Excelencia

Su valor y estimación vienen de la mano de lo que son capaces de hacer día a día en sus restaurantes. Sus creaciones, sus conceptos culinarios, su servicio y, en definitiva, esta forma tan compleja de mirar un mundo tan manoseado como interesante, para devolvérnoslo más bonito y mejor.

Pero lo que los destellos de la estrella Michelin muchas veces no nos dejan ver es la parte humana de quien está tras los reconocimientos. De la bondad que hay en ellos, la generosidad que muestran siempre y del nivel humano que tienen.

Cuando levantamos el teléfono para pedirles que hicieran una cena entre los cuatro cocineros con estrella Michelin de la Región de Murcia para celebrar los 120 años de LA VERDAD, todos respondieron que sí sin pestañear. En menos de un minuto. A la primera.

El jueves pasado por la noche estos cuatro cocineros escribieron una página de la gastronomía murciana al meterse en una cocina junto a un ejército de cocineros y camareros para ofrecer una cena inédita para quinientos privilegiados. Demostrando, una vez más, que son la excelencia de la gastronomía por el valor que tienen, por el mérito de haber llegado hasta donde han llegado. Pero, sobre todo, por tener la bondad y la generosidad de hacerlo sin necesidad. Arriesgando con el fin de hacer algo nuevo, algo que no habían hecho nunca. La excelencia es eso: hacer por otro lo que no necesitas solo y exclusivamente por bondad.