Cartagena Parque retira los líquidos tóxicos acumulados en una de las balsas de Zinsa
La sociedad inicia las labores de limpieza que se prolongarán dos semanas para vaciar los 500 metros cúbicos de la estructura
Siete meses ha tardado la sociedad Cartagena Parque en acatar la orden dada por la Dirección General de Medio Ambiente para vaciar los residuos líquidos ... acumulados en uno de los depósitos ubicados en los terrenos de la antigua factoría de Española del Zinc (Zinsa), en el barrio de Torreciega. La mercantil del conocido promotor Tomás Olivo inició este martes los trabajos de limpieza de la estructura, que está previsto se prolonguen dos semanas hasta extraer los 500 metros cúbicos de líquidos mediante su entrega a un gestor autorizado.
Los técnicos autonómicos ya advirtieron en la inspección del pasado 10 de junio del «riesgo de desborde» en el acopio subterráneo cubierto con viguetas, conocido como estructura número 15 según la disposición de las balsas en los planos aportados por Medio Ambiente al Juzgado de Instrucción número 5 de Cartagena, que estudia el retraso de diecisiete años en descontaminar los terrenos.
A SABER
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Junio 2024 Medio Ambiente requiere a Cartagena Parque vaciar un depósito de Zinsa y cubrir cuatro.
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Agosto 2024 El Juzgado de Instrucción número 5 de Cartagena ordena el sellado «inmediato» de las balsas. Sigue dilatándose con alegaciones.
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Enero 2025 Cartagena Parque inicia la limpieza, tras incumplir los plazos varias veces.
Por su parte, los vecinos recuerdan que ese vertedero se encuentra a menos de 20 metros de las viviendas de Torreciega, en la diputación de El Hondón, lo que supone un riesgo para la salud pública y el medio ambiente. En los últimos meses han intensificado sus denuncias por la muerte de aves, entre ellas especies protegidas como la garceta común y la bueyera, debido a los líquidos tóxicos de ese vertedero.
Ácido sulfúrico
Más recientemente, en la inspección del 4 de noviembre, los técnicos añadieron que «se observaba la lámina superior con facilidad». Las lluvias de los días precedentes a este registro mantenían «todas las balsas húmedas con lodos o con agua», según el informe elaborado por los técnicos de la Dirección General de Medio Ambiente, dirigida por Juan Antonio Mata.
Cabe destacar que en las últimas semanas ha llovido con diferente intensidad en Cartagena. Los vecinos alertan de que con las precipitaciones aumentan la acumulación de lixiviados, la dispersión de residuos y el peligro para las aves y la contaminación hídrica.
En la última inspección participó un empleado de Olivo que alegó que «las balsas no se encuentran en la finca 20.556, que se adjudicó Cartagena Parque SA, con una superficie de 159.446 metros cuadrados», como figura en el acta.
La mercantil mantiene esa postura para intentar eludir su responsabilidad sobre la parcela, pese a que el juez «ya sentenció que es de su propiedad íntegramente», según recordaron fuentes de la Comunidad Autónoma.
El investigador José Matías, que asesora a los vecinos, sostiene que los líquidos de esa estructura a la que conocen como «sarcófago», situada en el centro de la parcela y correspondiente a los sótanos de la extinta metalúrgica, «son depósitos de ácido sulfúrico y otros reactivos químicos del proceso industrial».
Actuaciones complementarias
El requerimiento de Medio Ambiente incluía el sellado y vallado de cuatro estructuras, como actuaciones complementarias que amplían las medidas cautelares dictadas por la Comunidad Autónoma en 2019 para «garantizar la seguridad de las personas y la protección del medio ambiente hasta la ejecución del proyecto de descontaminación». Cartagena Parque ha cumplido ya con esta parte de la orden.
No obstante, Medio Ambiente no incluyó estas zonas en sus resoluciones previas sobre la finca ni exigió ninguna actuación en los diecisiete años que dura ya la lucha vecinal por la descontaminación de los terrenos. De hecho, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) encontró altas concentraciones de metales pesados, previa denuncia de la Asociación de Vecinos de Torreciega.
Paralelamente, las continuas alegaciones de la empresa y el cumplimento de los plazos del procedimiento judicial mantiene enquistado el «sellado» de las balsas de Zinsa ordenado en agosto por el Juzgado de Instrucción número 5 a Cartagena Parque.
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Los vecinos critican que la medida es «insuficiente» tras diecisiete años de lucha por descontaminar
Tras diecisiete años de lucha desde el cierre de la metalúrgica Zinsa, los vecinos consideran «insuficiente» el paso que dio ayer Cartagena Parque acatando el último requerimiento de la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, dirigida por Juan María Vázquez, para vaciar una de las balsas de la parcela ubicada en Torreciega.
Consideran que, tanto la mercantil de Tomás Olivo como la Dirección General de Medio Ambiente, están «tomando el pelo a los ciudadanos y dilatando tiempos para eludir responsabilidades en un procedimiento de descontaminación costoso», del que consideran «nadie se quiere hacer cargo».
Para este colectivo, ha pasado el tiempo más que suficiente para que la Comunidad Autónoma asuma la limpieza subsidiaria de todos los depósitos, como responsable última al tener las competencias medioambientales, y con el objetivo de evitar más riesgos en la salud pública y el medio ambiente.
En este sentido, lamentan que los «grandes perjudicados» son los cartageneros, que «no son conscientes aún, por la falta de estudios, de la repercusión real que puede tener la exposición a los agentes contaminantes, como el cadmio, el plomo, el arsénico y el zinc en su salud.
Por su parte, el investigador José Matías indicó a LA VERDAD que el vaciado de la estructura número 15 evita «el vertido de sustancias peligrosas que contribuyan a contaminar las aguas de escorrentías superficiales que son conducidas por la rambla del Hondón hasta la dársena interior del puerto de Cartagena y a las aguas del acuífero». De la misma manera, impedir el rebose de los líquidos acumulados en la estructura evita que «los suelos de los espacios aledaños vean incrementada su concentración de metales pesados y otras sustancias peligrosas, espacios que tras las precipitaciones son erosionado por la acción del viento», dijo el científico. No obstante, esa medida no interfiere de manera directa en «el impacto que ejercen los residuos peligrosos dispersos sobre la rasante del terreno en el área de fabricación y el sector norte de acopios de escorias de la termometalurgia del zinc junto a las celdas unitarias del vertedero de residuos peligrosos, autorizado por Medio Ambiente desde el año 1999, sobre los graves riesgos a los que se encuentra expuesta la población infantil y adulta en Torreciega», concluyó.
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