Magda de Bries, la cartagenera reina del chotis

Desde joven, Magda mostró una inclinación por las artes. Su familia se trasladó a Madrid tras la muerte de su padre, donde la joven Magda encontró su camino en el teatro de variedades. A lo largo de su carrera, Magda logró consolidarse como una de las principales intérpretes de la época, realizando su debut en varios teatros madrileños. Su éxito en el género de la revista y el cuplé no solo se limitó a España, sino que también cruzó fronteras, llevando su arte a escenarios internacionales, como los de París y Buenos Aires.

La figura de Edmond de Bries, hermano mayor de Magda, fue fundamental tanto en su vida personal como en su desarrollo artístico. Además de ser su mentor en el mundo del transformismo, Edmond fue quien diseñaba los trajes más deslumbrantes de Magda, creando una estética única que definió su presencia en el escenario. Este vínculo estrecho no solo fue profesional, sino también afectivo. Edmond, conocido por su propio estilo y por ser una de las personalidades más excéntricas de la época, contribuyó a que Magda alcanzara el reconocimiento que merecía, tanto en el ámbito teatral como en la moda.

La vida personal de Magda de Bries también estuvo marcada por su matrimonio con el músico y compositor Modesto Romero. Nacido en Andalucía el 4 de enero de 1883, Modesto Romero fue un prolífico compositor de cuplés, tangos y piezas líricas. Su carrera estuvo llena de éxitos, destacándose como uno de los principales compositores del cuplé en su tiempo. Entre sus composiciones más populares se encuentran 'La canción del legionario' (himno del Tercio), 'Balancé', 'Mi caballo murió' y 'Tú no eres eso'.

Modesto Romero fue clave en el mundo musical de la época, y su relación con Magda no solo fue personal, sino también profesional. Romero escribió música para ella, así como para otras destacadas artistas del género. En este matrimonio, se fusionaron las artes de la música y la danza, y Magda fue una de las grandes intérpretes de las composiciones de su esposo. Modesto también fue una figura prominente en el ámbito cultural y artístico, presidiendo durante catorce años la Sociedad de Pequeño Derecho, que agrupaba a los autores de cuplés de la Sociedad de Autores.

Aunque su matrimonio con Modesto Romero fue bien conocido, la vida personal de Magda estuvo marcada por rumores sobre otras relaciones amorosas y su vinculación con artistas de la bohemia de la época. Sin embargo, su vínculo con Romero fue una de las relaciones más duraderas y relevantes de su vida.

Durante su apogeo, Magda se convirtió en un icono de la escena madrileña, actuando en los teatros más prestigiosos como el Teatro Fuencarral, el Teatro de La Latina, y en importantes cabarets de la ciudad. Su presencia en el escenario era imponente, y su estilo único para interpretar el chotis la colocó en el corazón del público. Fue capaz de conectar con diversas generaciones gracias a su carisma y su talento natural para el baile y el cante.

Además, la fama de Magda traspasó las fronteras españolas. A lo largo de su carrera, realizó giras por Europa, Marruecos y América Latina. Una de sus interpretaciones más aclamadas fue La flor de Madrid, su chotis más popular junto al conocido Triunfo del Mantón, que la consolidó como una de las grandes exponentes de la música popular española.

Con la llegada de la Guerra Civil, el ambiente artístico en España comenzó a cambiar. El cuplé y el cabaret, que habían sido el alma de la vida nocturna española, fueron desplazados por otros géneros musicales y estilos artísticos. Durante los años 30 y 40, Magda experimentó una disminución en su popularidad, y su presencia en los escenarios fue reduciéndose. La represión cultural del régimen franquista y la transformación de la industria musical hicieron que la carrera de artistas como Magda y Modesto se viera empañada por la nostalgia de tiempos pasados.

Aunque continuó actuando en pequeños círculos, su estrella ya no brillaba con la misma intensidad que en la década anterior. La falta de una renovación en su repertorio y el alejamiento del público general provocaron su retiro gradual de los escenarios.

Magda de Bries falleció en 1965, en relativa oscuridad, lejos de la fama y el glamour que una vez la rodearon. A pesar de que su figura fue eclipsada por el paso del tiempo y la transición cultural, su legado como pionera en el cuplé y el chotis perdura.

Años después de su muerte, la figura de Magda de Bries y su contribución al mundo del espectáculo fueron reconocidas póstumamente. La influencia de su hermano Edmond, su esposo Modesto Romero y su propia dedicación al arte siguen siendo recordados como elementos cruciales de la época dorada del teatro de variedades y la música popular española y para Cartagena significa recuperar otra huella de mujer.