La Arrixaca acelera para iniciar este año una novedosa inmunoterapia contra el alzhéimer
El hospital ultima los pasos para acceder a un fármaco que podría beneficiar a 1.700 personas con un retraso de la degradación cerebral
La Región se sitúa en cabeza para la adopción este mismo año de una novedosa inmunoterapia que permite ralentizar el avance del alzhéimer en pacientes ... en fase leve o moderada. Se trata de lecanemab, uno de los representantes de la nueva generación de medicamentos basados en anticuerpos monoclonales que constituye una de las irrupciones más prometedoras para frenar la degeneración cerebral que causa la enfermedad en fases tempranas. «Es la novedad estrella este año tras la luz verde por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) de estos tratamientos», explica el neurólogo de la Unidad de Demencia del Hospital Virgen de la Arrixaca, Juan Marín, en declaraciones a LA VERDAD con motivo del Día Mundial alzhéimer, que se celebra este domingo.
La EMA recomendó en noviembre del pasado año la aprobación de lecanemab, y el pasado mes de abril, la Comisión Europea emitió la autorización final para permitir su comercialización, pero su llegada al mercado no se espera hasta finales de 2026, cuando el Gobierno, a través de la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos, acabe por concretar cómo, cuándo y por cuánto. Y ya hay otro medicamento similar aprobado por la EMA, el donanemab, que previsiblemente seguirá los mismos pasos y llegará más adelante.
Sin embargo, las dos unidades especializadas en demencia de la Región, la del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y la del Santa Lucía, en Cartagena, ya ultiman la acreditación para formar parte del programa de acceso temprano a lecanemab que les permitiría tratar a los primeros pacientes este mismo año. «En la Arrixaca, casi seguro que podremos empezar a finales de noviembre», señala el neurólogo Juan Marín, de la Unidad de Demencia del hospital. «Por nuestra parte, ya estamos preparados», asegura.
Marín explica la revolución que supone su llegada. «Hasta ahora no teníamos ningún tratamiento capaz de detener la neurodegeneración, solo fármacos que lo que hacen es estimular el cerebro que queda sano. Con estos nuevos tratamientos, ya se puede actuar directamente sobre la enfermedad y ralentizar su avance».
En concreto, lo que hacen estos anticuerpos monoclonales es eliminar la proteína amiloide que se acumula en el cerebro en los pacientes, frenando el ritmo de degeneración entre un 30 y un 40%.
En la Región de Murcia se estima que unas 55.000 personas padecen algún grado de deterioro cognitivo, de las que unas 35.000 están en una fase muy precoz. Según los cálculos de la Unidad, la cifra máxima de candidatos a beneficiarse del nuevo tratamiento se sitúa en torno a 1.700 al año en la Región.
El tratamiento no está exento de efectos secundarios. Cerca del 20% de quienes se sometan a esta imunoterapia podrían desarrollar edema cerebral o microhemorragias, la mayoría sin ningún síntoma, pero que se debe vigilar para interrumpir el tratamiento. Un 2% sí presentarán síntomas y el 0,2% pueden padecer efectos graves con riesgo de secuelas o fallecimiento.
El tratamiento, que ya tiene luz verde de la Agencia Europea del Medicamento y la Comisión, saldrá al mercado a lo largo de 2026
Sin efectos secundarios
Por eso ya se avanza también en otras direcciones. La Unidad de la Arrixaca participa en un estudio en fase 2 para evaluar la seguridad y la eficacia de una nueva molécula que permitiría obtener resultados similares a los tratamientos con anticuerpos monoclonales pero con dos ventajas claves: administración oral en lugar de intravenosa y actuación sin causar inflamación. «Esta molécula se adhiere a la proteína amiloide sin crear una reacción en el cuerpo sin causar ningún efecto secundario», explica el neurólogo. Esta fase del estudio, denominado PRImus-AD, terminará en el primer trimestre de 2026, y en junio se publicarán los resultados. Si son satisfactorios habrá tercera fase, que tardaría otros dos o tres años.
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Carmen Antúnez: «Es un cambio de paradigma, hasta ahora los tratamientos han sido solo sintomáticos»
La neuróloga Carmen Antúnez, que puso en marcha la Unidad de Demencia de la Arrixaca hace 23 años, ha sido testigo de excepción del avance de la investigación para hacer frente a la enfermedad en la Región. «Desde la tacrina en el año 1993, que era un medicamento que luego se dejó de usar cuando vinieron los anticolinesterásicos, de los que la rivastigmina fue la primera y luego la galantamina, puramente sintomáticos», asegura.
Ahora, la investigación afronta un «punto de ruptura» que Antúnez vio empezar en 2007 «cuando se presentaron las primeras vacunas en Estados Unidos, en un congreso en Washington, con unos anticuerpos muy poco refinados que ahora se han logrado depurar para dar lugar a los fármacos que dentro de poco se van a comercializar y que cambian el paradigma».
¿Por qué? Porque estos son, por primera vez auténticos modificadores de la evolución de la enfermedad. «Es verdad que esto sirve para personas que tienen una enfermedad de Alzheimer con deterioro cognitivo leve. El camino ahora es trabajar para poder tratar la enfermedad en las fases más avanzadas, e incluso terminales».
Para ello, donde la exresponsable de la Unidad de la Arrixaca ve más esperanza es en los estudios para actuar sobre la TAU, «una proteína que es intraneuronal y que comienza por alterarse en el hipocampo». Mientras eso llega, recuerda que hay algo en lo que todos podemos trabajar ya: la prevención.
Prevención
«Sabemos científicamente desde hace muchos años que si modificamos los hábitos de vida y tenemos actitudes más saludables, prevenimos el desarrollo del alzheimer», subraya. «Tener la tensión controlada, el peso adecuado, hacer ejercicio físico, que es fundamental, mantener una buena alimentación, dormir bien y contar con un entorno emocionalmente equilibrado».
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