Starmer se enfrenta a una nueva crisis de gobierno con la dimisión de su número dos tras un escándalo fiscal
La hasta ahora viceprimera ministra, Angela Rayner, admitió recientemente haber pagado menos impuestos de los que debía por la compra de una vivienda
La dimisión este viernes por impago de impuestos de la vice primera ministra británica, Angela Rayner, marca el punto más bajo del Gobierno de Keir ... Starmer. El primer ministro laborista, que lleva 14 meses en el cargo, ha visto cómo su popularidad se desploma a niveles mínimos mientras en los sondeos sube como la espuma el populista ultra Nigel Farage. A la crisis económica y los problemas con el flujo migratorio, se suma ahora esta nueva crisis en un Ejecutivo que Starmer ha tenido que remodelar en apenas unas horas. Rayner no era sólo la 'número dos'. Era un símbolo para la clase trabajadora de la que procede. Y era, además, ministra de Vivienda y pretendía aprobar en noviembre un aumento de impuestos a los propietarios de inmuebles. Su caída deja muy tocado al Partido Laborista, que ha visto cómo renuncian ocho ministros, más que durante el mandato del conservador Boris Jhonson.
«Hace mucho que creo que los servidores públicos deben cumplir siempre los estándares más altos. Yaunque el investigador independiente ha concluido que actué de buena fe, acepto que no cumplí con esos estándares en mi reciente compra de una casa», asume Rayner en una carta. «Mi intención era pagar la cantidad correcta de impuestos. Lamento mi decisión de no buscar asesoramiento fiscal especializado adicional. Asumo mi responsabilidad por este error», agrega.
Rayner adquirió hace unos meses un apartamento en la localidad costera de Hove, en el sur de Inglaterra, por 920.000 euros. Abonó 34.500 por el impuesto del Timbre (tasa de Actos Jurídicos Documentados) porque, según aseguró, la compró como primera vivienda. Para la segundas residencias, el impuesto es más del doble. Pero la Agencia Tributaria considera que la ya exministra de Vivienda era propietaria de otra casa. Ella, al parecer mal asesorada, dio por hecho que esa propiedad estaba a nombre de uno de sus hijos.
También en este asunto Rayner arrastra su pasado. Uno de sus hijos, fruto de un matrimonio anterior, nació de forma prematura por una negligencia médica. La indemnización fue consignada en un fideicomiso a nombre del menor, a quien sus padres cedieron los derechos sobre el piso en el que vivían en Manchester. Como el niño aún es menor de edad, a efectos fiscales la vivienda sigue estando a nombre de Rayner, que debería por tanto haber pagado unos 80.000 euros al adquirir una segunda residencia.
Cuando al asunto saltó a la prensa, la exvice primera ministra culpó a la empresa que le había asesorado en los trámites. Starmer le dio un voto de confianza y, como persistían las dudas, ordenó un informe independiente. Ese estudio llegó ayer a las manos del primer ministro. Como dice Rayner en su carta de despedida, el auditor deja claro que actuó con buena voluntad y sin el objetivo de evitar el pago de tasas, pero que, aun así, incumplió las reglas tributarias. «Ante estos datos y el impacto en mi familia, he decidido dimitir», reaccionó Rayner.
Remodelación del gabinete
Starmer se ha visto obligado a remodelar su gabinete. Como 'número dos' ha nombrado a David Lammy, que hasta ahora era ministro de Exteriores y desde hoy se ocupará de la cartera de Justicia, donde sustituye a Shabana Mahmood, que va a Interior. Yvette Cooper estará a frente del departamento diplomático. Hay nuevos titulares en las carteras de Vivienda (Steve Reed), Trabajo (Pat Mc Fadden), Comercio (Peter Kyle), Ciencia (Liz Kendall) y Medioambiente (Emman Reynolds).
Con la dimisión de Rayner, el laborismo pierde a uno de sus grandes valores. De hecho, su nombre se barajaba para sustituir en el futuro a Starmer. El primer ministro le dedicó ayer un mensaje de apoyo: «Acepto con gran tristeza su dimisión. Seguirá siendo una figura importante en nuestro partido»..
Con 45 años, Rayner ha protagonizado una historia de película. Hecha desde la nada y destinada al éxito tras una ascenso meteórico. Creció en un barrio obrero de protección oficial en Stockport. De su padre, casi siempre desempleado, recuerda sus ausencias. Su madre sufría un trastorno bipolar. Fue una de sus abuelas, que tenía tres trabajos para salir adelante, la que se encargó de la niña. Con 16 años se quedó embarazada. Dejó la escuela sin ningún título. «Mi maestra ha sido la vida», repite. Cuidó del bebé y de su madre depresiva. En una entrevista, como recoge 'The Times', habló de su «resentimiento» hacia la infancia. De ropa usada y hambre.
A la política llegó a través del sindicalismo mientras trabajaba como asistente social. Era dura, reivindicativa. Lo cuestionaba todo y a todos. En esa época conoció a su segundo marido, con el que ha tenido dos hijos más. Y en 2015 fue elegida diputada de Ashton-under-Lyne porque nadie defendía mejor los derechos de los más desfavorecidos.
Ascendió a saltos en el Partido Laborista, que en 2024 regresó al gobierno. Starmer, con fama de frío y pragmático, la eligió como su mano derecha. Rayner era el corazón del progresismo. El primer ministro le reservó la cartera de Vivienda, una de las más comprometidas. Y ahora, por no pagar la cantidad estipulada en la compra de una casa, su carrera se ha ido por el desagüe.
La pérdida de ocho ministros del gabinete significa que Starmer ha sufrido la mayor cantidad de renuncias ministeriales, fuera de las reorganizaciones del gobierno, de cualquier primer ministro al comienzo de su mandato desde al menos 1979. El 'premier' arrastra más salidas que Boris Johnson, cuya Administración luego se vio envuelta en acusaciones de fiestas que rompían el confinamiento por el covid. Esto deja al líder laborista herido mientras se prepara para un final de año difícil, cuando su gobierno debe elaborar un presupuesto que los analistas y los mercados esperan que contenga más aumentos de impuestos y trate de contener la creciente amenaza de la reforma de Nigel Farage.
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