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Uno de los lugares de los atentados en Sri Lanka. AFP
Sri Lanka apunta al yihadismo global

Sri Lanka apunta al yihadismo global

El Gobierno desoyó las alertas sobre ataques a iglesias y ahora culpa de la matanza a un grupo local que contaría con «apoyo internacional»

Zigor Aldama

Shanghái

Lunes, 22 de abril 2019

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Las autoridades de Sri Lanka sabían que terroristas islamistas estaban planeando atentados y no hicieron nada para impedirlo. La información, adelantada por la agencia AFP el mismo domingo y refutada por diferentes fuentes poco después, fue finalmente confirmada ayer, lunes, por Mano Ganesan, ministro para la Integración Nacional de la isla. Ganesan afirmó que se temía que los objetivos fuesen políticos, pero un comunicado emitido hace diez días por el jefe de Policía, Pujuth Jayasundara, advertía de que «iglesias prominentes» estaban en el punto de mira del National Thowheeth Jama'ath (NTJ), un grupo integrista de reciente creación.

«En diciembre, varias esculturas budistas fueron destrozadas en el pueblo de Marwanella y la Policía arrestó a un grupo de jóvenes que se declararon discípulos de un predicador cuyo nombre apareció en el informe de Inteligencia -ligado a la NTJ-», explicó ayer Alan Keenan, director en Sri Lanka de la ONG International Crisis Group, a la BBC.

El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, reconoció que «la información estaba ahí» y el portavoz del gabinete del Gobierno, Rajitha Senaratne, añadió que «los incidentes se vaticinaron el 4 de abril» y que cinco días después «el jefe de los servicios de Inteligencia escribió una carta en la que detallaba los nombres de los terroristas y de la organización a la que pertenecían». Consciente del escándalo que esta revelación supone, el primer ministro prometió esclarecer el efecto que una posible negligencia de los servicios de espionaje ha podido tener en los trágicos ataques suicidas que han dejado ya al menos 310 muertos y 500 heridos.

La investigación avanza despacio, y el hecho de que ningún grupo haya reivindicado aún el atentado resulta extraño. «A los terroristas el número de muertos no les preocupa tanto como la publicidad que les dan sus actos. Por eso, siempre se apresuran a atribuírselos», comenta Víctor Amado, un profesor vasco que se encuentra en Sri Lanka y fue observador internacional durante los comicios en ese país. «En cualquier caso, es evidente que la seguridad en Sri Lanka no está a la altura de las circunstancias, porque el país no está acostumbrado ni preparado para hacer frente a este tipo de ataques», añade.

Explosiones controladas

El miedo que provoca esta situación se acrecentó debido a varias explosiones controladas llevadas a cabo por los artificieros de las fuerzas de seguridad. La primera se realizó cerca del aeropuerto el domingo por la noche. La bomba estaba escondida en una tubería de unos dos metros de largo y nadie resultó herido por la deflagración. Más aparatosa fue la detonación de una camioneta con explosivos que se encontró junto a la iglesia de Saint Anthony, una de las atacadas. Dentro había tres bombas que los agentes fueron incapaces de desactivar, así que decidieron hacerla volar por los aires. El ruido hizo que la gente saliese corriendo presa del pánico.

Por si fuese poco, la Policía aseguró que había encontrado 87 detonadores en diferentes zonas de la capital, Colombo, y el Departamento de Estado de EE UU añadió una nueva razón para el miedo: «Los terroristas continúan planeando ataques en Sri Lanka. Pueden atacar sin aviso y contra objetivos turísticos, aeropuertos, y otros espacios públicos», afirmó la cancillería estadounidense en un comunicado que hace pensar que la tragedia no ha concluido aún. Multitud de países, incluida España, recomiendan salir del país y no viajar a la isla salvo que sea estrictamente necesario.

La información sobre la investigación continuó llegando con cuentagotas y no siempre por canales oficiales. Por ejemplo, una forense contó a la agencia AP que seis de los atentados cometidos el domingo contra tres iglesias y otros tantos hoteles fueron llevados a cabo por siete suicidas. Y se publicó la fotografía de uno de ellos, supuestamente el terrorista que se inmoló en el templo cristiano de Negombo. En la imagen, tomada por una cámara de seguridad, se ve a un joven con barba que porta una mochila con apariencia de ser pesada. La llevaba bien pegada al cuerpo con una correa abrazando su cintura pero no hay aún confirmación oficial de que el hombre esté involucrado.

Senaratne fue un poco más allá y aseguró que los terroristas recibieron ayuda de una red internacional. «No creemos que los ataques fuesen cometidos por un grupo exclusivamente local. Sin ayuda de una red internacional, no podrían haberse llevado a cabo», declaró. Estos datos, sumados a una creciente indignación que se traduce en la llamada a boicotear los funerales de los terroristas, amenaza con extender el estallido de la violencia. Para evitarlo, el cura de la iglesia de Saint Anthony hizo una llamada a la calma. «Nuestro dios no exige venganza sino amor y perdón», dijo Jude Fernando.

Interrogatorios

La ciudadanía de Sri Lanka espera con ansiedad detalles derivados del interrogatorio al que está siendo sometida una veintena de detenidos, pero todo apunta a que los datos se harán de rogar. Mientras tanto, el Gobierno decidió extender el toque de queda -ahora desde las 8 de la tarde hasta las 4 de la mañana-, decretó hoy día de luto nacional y anunció compensaciones económicas para los familiares de quienes perdieron la vida. Recibirán el equivalente a 500 euros para la celebración de los funerales y unos 5.000 euros por su muerte. Los heridos serán compensados con sumas que oscilarán entre 500 y 1.500 euros, dependiendo de la gravedad de sus dolencias.

Los forenses también trabajan contrarreloj para tratar de identificar los cadáveres y proporcionar de este modo cierto consuelo a los allegados que desconocen cuál ha sido su suerte. Los cuerpos de muchos de los fallecidos quedaron irreconocibles y los testigos aseguran que en muchos casos solo se hallaron miembros amputados, razón por la que el recuento de víctimas mortales también resulta complicado. Se confirmaron hasta anoche fallecidos extranjeros de España, Dinamarca, EE UU, Australia, India, China, Japón, Reino Unido y Portugal.

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