La burocracia y el deterioro de la sede de Lo Pagán frenan proyectos del IEO
Tras la caída de la cornisa y el apuntalamiento de una sala, el Ministerio de Ciencia aún no ha iniciado la reforma del edificio del centro oceanográfico
Proyectos de investigación cruciales para la recuperación del Mar Menor, como la supervivencia de la nacra y la cría de ostras como filtradores, se realizan ... en unas instalaciones obsoletas y deterioradas de la sede del Instituto Española de Oceanografía (IEO) en Lo Pagán. Una sala ya fue desalojada –en 2007– porque tuvieron que apuntalarla con vigas de hierro. Así sigue, pero lo peor es que justo debajo está el laboratorio de la investigadora Marina Albentosa, que estudia los bivalvos, su supervivencia en la laguna y su papel en la regeneración.
Hace un año se desprendió parte de la cornisa, que cayó sobre un coche. Poco después cayeron más cascotes al patio interior. Ni por ello ni por el riesgo de derrumbe de la sala se han iniciado análisis de resistencia o catas. El resto del edificio, construido en 1977, muestra las consecuencias de la falta de mantenimiento: suelos erosionados, paredes desconchadas y húmedas, ventanas viejas y sucias, e instalaciones eléctricas dudosas.
En esas condiciones trabajan alrededor de 60 empleados. Albentosa ha tratado de acondicionar los espacios con alfombras que aíslen los dispositivos de investigación de un suelo terroso y cubrir ventanas con plásticos, para proteger las granjas de fauna marina. «Colocamos infraestructuras científicas nuevas que valen mucho dinero sobre instalaciones viejas y deterioradas», explica la investigadora, con tres décadas de trabajo en el IEO.
La científica sufre cada día las contradicciones de este centro de investigación junto al Mar Menor. Destaca «el excelente momento que, desde el punto de vista científico, vive el IEO, con investigadores jóvenes y fondos logrados, aunque están bloqueados». La burocracia exigida hasta para reparar una puerta es un lastre que viene de lejos, indica, pero el bloqueo se ha acentuado tras la integración del IEO y otras organizaciones públicas de investigación (OPI) en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Un informe del Tribunal de Cuentas confirma la parálisis generada por la fusión de entidades como el IEO, que arrastraban un largo retraso contable, sin un plan de acción.
«Déficit de gestión»
«No podemos hacer la ciencia que necesitamos sin herramientas de gestión, sobre todo con el déficit que tiene el CSIC en personal cualificado», señala Albentosa. Autora del informe que plasmó las deficiencias del organismo en 2020, frente a la excelencia del personal científico, asegura que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades reservó 23 millones para los 9 centros que el IEO tiene en España. Los de la Región de Murcia, Vigo y Baleares precisan de intervención inmediata.
LA VERDAD pidió ayer una valoración al director del IEO en la Región, Fernando de la Gándara, pero no recibió respuesta.
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