Una bronca por un pisotón desencadenó el apuñalamiento de un menor en San Javier

El ataque, que el Instituto Armado investiga como un presunto intento de homicidio, se produjo el pasado sábado 5 de julio, en torno a las siete de la madrugada cuando la conocida discoteca de San Javier, situada en la carretera entre Santiago de la Ribera y Los Narejos, bajaba ya la persiana. El local arrancaba la nueva temporada de verano con una fiesta especial –Gran Opening +16– con la presencia de Myke Fajardo, uno de los tiktokers más populares de nuestro país y un potente reclamo para los más jóvenes.

En la pista disfrutaba, por un lado, la víctima, un chaval de 17 años, que acudió aquella noche con otros once o doce amigos desde Murcia. En la discoteca se encontraba también otro grupo de amigos llegados desde Molina de Segura que acabarían siendo detenidos horas después por la agresión. La Benemérita arrestó a Adán C. como presunto autor material del intento de homicidio y a sus amigos –Alejandro M. y Alejandro R., de 19 años y un adolescente de 17 años– por un supuesto delito de riña tumultuaria.

En su atestado, al que LA VERDAD ha tenido acceso, los investigadores de la Benemérita recogen las declaraciones de numerosos jóvenes que se encontraban esa noche en el local de ocio y que ayudan a encajar las piezas del puzzle de cómo se produjo el apuñalamiento del menor.

El propio afectado explicó a los investigadores que su grupo de amigos y el de los supuestos agresores habían mantenido una discusión «leve» previa, dentro de la discoteca, por un nimio motivo. Su declaración inicial fue breve y a mano alzada ante la gravedad de sus lesiones, pero su versión se vio corroborada por la de otros testigos que también apuntan al pisotón como el desencadenante del rifirrafe previo entre estos grupos de jóvenes. «Al parecer uno de ellos le había dado un pisotón a un amigo mío», relató un testigo, «y le estaba diciendo que le pidiera perdón».

Superado ya este primer rifirrafe entre ambos grupos, la discoteca echó el cierre, en torno a las siete de la madrugada, y los jóvenes abandonaron el local. La víctima, al parecer, se marchaba con otros tres acompañantes caminando por la carretera RMF-24 con la intención de llamar a un taxi para que los recogieran. En ese momento, según recoge el atestado policial, entró en escena Adán C. que se bajó de una furgoneta Peugeot Partner gris con sus amigos y se enzarzó en una pelea con el otro grupo.

«En medio de la carretera había un grupo de unas doce o más personas, la mitad eran críos menores casi seguro», relata un joven que se encontraba en la zona y que declaró ante la Guardia Civil. «En un principio solo discutían pero, en un momento dado, empezó una pelea. Mi amigo y yo intentamos mediar y separarlos». Este testigo aseguró que había recibido un puñetazo en el ojo durante la refriega y que no fue consciente del apuñalamiento al menor. Otro joven que estaba en el grupo sí sostuvo ante los investigadores que observó a Adán C. que, mientras la víctima estaba peleándose con un miembro del otro grupo en el suelo, llegó con un arma –habla de un sacacorchos o algo similar– y se la clavó tres o cuatro veces en el costado de forma profunda. Otro joven que fue testigo del ataque identificó el arma como un cuchillo.

Los cuatro ocupantes de la furgoneta negaron que llevaban armas o instrumentos peligrosos, pero los policías hallaron en el suelo un cuchillo manchado de sangre de unos quince centímetros de hoja. Uno de los vigilantes entregó también a los agentes un sacacorchos que llevaba uno de los autores de la agresión. Ambas armas han sido ya enviadas al servicio de criminalística de la Guardia Civil, en Madrid, para su análisis junto a la camiseta negra que llevaba la víctima y que lleva numerosos rotos tanto en la parte trasera como delantera; y la que llevaba el sospechoso, que presenta manchas de posible sangre.