Una de cada cuatro especies de aves en España está en peligro
SEO/BirdLife actualiza dos décadas después el Libro Rojo, que revela que más de la mitad de la avifauna sufre problemas de conservación
Si las aves son un sensor infalible de la buena o mala salud de la naturaleza, hay motivos para preocuparse. Porque más de la mitad de las especies que crían o pasan el invierno en España se enfrentan a problemas de conservación; una de cada cuatro está en peligro; y 90 sufren algún tipo de amenaza que podrían llevarlas a la extinción. Este es el desalentador panorama que dibuja el Libro Rojo de las Aves de España, que la sociedad científica y conservacionista SEO/BirdLife ha presentado este lunes después de un intenso trabajo de revisión que actualiza el último informe, de 2004.
Entre las aves que afrontan un futuro más negro, el urogallo cantábrico, la cerceta pardilla y la malvasía cabeciblanca, el águila imperial, el alcaudón chico y pájaros no tan conocidos, como el escribano palustre y la aguja colinegra. Son las grandes perdedoras del maltrato a espacios naturales como los humedales y áreas de laboreo agrícola tradicional, aunque también comienzan a acusar el impacto del cambio climático. El informe de SEO/BirdLife constata también la ausencia de planes de recuperación y en general la escasa preocupación de las administraciones con la avifauna.
El Libro Rojo de las Aves de España, elaborado con el apoyo de la Fundación Biodiversidad (organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), es una evaluación «basada en los criterios científicos reconocidos a nivel internacional sobre el estado de conservación de las especies de aves españolas y sus correspondientes categorías de amenaza a escala estatal», señala SEO/BirdLife. De modo que sirve de guía para que las administraciones puedan adaptar su normativa de catalogación y establecer prioridades de actuación que garanticen la conservación, al contar también con una visión global de las principales amenazas que les afectan.
«Esta nueva edición del Libro Rojo revela que las principales amenazas para las aves son los retos a los que actualmente nos enfrentamos como sociedad. Nos encontramos en un momento clave. Compatibilizar la lucha contra el cambio climático con la conservación de la biodiversidad, conseguir sistemas agroalimentarios realmente sostenibles y restaurar hábitats para garantizar el buen funcionamiento de los ecosistemas son objetivos necesarios para mejorar el estado de conservación de las especies y para garantizar un futuro con calidad de vida para las personas», explica Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
En el Libro Rojo de las Aves de España se han tenido en cuenta aquellas especies incluidas en las categorías de amenaza En Peligro Crítico (CR), En Peligro (EN) o Vulnerable (VU) de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN), con la salvedad de determinados taxones para los que, sin estar clasificados como amenazados, se ha considerado de interés especial aportar más información. Igualmente, se recogen las especies que pueden darse por extintas.
Los cambios en las categorías, respecto de la anterior edición de 2004, «son el resultado de una aplicación más precisa de los criterios de la UICN y las pautas regionales para la mayoría de las especies, pero también, y de forma especial, por contar con un mayor grado de conocimiento y un mayor número de series temporales de datos». De hecho, la principal novedad es el incremento del número de especies evaluadas, pasando de 175 en el Libro Rojo de 2004 a las 359 de la Lista Roja que se presenta ahora.
90 especies en riesgo de extinción
Con esta revisión, SEO/BirdLife pone encima de la mesa que el 56% de las aves evaluadas presenta problemas de conservación (por un estado de amenaza confirmado o por el desconocimiento que aún se tiene de ellas) y el 25% (90 especies) de la avifauna española se encuentra amenazada e incluida en categorías de riesgo de extinción (CR, EN, VU).
Además, de las 22 especies catalogadas actualmente como En Peligro de Extinción a nivel estatal, solo siete de ellas tiene una estrategia de conservación aprobada a nivel estatal: el águila imperial ibérica, la cerceta pardilla, la focha moruna, la malvasía cabeciblanca, la pardela balear, el quebrantahuesos y el urogallo cantábrico.
Además, «estas estrategias requieren de una revisión y actualización periódica para dotarlas de validez, rigor y utilidad, ya que solo se ha revisado la del águila imperial ibérica; las otras seis están obsoletas. Por su parte, ninguna comunidad autónoma tiene aprobados todos los planes de recuperación o conservación para las especies en peligro de extinción o vulnerables que habitan es sus respectivos territorios», indican los expertos.
«Que el 25% de la avifauna española se encuentre amenazada e incluida en categorías de riesgo de extinción significa que casi una de cada cuatro especies se encuentra amenazada, y esta situación no se refleja con el grado de protección legal ni a nivel autonómico ni estatal», apunta Nicolás López-Jiménez, responsable del Programa de Conservación de Especies de SEO/BirdLife.
«Lo peor es que desde el anterior Libro Rojo, hace 17 años, no ha habido una mejora de la situación general de las especies, y el incremento de especies evaluadas ha confirmado un mayor número de especies que se aproximan a las categorías de amenaza. Aunque también hay ejemplos de que cuando se ponen recursos y esfuerzos bien dirigidos se pueden conseguir buenos resultados, como es el caso de algunas grandes rapaces que han mejorado su estado de conservación», añade López-Jiménez.
