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Una patrulla de la Guardia Civil revisa una puerta del pabellón Cabezo Beaza, el jueves. Pablo Sánchez / AGM
Acusan un traductor de Cruz Roja de empujar a un capitán de la Guardia Civil tras la fuga de argelinos

Acusan un traductor de Cruz Roja de empujar a un capitán de la Guardia Civil tras la fuga de argelinos

El voluntario detenido el jueves por la Policía Nacional niega haber forcejeado con el agente en el polígono Cabezo Beaza, y alega que le exigieron datos de los huidos que él no tenía

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Viernes, 14 de agosto 2020

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La tensión desatada este jueves por la última fuga de inmigrantes llegados en pateras a la Región de Murcia acabó este viernes en la Justicia. El Juzgado de Instrucción 5 de Cartagena, en funciones de guardia, asumió las diligencias de la Policía Nacional sobre un traductor de Cruz Roja, al que detuvo el jueves y acusó de un delito de atentado contra la autoridad por empujar presuntamente a un capitán de la Guardia Civil en el polígono Cabezo Beaza, tras abandonar 17 argelinos la cuarentena de prevención del coronavirus. Estos querían evitar la ampliación de su confinamiento, tras conocer que uno de ellos dio positivo por Covid -19 en la prueba PCR.

El miembro de la organización humanitaria arrestado, un joven marroquí de 20 años nacionalizado español, quedó en libertad este jueves tras prestar declaración en la Comisaría. Ahora, debe ser citado por el juzgado para comparecer allí. Según fuentes de la Policía, el traductor dificultó la actuación desplegada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para localizar a los inmigrantes, ocho de los cuales ya han sido apresados. En concreto, se habría negado a facilitar datos relativos a la identidad personal de los huidos y, en medio de una discusión con las autoridades, habría acabado por empujar al responsable del operativo de la Benemérita en presencia de varias personas.

Fuentes de la Guardia Civil indicaron a LA VERDAD que el arrestado protagonizó un «forcejeo» con un «grupo» de policías y guardias, cuando estos trataban de recabar información sobre los fugados. En el Instituto Armado también quisieron destacar que no hay ningún agente herido por agresión alguna. De la seguridad en el interior del recinto se ocupan guardas privados que contrata la Consejería de Salud de la Comunidad Autónoma, mientras que los guardias civiles están posicionados en el perímetro del edificio. Según la Delegación del Gobierno, los vigilantes se vieron sorprendidos por la estampida y no pudieron avisar a tiempo a la Benemérita para impedirla.

Tras ser conducido a la Comisaría, el traductor negó los hechos por los que está imputado. Según su versión, los agentes le solicitaron «reiteradamente, con gran excitación y con muy malos modos» datos de los que él carecía en ese momento, porque la escapada había sido muy rápida y violenta y aún no se había podido realizar un recuento personalizado. Solo quedaban en el edificio siete argelinos, pues había 24.

Incluso, aseguraron fuentes cercanas al traductor, «llovieron botellas» lanzadas por los inmigrantes antes de forzar la puerta trasera del polígono, reforzada días atrás con un candado tras un incidente similar. De hecho, el del jueves fue la cuarta fuga de argelinos en la ciudad tras la oleada de pateras de finales de julio.

Un delegado de Cruz Roja mantuvo en la mañana de este viernes un encuentro en la Delegación del Gobierno con el secretario general de esta institución y con miembros de la Policía Nacional y Guardia Civil, donde abordaron este incidente. Según fuentes de este organismo, todas las partes acordaron mantener su actual línea de colaboración en beneficio de todos.

AUGC exige cerrar el edificio

En paralelo, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) solicitó este viernes «el cierre definitivo» del pabellón deportivo cedido por el Ayuntamiento de Cartagena a la Comunidad Autónoma en Cabezo Beaza, «por su alarmante falta de seguridad y por la escasez de guardias civiles para prestarle la protección». Fuentes del colectivo de agentes avanzaron que aquel solicitará oficialmente al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, «el cierre inmediato del llamado centro temporal de inmigrantes en cuarentena, que en realidad es un pabellón polideportivo acondicionado improvisadamente pero que ya lleva abierto varias semanas».

AUGC alertó de que «desde el punto de vista de la seguridad, este centro tiene muchísimas carencias, que han dado lugar a que los inmigrantes se hayan fugado en varias ocasiones sin ningún tipo de problema». Y añadieron que «la fuga de 17 inmigrantes a plena luz del día, corriendo por los alrededores», y el «incidente» del traductor evidencian los problemas.

A su juicio, «si se pretende continuar con este centro deben acometerse con carácter urgente reformas en la seguridad y el traspaso de la seguridad a vigilantes de seguridad o a la Policía Nacional, que tiene muchos más efectivos que la Guardia Civil en la ciudad de Cartagena». Además, según AUGC, «otra de las consecuencias graves de esta situación es que las patrullas de la Guardia Civil que vigilan el pabellón pertenecen a la Seguridad Ciudadana de la Quinta Compañía de la Guardia Civil de Cartagena, que abarca los cuarteles de El Albujón, Fuente Álamo, La Unión y Cartagena, de modo que al prestar esta vigilancia no patrullan el resto de la Demarcación».

«Solamente cuando existe alguna urgencia acude la patrulla de la Guardia Civil del Cuartel de El Algar o de Torre Pacheco. Y todo ello ha ocasionado un caos entre las patrullas de la Guardia Civil, de modo que la de El Algar ya ha tenido que abandonar la vigilancia de su demarcación, en zonas como Mar de Cristal, Islas Menores, Los Nietos y Los Urrutias, para acudir a zonas como Santa Ana, Perin, El Albujón«, advirtieron en AUGC.

Amplían la cuarentena

Entre tanto, la Consejería de Salud ha ampliado la cuarentena de los inmigrantes tras el positivo de un compatriota, que fue ingresado en el Hospital Santa Lucía. El nuevo periodo durará «diez días si se les realiza PCR» y esta es negativa o «catorce si no se les realiza», indicaron en el Gobierno regional.

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