¿Puede quedarse sin vender el Gordo de la Lotería de Navidad?
En el año 1931 nadie compró el número que ganó el primer premio
María Ramírez
Lunes, 4 de septiembre 2023
Jugar a la Lotería de Navidad es probablemente una de las tradiciones más arraigadas de los españoles en el último mes del año. Raro es no atesorar un boleto con el que intentar llevarse el Gordo o, al menos, un pellizco de la larga lista de premios que se sortean el 22 de diciembre. Y es que, con un botín de hasta 400.000 euros, resulta complicado no sumarse a la apuesta, sobre todo en un periodo en el que toca afrontar la cuesta de enero. «Puedes comprobar tu número de la Lotería de Navidad en La Verdad.»
Números feos, simbólicos, pares… Hay tantos como gustos. Pero lo cierto es que no todos los décimos que se exponen en los mostradores encuentran hogar, por lo que los menos afortunados se terminan devolviendo antes del gran día. Desde la web de LA VERDAD puedes localizar un número de la Lotería de Navidad que tenga una combinación especial para adquirirla antes de que se agote. En ocasiones puede ocurrir que un mismo número no se venda en ningún rincón del territorio nacional y la serie se entregue de vuelta íntegramente. Ante este escenario, ¿qué ocurriría si el primer premio fuese a parar a uno de esos números huérfanos? Desde LA VERDAD podrás seguir en directo el sorteo de la Lotería de Navidad 2023.
Parece difícil imaginarse un Sorteo Extraordinario de Navidad sin lluvias de champán, lágrimas y abrazos en las puertas de las administraciones. Encender el televisor al mediodía y no ver esa tradicional imagen en la pantalla que encoge el corazón resultaría de lo más atípico. Sin embargo, aunque cueste creerlo, hubo una ocasión en la que los Niños de San Ildefonso alzaron la voz para proclamar el gran premio de la edición sin que hubiera nadie detrás con estas cinco cifras en la cartera.
Una anécdota para recordar
Corría el año 1931 cuando los bombos decidieron aumentar la riqueza de los portadores del 24717 sobre las 11 de la mañana en la Casa de la Moneda, donde se desarrollaba por aquel entonces el sorteo. Unos segundos que, como en cada edición, cortan la respiración y aceleran el pulso. Cada participante dirigió rápidamente la mirada hacia su colección, pero en esta ocasión, nadie esbozó un grito al comprobar que tenía entre sus manos la combinación ganadora. Del mismo modo, la confusión se apoderó en la sala cuando los jueces que presidían la mesa se cercioraron de que no había ni un solo acertante que pudiera reclamar los 15 millones de las antiguas pesetas que regalaba cada serie del Gordo.
Sin embargo, siempre hay alguien que gana, incluso cuando no hay ningún vencedor: Hacienda. Y es que el sorteo no se repite y son las arcas públicas las que embolsan esta cantidad en caso de que esta extraña circunstancia se dé en el sorteo. Una coincidencia que no volvió a vivirse y que quedó como una anécdota en la historia de la Lotería de Navidad.
Cabe recordar que la mano del fisco también pasa incluso cuando los 400.000 euros tienen destinatario. Lo hace reteniendo un 20% del importe que sobrepasa la barrera de los 40.000 euros (cuantía exenta de deducción). De este modo, los que consigan estar entre esa milésima probabilidad de acierto, verán un ingreso total de 328.000 euros en su cuenta bancaria.