Especies evaluadas
Después de una primera aproximación para analizar la posibilidad de evaluar el estado de conservación de las 622 especies de aves que integran la Lista de las Aves de España, se identificaron 248 taxones como No Aptos (NA) para ser evaluados. En este grupo se incluyeron las especies de origen dudoso o no natural, las que no se han observado en estado natural desde 1949, y las consideradas rarezas o de aparición ocasional. De los 398 taxones para los que se consideró que se podría iniciar el proceso de evaluación, de acuerdo con los criterios de la UICN, 39 no fueron evaluados al carecer de un mínimo de información inicial (NE). Como resultado, se pudo asignar una categoría a un total de 359 especies, que constituyen la Lista Roja de las Aves de España, y que suponen el 57% de las especies que integran la avifauna española (622), y el 62,8% de las aves nativas o de presencia natural en el país (572).
De los 359 taxones incluidos finalmente en la Lista Roja, un total de 90 especies (25,1%) presentan categorías de amenaza (CR, EN y VU), 12 especies o poblaciones (3,3%) podrían incluirse en categorías de extinción (EX, RE), 51 especies (14,2%) presentan una situación cercana a la amenaza (NT), 157 especies (43,7%) parecen estar fuera de peligro y se han considerado con la categoría de preocupación menor (LC), y 49 especies (13,6%) cuentan con información deficiente y no se ha podido asignar una categoría concreta, por lo que se han incluido dentro de la categoría de Datos Insuficientes (DD).
Al distinguir entre reproductoras e invernantes o migratorias, solo un 42% de las especies reproductoras se encuentran en una situación de conservación favorable, mientras que este porcentaje asciende hasta el 56% en el caso de las aves invernantes o migratorias.
Por otro lado, si se agrupan por su hábitat principal, la mayor parte de las especies de aves amenazadas habitan preferentemente en agrosistemas y otros hábitats seminaturales (34%), seguidas de las aves propias de humedales dulceacuícolas (24,7%). Un 18% de las aves amenazadas son especies marinas o costeras, el 12% habitan en zonas de montaña y, por último, tan solo el 10% estaría formado por aves propias de medios forestales. Y esta distribución refleja en gran medida, por tanto, cuáles son los hábitats más amenazados en España, destacando los sistemas agroesteparios y los humedales como los ecosistemas en peor estado.
Por categoría, la mayor parte de las especies catalogadas como En Peligro Crítico (CR) son aves propias de humedales y ambientes marinos, mientras que las especies catalogadas como En Peligro (EN) son mayoritariamente aves propias de hábitats seminaturales o manejados en mayor o menor medida, como los ambientes agrícolas o subestépicos y las de humedales y medios marinos, al igual que ocurre con las aves catalogadas como Vulnerables (VU). De este modo, se refleja de nuevo que estos hábitats son los que están sufriendo un impacto más severo en términos globales.
Amenazas
En total, se consideran 12 grandes grupos de amenazas, que incluyen por primera vez al cambio climático. En términos generales, la contaminación es la amenaza más frecuente (76,29%), seguida de la alteración de los ecosistemas, las prácticas agropecuarias intensivas y los impactos vinculados al calentamiento global, entre otras.
Medidas propuestas
El Libro Rojo incluye también una serie de propuestas de medidas que, según los expertos de las distintas especies, se consideran necesarias para mejorar el estado de conservación de la mayoría de las especies evaluadas.
En la actualidad, en torno a un 70% de las aves en categorías de amenaza no cuentan con la adecuada cobertura legal. Atendiendo a su estado de conservación, muchas de ellas deberían incluirse en Catálogo Español de Especies Amenazadas con la correspondiente categoría, ya que en la actualidad únicamente un 32% de las especies de aves incluidas en la Lista Roja están adecuadamente contempladas en dicho instrumento legal estatal con la correspondiente categoría de Vulnerable o En Peligro de Extinción.
Entre las medidas más vinculadas a la conservación directa de las especies, para reducir sus amenazas o las de sus hábitats, SEO/BirdLife propone, entre otras, estas seis:
1. El desarrollo urgente de medidas de control y gestión de especies exóticas invasoras.
2. El cese de la explotación cinegética o moratorias para la caza de aquellas especies consideradas cinegéticas que presenten una tendencia poblacional de declive.
3. La prohibición de la autorización de proyectos en el medio natural que afecten a las zonas de reproducción, alimentación o invernada de las aves amenazadas.
4. La regulación estricta o prohibición del uso de determinados plaguicidas y fitosanitarios o su paulatina reducción o sustitución por otras sustancias menos nocivas.
5. Prohibición del uso de munición de plomo para el ejercicio de la caza.
6. Modificaciones en el desarrollo e implantación de la Política Agrícola Común (PAC) en España, para que esta tenga más en cuenta la conservación de la biodiversidad y no contribuya a dañar los ecosistemas.