Calima

Sin armas contra el 'veneno' que viaja en el aire

Estas nubes que cruzan el Mediterráneo degradan rápidamente la calidad del aire al elevar los niveles de las conocidas como partículas PM2,5 y PM10 (de menos de 2,5 y 10 micras), que pueden adentrarse en los pulmones y llegar al torrente sanguíneo, causando graves perjuicios para la salud. Son numerosos los estudios que han descrito la relación directa entre la exposición a estos contaminantes y complicaciones respiratorias, agravamientos de pacientes con EPOC o insuficiencia cardíaca y un aumento de ingresos hospitalarios y de mortalidad.

El último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema) atribuye hasta 25.000 muertes prematuras en España a enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, 10.000 de ellas durante episodios de alta contaminación, según un estudio del Instituto de Salud Carlos III.

Los médicos de la Región ya han expresado su temor a las consecuencias que pueda tener el último episodio sufrido esta semana por su especial intensidad, al alcanzar concentraciones diarias de PM10 que superaron los 360 microgramos por metro cúbico (µg/m3) en algunas estaciones como la de Alcantarilla, cuando el valor límite marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan no rebasar es de 45 µg/m3, y el establecido en la legislación vigente es de 50.

Profesionales de la salud y organizaciones ecologistas han alzado la voz para denunciar que la acción de las administraciones de la Región en la lucha contra la exposición de los ciudadanos a los contaminantes atmosféricos es «insuficiente», tanto desde el punto de vista de las actuaciones ante intrusiones de polvo como del de la reducción de otras emisiones como las procedentes de la industria o del tráfico rodado.

«No podemos poner una enorme cortina al sur de la Península Ibérica para que el polvo sahariano no entre, pero con más motivo deberían tomarse medidas para reducir las emisiones y llevar al mínimo las superaciones que dependen de factores como la industria o el tráfico rodado en la Región, y eso no se está haciendo. Hay falta de voluntad», denuncia el portavoz del área de calidad del aire de Ecologistas en Acción, Pedro Belmonte.

Según el último informe sobre la calidad del aire en la Región de la organización ambientalista, de 2022, el municipio de Murcia superó durante 45 días el valor límite diario de partículas PM10 de la OMS. Es decir: los ciudadanos estuvieron expuestos a valores nocivos de este contaminante uno de cada ocho días del año. Según el mismo documento, Lorca registró 40 superaciones; Escombreras, 29; La Aljorra, 25, Alcantarilla, 19, y Cartagena (estación de Mompeán), 18.

Belmonte, que prepara ya el informe de 2023, ha constatado el «comportamiento al alza de las partículas en suspensión en los últimos meses», una situación que, advierte, «se ha exacerbado este verano por las llegadas de polvo sahariano».

Los informes de calidad del aire de la Comunidad señalan que en 2022 hubo 177 episodios de polvo sahariano en la Región frente a los 138 de 2021, los 141 de 2020, o los 105 de 2019. En la primera mitad de 2023 se han contabilizado 42, a la espera de incorporar lo sucedido este verano.

El jefe de la Unidad de Salud Ambiental de la Arrixaca, Juan Antonio Ortega, recomienda a la población vulnerable la utilización de mascarillas FPP2 ante estos episodios, y alerta de la correlación que el hospital de referencia regional ha hallado entre los ingresos en Urgencias y las superaciones de partículas. También aboga por que los centros de salud ofrezcan información sobre la calidad del aire en los televisores o los tablones de anuncios.

Otro reciente estudio realizado por investigadores de la UMU y el IMIB, presentado a finales de mayo, señala que la exposición al material particulado en el aire aumenta el riesgo de desarrollar fibrilación auricular, agudiza la afección en pacientes que ya padecen esta enfermedad, y eleva los casos de ictus y la tasa de mortalidad.

El investigador del grupo de Cardiología Clínica y Experimental de la UMU, José Miguel Rivera, explica que el riesgo de desarrollar arritmia crece entre un 2% y un 18% por cada 10 µg/m3 que se incrementa el nivel de partículas en el aire, mientras que el riesgo de ictus en pacientes que ya tenían esa patología lo hace entre un 8% y un 64% con el mismo incremento de PM10. «Es una barbaridad», asegura. Otra de las conclusiones tras analizar la evidencia científica disponible fue que los efectos nocivos se dan «tanto a largo como a corto plazo».

El coordinador de Ecologistas en Acción, Pedro Luengo, llama a la Comunidad a actualizar su «obsoleta» red de medidores de calidad del aire, con ocho estaciones fijas y dos móviles que sufren continuas averías y no dan información sobre todos los contaminantes. También pide a los ayuntamientos que apliquen sus protocolos en episodios de contaminación. «Tenemos leyes, pero no se cumplen», lamenta. Y cuando lo hacen, se llega tarde. Los protocolos se activan solo tras ratificar la superación de los niveles medios de contaminantes de un día completo. Por este motivo, aunque la última intrusión de polvo sahariano comenzó el pasado domingo por la tarde, los dos únicos consistorios que tomaron medidas más allá de la difusión de recomendaciones, Murcia y Lorca, no anunciaron actuaciones hasta el martes, y algunas no se pusieron en marcha hasta el miércoles.

La Comunidad no ha renovado su plan de mejora de la calidad del aire en los últimos cinco años. El último, para el periodo 2016-2018, no ha tenido sucesor pese a las reiteradas peticiones de las organizaciones ecologistas. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente señalan que estos planes solo son obligatorios en caso de no cumplir los objetivos marcados por la ley, y que esto no sucedió ni en 2020 ni en 2021, cuando la actividad se redujo por la pandemia. Ahora espera respuesta del Ministerio ante el informe de 2022. Ecologistas en Acción urge a la elaboración de una estrategia a largo plazo y alerta: «Es un error acudir a la ley y no a la evidencia científica».