Fred y Rose West: sádicos en familia
No busquemos el horror en la ficción. Lo encontraremos en un hombre parlanchín, escaso de formación, padre de una familia numerosa. En su esposa regordeta, ... con cara de no haber roto un plato. Son Fred y Rose West. Asesinaron a nueve chicas entre 1973 y 1992. Fred, previamente había matado a su exesposa, Renay; a la niñera de las crías, Anne Mc Fall, a la sazón también su amante, locamente enamorada de este sádico charlatán. Anne tenía 17 años. Estaba embarazada de ocho meses. Fred la asfixió, le cortó los pulgares y extrajo el feto de su vientre. No, no busquemos en la ficción. Esta realidad lo supera todo porque hay más.
Fred fue violado repetidas veces por su madre. Era su favorito. Ella «rompía» a sus hijos para iniciarlos en la sexualidad. Los padres de Rose eran enfermos mentales. A la madre la sometieron a terapia de electrochoque cuando estaba embarazada de ella. Por tanto, Rose siempre sufrió un pequeño retardo, que no le estorbó lo más mínimo para ser la más cruel asesina desde los tiempos de Jack el destripador. Al padre tampoco le estorbó la esquizofrenia para violar a su hija. Sí, Fred y Rose, tenían mucho en común. En un primer momento, él le repugnó: dientes verdes, uñas sucias de tierra, aliento del diablo. Sin embargo, encantador.
Fred era mañoso. Su fuerte: los hurtos para ir tirando. Entrar y salir de la cárcel formaba parte de su rutina. De pronto, llega un trabajo honrado: vendedor ambulante de helados. Por aquella época, ya se le denunció por abusar de una joven y atropelló y mató a niño de cuatro años en un presunto accidente. Al tiempo, mientras vivía en casa de sus padres, violó a su hermana Anne Marie y la dejó embarazada. La hermana denuncia y después se retracta. Fred se va de rositas. Quizá pensó que tenía un súper poder: violar, asesinar y quedar impune una y otra vez. Y así será en más de una ocasión.
Después de conocer a Rose —ella 15 y él 27—se convierte en madrastra de las hijas de Rena. Charmaine le irritaba especialmente. Sus castigos consistían en dejarla desnuda sobre una silla y atada. Por supuesto golpes y por supuesto, ambas hijas de Fred ya habían sido violadas por su padre repetidamente con la complicidad de Rose. En uno de los periodos que Fred estuvo encarcelado, Rose mata a Charmaine. La esconde en un almacén de carbón. Cuando Fred sale de prisión la entierra donde ya descansaban Rena y Anne Mac Fall.
Fred es el chulo de Rose que se prostituye para ayudar en la economía familiar. Participa en orgías, fotografía a su esposa. Fabrican porno triple X, la observa mientras se acostará por dinero con su hermano. El propio padre de Rose se convertirá en cliente habitual. Los West compran la residencia de Cromwell Street. Se casan. Tendrán hasta once hijos. En esta historia aparece alguien importante: Claire Owens. La recogen haciendo autoestop, trabajará de niñera. Fred le cuenta que ha practicado abortos a muchas de sus amigas y que le han recompensado con sexo. Claire se da cuenta de que está en lugar equivocado y decide marcharse. La vuelven a captar haciendo autoestop. La amordazan y aprovecha la cercanía de los hijos West para pedir auxilio. El parlanchín Fred la amenaza: si sigues así acabarás debajo de los adoquines de Gloucester. Milagrosamente, consigue escapar. Denunciará, pero no presentará cargos. Los West pagan una multa y a la calle.
Otras chicas no se libraron de la muerte, la ferocidad y el sadismo de este par de depravados. Eran mujeres muy jóvenes que se alojaban en la casa de Cromwell Street, donde alquilaban habitaciones. A veces las recogían en mitad de la carretera.
Todas ellas morirán y serán enterradas bajo el hogar. Entre ellas, otra de las hijas de Fred y Rose: Heather. La chica se rebelaba ante los abusos, lo contó a una amiga y se llevó el álbum de fotos porno al colegio. La «traición» le costó cara. No pudo escapar, como sí hizo su hermana mayor. A la Policía y autoridades le llegaron por varias vías los oscuros sucesos que acontecían en este dúplex de Gloucester. Los hijos negaron los abusos. Pero sin querer confesaron su terror: no querían acabar escondidos en el sótano, como Heather. Las autoridades excavaron y hallaron el horror. Ese horror que va mucho más allá de la ficción.
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