La falta de medios impidió forzar el regreso del pesquero a Argelia
Un radar detectó el barco con 79 inmigrantes a 24 millas de Cartagena, pero Sasemar no pudo ir y la Guardia Civil tardó 2 horas al haber varias pateras
Los nuevos datos sobre el pesquero argelino que trajo a 79 inmigrantes irregulares a Cartagena el pasado jueves deja más en evidencia la falta de ... medios con que las autoridades afrontan en la Región de Murcia el reto de las pateras. No es solo que el barco 'Hadj Bouzid' fuera interceptado a 6 millas náuticas de Portmán, y no a 3 como informó en un primer momento la Delegación del Gobierno, que en todo caso insiste en que fue imposible devolverlos a aguas argelinas y hubo que escoltar la nave al puerto de Escombreras por motivos de seguridad y humanitarios. Es que la embarcación fue detectada a 24 millas al sureste de Cartagena por el radar SIVE de la Guardia Civil, pero los agentes tardaron dos horas en alcanzarla.
Así consta en documentos oficiales a los ha accedido LA VERDAD y que constatan que Salvamento Marítimo (Sasemar) de Cartagena no pudo acercarse al pesquero, porque su patrullera estaba ocupada en la gestión de interceptación de otra embarcación con inmigración irregular. El Centro de Operaciones de Vigilancia Marítima de la Guardia Civil, que coordinó la operación desde Madrid, recurrió al Servicio Marítimo de la Benemérita. Pero la patrullera 'Río Guadalentín estaba atareada con el traslado al muelle de Escombreras de dos pateras, con 33 personas (19 en una y 14 en otra).
A la deriva y a oscuras
El resultado fue que el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) localizó a las 20.45 horas el pesquero, que desde el principio fue considerado sospechoso de ser una embarcación con inmigración irregular, y los agentes del Instituto Armado no le salieron al paso hasta las 22.45 horas. Entre las 24 millas y las 6, y a pesar de que la 'Río Guadalentín' fue informada en todo momento de los movimientos del pesquero, este avanzó lo suficiente como para convertirse en un quebradero de cabeza para los responsables técnicos y políticos implicados en el operativo.
A tres millas de la costa, la Benemérita aconsejó a la Delegación llevarlo a Escombreras, para salvar la vida de 79 inmigrantes
Al haber completado casi toda su travesía, iniciada el día anterior en Mostaganem (lugar de partida habitual de las pateras), el arrastrero les planteó varias alternativas de actuación, a cada cuál peor. Al saberse vigilado por la Guardia Civil, el capitán del pesquero, más tarde detenido junto a un marinero por favorecer presuntamente la inmigración ilegal, había parado máquinas y dejado el barco a la deriva. Y las respuestas de los inmigrantes a las preguntas de los agentes hacían cada vez más diabólica la situación: aseguraron ser argelinos, pero no poder regresar a su país por no tener a bordo a ningún capitán, puesto que la nave la llevaban «entre todos», y por tener «muy poco combustible» y carecer de «agua y provisiones».
Hacinamiento y riesgo de Covid
Los guardias dieron cuenta de todo ello a su jefatura local, que a su vez contactó con Capitanía Marítima y con la Delegación del Gobierno, esta última dirigida por José Vélez. También informaron de que los extranjeros habían navegado en la oscuridad durante un par de horas pese a carecer de radar y de la imposibilidad de abordar la embarcación, por dos razones. Una era la seguridad de los agentes, al viajar hacinados los inmigrantes: y otra, el riesgo de que, en plena pandemia del coronavirus, entre ellos hubiera personas contagiadas de Covid-19.
Fue pasando el tiempo y todo empeoraba. La Benemérita trasladó a la Delegación que, a tres millas de tierra, los inmigrantes estaban en estado de alteración, ya que veían las luces de tierra. Cabía, así, la posibilidad de que intentaran alcanzar la costa, tirándose en masa al mar o dirigiendo la nave a la playa para varar y desembarcar.
Ante esa situación, la mejor solución para la Guardia Civil fue llevarlos a puerto, para garantizar la vida de las personas embarcadas. El arrastrero argelino llegó remolcado a las 02.10 horas a Escombreras.
Los inmigrantes, todos hombres jóvenes, evitaron así su devolución forzosa a aguas argelinas. Y ello en un área del Mediterráneo con mucho tráfico de mercancías (con petroleros y mercantes) y controlada también por la Armada y por Frontex, la agencia europea de fronteras. El cierre de fronteras en su país por la crisis sanitaria impide, además, a España deportarlos.
Esta oleada, la tercera impulsada por las mafias este verano, deja así a otras 130 personas con órdenes judiciales de devolución pendientes de ejecutar.
Bernabé exige a Vélez que dimita por «mentir» y el PSOE lo defiende
La polémica se trasladó al ámbito político, donde el senador del PP Francisco Bernabé exigió que el delegado del Gobierno, José Vélez, «dimita de forma inmediata, porque nos ha mentido en un asunto de seguridad nacional de fronteras, para justificar su incapacidad en la gestión de la inmigración ilegal que llega a nuestras costas». Vélez prefirió no hacer declaraciones.
Bernabé calificó los hechos de «gravísimos» y espera conocer los informes de Sasemar, Autoridad Portuaria y Guardia Civil. En todo caso, el senador calificó de «temeridad absoluta que, en medio de la amenaza terrorista mundial, un pesquero sin bandera alcance un puerto estratégico como el de Cartagena». También denunció la falta de efectivos de Guardia Civil y Policía Nacional y criticó «la golosina que supone para las mafias la política migratoria del Gobierno, con el ofrecimiento de «concesión de ayudas y permisos» para regularizar a miles de inmigrantes.
El portavoz del PSRM-PSOE, Francisco Lucas, salió en defensa de Vélez y afirmó que está «actuando con transparencia y eficacia en el tema de la inmigración», gestionando una situación «compleja» e inédita en la Región. Citó «el cambio de rutas migratorias, la actuación coordinada de las mafias desde Argelia y que el cierre fronteras por la pandemia «impide la devolución de los migrantes irregulares».
A juicio de Lucas, con Francisco Bernabé el PP se sitúa «en la extrema derecha». Según el dirigente socialista, hay «quien pretende que se obvie y se dé un trato vejatorio y discriminatorio» a «todos» los inmigrantes.
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