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'Pepa', hembra de lince liberada en Doñana el 1 de marzo. JOSÉ MANUEL VIDAL / EFE
El lince y nosotros

El lince y nosotros

El regreso del felino a la Región de Murcia es quizá un reto más social que medioambiental. Sería una pena no estar a la altura

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Jueves, 14 de marzo 2019

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El domingo 9 de mayo de 2010 publiqué en 'La Verdad' un reportaje titulado 'El lince se acerca a la Región', en el que conté por primera vez el interés de la Comunidad Autónoma en participar en la estrategia de recuperación de este emblema de la fauna ibérica, considerado entonces (con no más de 300 ejemplares en Sierra Morena y Doñana) el felino más amenazado del mundo junto con el tigre siberiano. El domingo pasado (cuando podemos, los periodistas reservamos los temas buenos para ese día del fin de semana) desvelé también en LV, nueve años después, que ya hay lugar y fecha aproximada para la reintroducción del 'Lynx pardinus' en la Región de Murcia: las sierras de Lorca y Caravaca de la Cruz, entre 2022 y 2023 (en el cuarto año del proyecto Iberlince II).

En la última década han cambiado algunas cosas: el lince cuenta ya con 650 ejemplares en libertad, se ha rebajado su grado de amenaza y, gracias al programa de cría en cautividad y las liberaciones fuera de sus núcleos habituales, se han establecido nuevas poblaciones en Castilla-La Mancha, Extremadura y el sur de Portugal. También hay citas en el sur de la comunidad de Madrid, e incluso dos 'aventureros' cruzaron la península de punta a punta: uno ('Kentaro'), soltado en los Montes de Toledo, murió atropellado en el norte de Portugal después de recorrer 3.000 kilómetros a través de Madrid, Aragón, La Rioja, Castilla y León y Galicia; y a otro ('Litio') se le encontró en Barcelona tras ser liberado en el Algarve portugués.

Atropello en Yeste

El que más se acercó a Murcia fue 'Kung Fu', que murió atropellado cerca de Yeste el 23 de diciembre de 2015, a menos de 20 kilómetros de las montañas de Moratalla. Por motivos obvios, el atropello de lince que más me apenó contar.

El caso es que ya hay una propuesta firme de liberar linces en la Región de Murcia, algo que no responde a una ocurrencia; hay un trabajo importante desde el año 2011 por parte de los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, que han evaluado el territorio analizando la calidad del hábitat, la presencia de conejos y las posibles barreras que puedan impedir los desplazamientos de estos animales.

Un territorio histórico

En Murcia ha habido linces hasta hace unas décadas, la Comunidad es socia en la estrategia de recuperación de la especie que lidera la Junta de Andalucía y, por lo tanto, es coherente recuperar también aquí uno de los territorios históricos de este carnívoro, que solo necesita dos cosas, según me contó hace unos años el biólogo Marcos Moleón, experto en conservación de fauna amenazada: «Conejos para comer y que no lo tiroteen».

También que no lo atropellen, añado yo, de acuerdo con su causa mayoritaria de muerte: unos sesenta linces han caído en las carreteras en los dos últimos años. Aunque algunos expertos advierten de que no hay que perder de vista el furtivismo, puesto que los linces que pierden la vida por disparos, cepos o venenos no siempre aparecen.

Por este motivo, el regreso del lince es quizá un reto más social que medioambiental. Sería una pena no estar a la altura cuando se dé el paso de abrir los espacios naturales de la Región a estos gatos salvajes cuya presencia solo debería ser motivo de orgullo.

¿Cómo lo veis?

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