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Vecinos de Los Alcázares se afanan en retirar el barro de sus viviendas, este sábado.

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Vecinos de Los Alcázares se afanan en retirar el barro de sus viviendas, este sábado. Antonio Gil / AGM

El barro vuelve a la 'zona cero' de Los Alcázares: «Otra vez a limpiar; esto es inaguantable»

Los vecinos que viven en torno al cauce urbanizado de la Maraña padecieron esta madrugada la situación más grave del municipio

Sábado, 11 de octubre 2025, 13:30

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Vicente Obrero baja despacio las escaleras de su adosado. Cuando llega a la puerta de su casa, se agacha un poco y señala hasta dónde llegó el agua en 2019, y hasta dónde llegó anoche, cuando la zona cero de Los Alcázares volvió a quedar parcialmente inundada por el desbordamiento de la rambla de la Maraña. «Este año parece que las cañerías han funcionado algo», comenta entre risas, mientras Manuel Torres, su vecino de enfrente, le ayuda a limpiar el patio exterior de la vivienda tras saltar un poco de barro desde la calle. Tiene un ascensor para ayudarle a subir hasta la primera planta, «y menos mal que no se ha inundado».

Todas las calles residenciales entre la avenida Muñoz Zambudio y el polideportivo municipal son una pista de barro que los vecinos y los servicios de limpieza tratan de limpiar lo antes posible. «Ha sido una madrugada intensa», explica Francisco Arce mientras limpia los exteriores de la casa de sus padres. Otra vez a limpiar, piensan muchos, poco tiempo después de otras danas que dejaron inundaciones en el municipio, especialmente la de 2019.

Esta vez no ha sido tanto, pero anoche lo pareció. La rambla de la Maraña recogió buena parte de las intensas precipitaciones que dejó la dana 'Alice' en el norte del Campo de Cartagena en poco tiempo (hasta 30 litros en 20 minutos y 70 litros en menos de una hora en El Mirador), y eso derivó en su desbordamiento en varios puntos y el colapso del canal perimetral D-7 de Los Alcázares, que esta mañana seguía echando agua por campos agrícolas aledaños ante la falta de capacidad. La Maraña, a su paso por Balsicas (Torre Pacheco), cargó hasta 37.000 litros por segundo, hasta que en mitad de la madrugada el caudalímetro de la Confederación Hidrográfica del Segura se fue a negro.

En torno a la medianoche el Ayuntamiento alcazareño avisó por activa y por pasiva que había una alta probabilidad de inundabilidad a partir de la urbanización de La Dorada en adelante. Las previsiones se cumplieron pero la subida del agua estaba controlada. «No hemos dormido, estábamos preocupados; yo ya llevo cuatro inundaciones», subrayaba Benito Pérez, que ayuda a limpiar junto a otros vecinos una calle salón privada a donde dan las puertas de entrada de varias viviendas. «En mi casa tuve que acoger a dos familias porque en sus casas no tenían planta alta», añade.

La solidaridad entre vecinos ha marcado, otra vez, la jornada posterior a los efectos de una dana en el pueblo marmenorense. «Nos estamos echando una mano entre todos porque esto hay que quitarlo rápido», incide Alfonso mientras señala de arriba a abajo la avenida Gran Vía, «esto es inaguantable». Grandes embolsamientos de agua se entremezclan con acumulación de barro procedente de los campos cuenca arriba. Limones, sandías, lechugas y otros productos hortofrutícolas se amontonan con ramas y restos de basura en algunos rincones, pero incluso también frente al Ayuntamiento.

Tareas de limpieza

La Comunidad y el Ayuntamiento de Los Alcázares decidieron a mitad de mañana que la presencia de la Unidad Militar de Emergencias ya no era necesaria, tras rebajarse el riesgo de desbordamientos de las ramblas de la Maraña y el Albujón. Había temor a primera hora de que los caudales fueran a más y causaran mayores destrozos. Fuentes municipales apuntan a que ahora el trabajo se centra en la retirada del barro y residuos arrastrados. El suministro de agua no se ha visto afectado. Las alcantarillas sí han desbordado en algunos puntos y queda todavía por acondicionar los centros educativos. Los patios del colegio Bienvenido Conejero y del instituto Antonio Menárguez Costa, ubicados en zona inundable, se encontraban anegados de agua.

Más de 40 vecinos, la inmensa mayoría de avanzada edad, fueron rescatados de sus casas durante la madrugada y trasladados por su seguridad al centro de alto rendimiento deportivo de la localidad. El centro de salud seguía sin estar operativo durante la mañana, por lo que todas las incidencias sanitarias se atendían en Los Narejos. Queda por adelante también el acondicionamiento de las playas, muy afectadas por las riadas. El Ayuntamiento estudia ya solicitar la declaración de zona catastrófica en el municipio para agilizar las ayudas económicas a los afectados.

«Si nos pueden mandar a alguien, lo agradeceríamos», dice Raquel Rapino, «llevamos toda la mañana limpiando» a falta de que los servicios municipales pasen con camiones con agua para retirar el barro más fácilmente. A pocos metros de esta zona cero, el pabellón deportivo de Los Alcázares se volvió a inundar, mojando el mismo suelo de parqué que se vio afectado con otras danas. Los camiones de las brigadas forestales y bomberos del consorcio pasan de un lado a otro para ayudar en lo que haga falta. «Estamos para los vecinos», comenta un operativo.

A las afueras del pueblo, algunos vecinos como Antonio Avilés, jubilado y extrabajador de una empresa de autobuses, observan el canal de agua que rodea al pueblo mientras se inundan las parcelas agrícolas cercanas. «Esto yo no lo había visto nunca». Poco a poco se van volviendo a abrir al tráfico algunas carreteras afectadas por saltos de agua y grandes charcos.

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