Sangre, hielo y grasa de foca
La escritora francesa Bérengère Cournut relata en 'De piedra y hueso' la vida de una joven inuit en un territorio inhóspito y mágico
'De piedra y hueso' (Errata Naturae) no puede tener un comienzo más potente: Uqsuralik, una niña inuit, sale en plena noche del iglú donde duerme con su familia, dolorida y confusa por su primera menstruación, y se queda aislada cuando una grieta rompe la banquisa. El padre apenas tiene tiempo para arrojarle un amuleto y una piel de oso, escaso equipaje con el que la joven tendrá que afrontar su supervivencia en un mundo de hielo y viento. Por suerte, también puede contar con un cuchillo y la compañía de 'Ikasuk', una perra que se convierte en su alma gemela durante el viaje iniciático que la convertirá en una mujer adulta, fuerte y sabia. La escritora francesa Bérengère Cournut (1979) compone un relato original y bello, un canto poético a la naturaleza que se lee con placer, angustia y, por qué no, un poco de frío.
Traducida por Regina López Muñoz, esta novela que ganó en Francia el Premio Fnac en 2019 forma parte de un trabajo de largo alcance en el que Cournut explora las costumbres de algunos pueblos nativos, como la tribu hopi de Arizona (EE UU), que recoge en 'Nacida en Orabi', publicada en 2017. Siempre con una «mirada ecofeminista», destaca la editorial, y plasmando con delicadeza (y con crudeza cuando es necesario) la relación de las mujeres indígenas con su territorio, basada en creencias ancestrales, en el animismo y en un trato respetuoso, de tú a tú, con los fenómenos naturales.
«A pesar del frío que me muerde las mejillas, me quedo a la intemperie contemplando el cielo. La bóveda celeste está sembrada de velos brumosos entre los que brillan algunas estrellas. Las recorro lentamente con la mirada y termino atisbando una extraña luz a lo lejos, posada sobre la línea del horizonte. Como si una estrella más débil, más pálida que las demás, hubiera caído a la banquisa. Camino hacia ella con paso rápido, temerosa de que apague antes de que yo llegue. Según me aproximo, me percato de que en realidad se trata de un iglú apenas más alto que el mío. Una lámpara brilla en su interior, y seis perros duermen junto a un trineo«, escribe Bérengère Cournut.
En la novela se relata la caza de focas, las sesiones de cantos guturales dentro de los refugios de hielo (¡donde se suda de calor!), la pesca en inestables kayaks y una vida en comunidad en la que, pese a la dureza de un entorno implacable, hay felicidad y buen humor.
Y sí, todavía quedan zonas de sombra en el planeta donde la supervivencia depende de no extraviar un arpón o de despistar a un oso polar que sigue tu rastro en el hielo. En estas circunstancias, la ausencia de wifi no es un problema.
Para leer sin prisa ni complejos.