operarios del ayuntamiento de Cartagena, armados con redes y palas, se esmeraron este viernes por la mañana en retirar los miles de cadáveres de peces y crustáceos, y echarlos a las decenas de capazas que ocupaban toda la orilla de la playa. En una hora llegaron a retirar una tonelada de restos. Los vecinos de la zona de La Isleta y Puerto Bello, en Cartagena, no daban crédito este viernes, aunque hubo cambios en el mar que presagiaban lo peor.

«El agua estaba bien hasta el pasado fin de semana, pero empezó a oscurecerse el lunes», señaló Candela, una joven de 16 años que recorría la playa, intentando asimilar lo que estaba viendo. «Da mucha pena e impotencia. Nos hemos bañado todo el verano aquí, y es una ciénaga». Al cambio de color de principios de semana, le siguió la emanación de un olor pestilente a pescado podrido, que presagiaba lo que estaba por venir. «Se percibía desde la piscina de la urbanización Club Náutico, a unos 200 metros de distancia», explicó Carmen, una residente.

En el otro extremo de la playa, junto al puerto de La Isleta, Fernando, monitor de una escuela de vela, señalaba una anguila de medio metro de largo agonizando. «Ha venido a morir a la orilla; hemos visto peces más grandes, como lubinas, flotando a unos cien metros mar adentro». Ángel, un turista asturiano, escuchó lo que acababa de decir el trabajador. «Si esto estuviera pasando en mi comunidad, la gente no lo soportaría y todo el mundo estaría en la calle día y noche, protestando y haciendo lo que hiciera falta para obligar a tomar soluciones. Es muy triste venir desde Asturias y tener que ver todo esto», lamentó.

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