Recetas para una 'Ciudad feliz'
El investigador canadiense Charles Montgomery revela en su último libro cómo un diseño urbano más verde es capaz de transformar la vida diaria
En Japón no es una opción dejar el coche en la calle; desde 2014 hay que acreditar que se dispone de plaza de garaje, en ... propiedad o alquiler, para comprar un automóvil. ¿Demasiado radical? Los desafíos climáticos, sociales, económicos y ambientales obligan a rediseñar nuestras calles, plazas y redes de movilidad y esos cambios nos fuerzan a hacer renuncias, pero a cambio viviremos mejor. Lo explica el investigador canadiense Charles Montgomery (Vancouver, 1968) en 'Ciudad feliz' (Capitán Swing), un libro en el que analiza cómo un diseño urbano verde e inteligente, con menos asfalto, menos vehículos y más árboles y fuentes aumenta exponencialmente la calidad de vida.
Este ensayo no puede llegar en un momento más oportuno: justo después del mes de abril más cálido de los últimos sesenta años en España y con el centro de Murcia levantado por un plan de movilidad que apunta tímidamente hacia un futuro más sostenible aunque sin entrar en modificaciones más profundas y necesarias, pese a lo cual ha levantado protestas en colectivos vecinales y de comerciantes.
¿En qué ciudad queremos vivir? ¿En una urbe consagrada al coche o en unas calles en las que se pueda pasear y respirar no sea una actividad de riesgo? ¿Donde caminemos bajo la sombra de árboles o teniendo que atravesar grandes plazas desiertas bajo un sol ardiente?
El urbanismo dominante «nos vuelve más gordos y enfermos, nos roba tiempo y hace la vida más cara»
En 'Ciudad feliz', traducido por Blanca Gago, hallamos algunas pistas. Por ejemplo en París, una gran ciudad que ha experimentado una gran transformación en los últimos años: se ha potenciado el transporte público subterráneo, se han construido cientos de kilómetros de carriles bici y se han habilitado playas urbanas. La capital de Francia es aún más bella ahora, y también más amable para turistas y parisinos.
Peligro para la salud
«Nuestras ciudades nunca habían usado tanto terreno, energía y recursos. Nunca antes el acto de habitar una ciudad había exigido convertir tanto lodo primario en gas capaz de calentar la atmósfera. Pese a todo cuanto hemos invertido en la ciudad dispersa, esta ha fracasado a la hora de maximizar la salud y la felicidad. Es un sistema repleto de peligros inherentes: nos vuelve más gordos, más enfermos y más proclives a morir jóvenes. Hace la vida más cara de lo que es. Nos roba tiempo. Nos pone trabas para mantener el contacto con los amigos, la familia, los vecinos. Nos vuelve vulnerables a las crisis económicas y la inevitable subida de precios energéticos que conlleva el futuro. Como sistema, ha empezado a poner en peligro la salud del planeta y el bienestar de las generaciones futuras», escribe Charles Montgomery.
EL LIBRO
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Título 'Ciudad feliz'
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Autor Charles Montgomery
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Editorial Capitán Swing
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Precio 25 € (416 páginas)
La ciudad feliz no es un modelo homogéneo. El libro arranca con la revolución ciclista impulsada por el alcalde Gustavo Peñalosa en Bogotá en 1997. Sabía que no podía aumentar la riqueza de sus vecinos ni abordar cambios económicos y sociales de calado, pero apostó por transformar la capital de Colombia para hacerla más humana.
La amplia red de carriles bici, los parques y plazas peatonales, las bibliotecas, escuelas y guarderías accesibles y el veto a los vehículos privados en el centro aumentaron el bienestar de los bogotanos.
Esas lecciones, que en países como Holanda y Dinamarca no fue necesario imponer –cada neerlandés pedalea 2.000 km al año–, se van aplicando también en la Europa del sur –Barcelona, Vitoria, Valencia, Sevilla...–, con el nuevo paradigma de que las ciudades ya no se diseñan para el tráfico existente, sino para el tráfico que se quiere tener.
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