El expresidente brasileño Bolsonaro deberá llevar una tobillera electrónica
El exmandatario de ultraderecha está acusado de financiar una trama en Estados Unidos para hacer campaña a favor de sanciones contra autoridades del país
La Policía Federal brasileña ha registrado este viernes en Brasilia la residencia del expresidente Jair Bolsonaro, acusado de ser el responsable de financiar una trama ... en Estados Unidos para promover sanciones contra autoridades del país sudamericano, incluidos jueces del Tribunal Supremo. Según los investigadores, el exmandatario de ultraderecha habría invertido dos millones de reales (300.000 euros) para hacer campaña a través de su hijo, Eduardo, quien se encuentra en territorio estadounidense desde marzo haciendo fuerza por la causa y manteniendo reuniones con representantes de la Casa Blanca.
El juez Alexandre de Moraes, que también dirige la causa por golpismo, ha impuesto nuevas medidas cautelares contra el exgobernante (2019-2022) por coacción, obstrucción a la justicia y atentado a la soberanía nacional. Así, deberá usar una tobillera eléctronica para estar localizado las 24 horas del día tras apreciar indicios de riesgo de fuga, permaneciendo en su domicilio durante las noches de lunes a viernes así como todos los fines de semana y días festivos completos. Tampoco podrá acercarse a embajadas, utilizar redes sociales o comunicarse con otros implicados en la trama. Estas restricciones se suman a la retirada del pasaporte aplicada en 2022.
«Bolsonaro fue parte central de todo lo que está ocurriendo, algo que ha tenido un efecto determinado contra el país, en una clara interferencia en la independencia de los poderes y en la soberanía», han explicado fuentes de la investigación al portal de noticias G1.
Los registros se han practicado en la casa del expresidente en Brasilia y en su oficina de la sede del Partido Liberal. Durante los mismos se ha encontrado dinero en efectivo -tanto reales como dólares- y un 'pen drive' escondido en un baño. Asimismo, el abogado del exmandatario ha confirmado que le han requisado el teléfono móvil.
«Suprema humillación»
Con la tobillera eléctronica puesta, Bolsonaro ha denunciado que a su juicio el caso tiene motivaciones políticas y ha negado cualquier intención de salir de Brasil o buscar refugio en alguna embajada. «Nada me coloca en un plan golpista que nunca existió (...) las sospechas son una exageración. Soy expresidente de la República, tengo 70 años, es una suprema humillación», ha expresado el líder ultraderechista en declaraciones a los medios.
La apertura de este caso coincide con un momento en que Donald Trump defiende a capa y espada la inocencia de su aliado Bolsonaro e incluso amenaza con imponer aranceles a Brasil si resulta condenado por el intento de golpe de Estado de enero de 2023. El republicano calificó el proceso contra el exmandatario sudamericano como una «caza de brujas» y reta a la Justicia brasileña con una guerra comercial que supondría unas tasas arancelarias del 50% a partir del 1 de agosto si Bolsonaro no es amnistiado. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo calificó como un «chantaje inaceptable» y aseguró que si el inquilino de la Casa Blanca cumple con su palabra tomará acciones recíprocas.
El expresidente ultraderechista fue declarado inelegible hasta 2030 por los bulos sobre el sistema de voto electrónico utilizado en las elecciones de 2022. Sin embargo, insiste en liderar la candidutra de la derecha en los comicios de 2026. Se considera el único capaz de vencer a Lula.
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