Amelia Corominas: «Es el momento de que se determine por ley los pacientes que debe tener a cargo una enfermera»

El Día Internacional de la Enfermería aúna al colectivo sanitario para poner en valor su labor y poder trasladar las demandas de estos profesionales. Desde el Colegio de Enfermería, su presidenta, Amelia Corominas, acerca las necesidades de las enfermeras y enfermeros de la Región de Murcia y su papel fundamental en el cuidado de la ciudadanía.

–¿Qué supone para el Colegio que usted dirige el Día Internacional de la Enfermería?

–Para nosotros el 12 de mayo es un día reivindicativo, un día para contar a todo el mundo que las enfermeras formamos parte de la vida de la ciudadanía, a la que nos dedicamos a cuidar toda la vida. Este año hemos instalado en Murcia y Cartagena unas carpas informativas en las que compañeras de distintos ámbitos (hospitalario, primaria, matronas, enfermeras escolares, enfermeras del urgencias) dan consejos de salud, cuidado y prevención de enfermedades y accidentes a los ciudadanos de manera gratuita. También vamos a participar la semana que viene en la Feria de la Salud de Lorca con el mismo propósito. Además, en torno a esta fecha organizamos jornadas científicas como nuestra próxima Jornada de Enfermería Basada en la Evidencia (23 mayo) o eventos lúdicos como el tradicional homenaje a las enfermeras jubiladas el año pasado.

–El Colegio mantiene un contacto constante con las diferentes instituciones a favor de la visibilidad de la profesión. ¿Considera que se entienden las demandas del colectivo en los organismos públicos?

–Desde que llegamos al Colegio hace un año y medio no hemos parado de reunirnos con todos los agentes políticos y sociales de la Región para trasladarles los principales problemas que sufren nuestras compañeras: falta de personal, necesidad urgente de un convenio en la sanidad privada, más especialistas y más plazas catalogadas para ellos, y un largo etcétera. Nuestras demandas se entienden, porque es de lógica que si somos uno de los principales eslabones que sostienen la sanidad, tanto pública como privada, se necesite cuidar y mimar a este sector. Pero no siempre se cumple, y el Colegio está y estará ahí para recordarlo a quien sea necesario.

–¿Y respecto a la ciudadanía? ¿Creen que su profesión goza de la valoración que necesita?

–Creo que sí. En el Barómetro Sanitario del CIS del 2023, lo más valorado por los ciudadanos son los cuidados de enfermería, tanto en Atención Primaria como en hospitalaria. Pero paralelamente, en los últimos años asistimos a un aumento preocupante de las agresiones a los profesionales sanitarios que debemos frenar entre todos invirtiendo en educación, contándole a los niños y niñas que esto es intolerable, porque la violencia nunca está justificada, ni verbal ni física, y aumentando las medidas de seguridad en los centros de salud y hospitales. No podemos trabajar con miedo; esto tiene que parar.

–No sé si en esto ha tenido algo que ver la pandemia...

–La pandemia fue para muchas enfermeras un punto de inflexión tremendo. Sufrimos mucho mental y físicamente y todavía estamos tratando de gestionarlo. Tristemente nos hemos visto un poco infravalorados después de que pasara todo. La enfermería sostuvo con su esfuerzo un sistema sanitario que se enfrentaba a una pandemia desconocida para nuestra época, se reconoció en ese momento, pero al pasar esta crisis, muchas plantillas volvieron a números prepandemia, los derechos a la conciliación y al descanso se volvieron a ver afectados. Necesitamos que se nos cuide más desde la administración y la empresa privada. A pesar de todo, nuestro nivel de compromiso con los usuarios era, es y será el mismo. Somos la profesión de los cuidados y estamos aquí por y para nuestros pacientes.

–La promoción de la salud es su prioridad. ¿Cómo contribuye el colectivo de enfermeros y enfermeras a este fin?

–La promoción de la salud es un pilar básico en la enfermería. Estamos frente a otro reto sanitario de dimensiones enormes: la cronicidad. Las enfermeras tenemos un papel muy importante para gestionarlo, tanto desde Atención Primaria, con nuestras enfermeras gestoras de casos, como con el resto de compañeras que velan por la salud de la comunidad, ayudándoles a mejorar su salud para ganar en calidad de vida. Un ejemplo es el programa Otago de prevención de caídas en personas mayores, implementado por enfermeras en el Servicio Murciano de Salud y que está teniendo muy buenos resultados.

–¿Es un buen momento para la enfermería?

–Hemos avanzado mucho en los últimos años. Desde que los estudios pasaron a ser grado por el Plan Bolonia, las enfermeras ya podemos acceder al doctorado y son muchas que lo han obtenido. Hemos conseguido también consolidar nuestras especialidades, que son siete: Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona); Enfermería de Salud Mental; Enfermería Geriátrica; Enfermería del Trabajo; Enfermería Familiar y Comunitaria; Enfermería Pediátrica y Enfermería Médico Quirúrgica (en desarrollo).

–Se solicitan más profesionales, una demanda histórica en esta rama sanitaria. ¿Qué falta por hacer para conseguir este objetivo?

–Falta que las plantillas de enfermeras se equiparen a la media de países europeos o comunidades como Navarra, en la que una enfermera tiene a su cargo muchos menos pacientes que en Murcia, con lo que conlleva en tiempo y calidad de la atención. Es el momento de que se determine por ley cuántos pacientes debe tener a su cargo una enfermera

Desde el Colegio de Enfermería confiamos que las futuras y esperadas Ley del Paciente a nivel nacional y Ley de Salud de la Región de Murcia recojan estos ratios, que se deban cumplir a rajatabla en centros hospitalarios, de Atención Primaria y sociosanitarios, tanto públicos como privados o concertados. Ratios que se marquen en torno a máximo de seis pacientes por cada enfermera en planta hospitalaria, dos pacientes en unidades de cuidados intensivos y otras áreas de cuidados críticos, o una asignación de población por cada enfermera en Atención Primaria que no supere los 1.500 habitantes.

–Por tanto, quedan tareas pendientes...

–Es fundamental dar estabilidad a nuestras profesionales, lo que ha de traducirse en ofertas de empleo público frecuentes que consoliden las plazas y contratos de larga duración. Solo así evitaremos la fuga de nuestras enfermeras a otras comunidades autónomas o incluso a otros países. Creación de plazas para enfermeras especialistas e incluirnos en el grupo A1 de la administración que es el que nos corresponde por nuestra titulación.

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