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El cordero es uno de los alimentos más empleados en sus cocinas. Freepik

El río Segura, protagonista indiscutible en las comarcas que baña

Las recetas con verduras son muy demandadas desde Cieza hasta Murcia y Beniel, así como los dulces típicos elaborados a base de frutas naturales

Sábado, 19 de diciembre 2020, 23:27

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EFQ. El cauce del río Segura por la Región de Murcia deja una estela de importantes beneficios, siendo el más importante el proporcionar vida a la conocida como 'huerta de Europa'. Su agua permite regar los campos donde los agricultores, con esfuerzo e ilusión, cultivan una gran variedad de frutas, verduras y cítricos que sirven para impulsar la economía regional, al mismo tiempo que alimentan el arte culinario que los padres han inculcado a sus hijos.

En la Vega Alta del Segura, que engloba a los municipios de Cieza, Abarán y Blanca, la gastronomía tiene una fuerte identidad, gracias a unas materias primas y recetas que se han convertido en todo un referente para lugareños y visitantes. La cocina de la zona destaca por platos tan tradicionales como los guisos de olla, las gachasmigas, las gachas tortilleras y el asado de cordero, a los que se suman otras propuestas arraigadas en cada localidad, como la pipirrana, los caracoles chupaeros, los michirones y el pebre en Cieza; la fritá, el chapeo y el pisto de bacalao seco en Abarán, y el atascaburras, el encebollado, el empedrao en sartén o las alubias con orejones en Blanca.

Otro buque insignia es la fruta de hueso, con el melocotón como producto estrella, unido a otras variedades como el albaricoque, la ciruela y la nectarina. En este aspecto, las tres poblaciones cuentan con amplios extensiones agrícolas donde se cultivan esta gama frutícola que tanto gusta a los paladares nacionales e incluso internacionales. A esto se suman los campos de olivos, almendros y cítricos, que no solo crean una sensacional estampa cuando se contemplan desde los rincones más altos, sino que proporcionan ingredientes para elaborar, entre otros, los dulces típicos. La repostería de Blanca incluye los mantecados manchegos y de almendra, los cordiales de almendra, los crespillos y los distintos tipos de torta, ya sea de pringue, escaldada o de naranja; en Abarán no pueden faltar los bizcochos borrachos, los condenaos, las toñas, las picardías (caramelo con avellana) y las confituras de albaricoque y melocotón, y en Cieza predominan las tortas de pan dormido, las tortitas de naranja, los rollos de anís, lospastelicos de cabello de ángel y las milhojas.

Con inspiraciones

El Valle de Ricote tiene mucha vida, tal y como reflejan sus plantaciones. La fertilidad de sus tierras y la proximidad al río Segura permiten cultivar unas frutas y verduras de incuestionable calidad. En el municipio de Ricote, el limón es la joya de la corona, además de la uva, a través de la que se elabora un vino de referencia que está integrado en la Denominación de Origen Protegido de Bullas, gracias a la amplia red de bodegas familiares. Estos vinos son perfectos para maridar los platos populares de la comarca, los cuales tienen una fuerte influencia de los sabores moriscos, mediterráneos y de la huerta de Murcia. El arroz y habichuelas, el guiso de trigo con hinojo, el pebre, la paella de conejo y caracoles, las gachasmigas con tropezones, el cocido con pelotas, el empedrado de arroz y las ensaladas de lisones tienen una gran tradición en la zona.

En cuanto a la repostería, las especialidades de Ricote son los bizcochos borrachos, los rollos de vino, las tortas de patata, las tortas de manteca y los garbanzos garrapiñados; en Ulea no pueden faltan los confites de naranja, albaricoque, limón y pera; Archena propone hincarle el diente a los cuernos de merengue y hojaldre, los pitisú de crema y los negritos con merengue y chocolate, y Villanueva del Segura deja sitio para el postre con los frutos de la huerta: naranjas, ciruelas, albaricoques y melocotones.

Del boniato a las sultanas

Molina de Segura, Lorquí, Ceutí, Alguazas y Las Torres de Cotillas conforman la Vega Media del Segura, una comarca repleta de sabores, con productos de la huerta y mucha tradición. El asado de cordero es uno de las especialidades de la zona, junto a platos típicos como las migas, la paella de conejo, el arroz y habichuelas, el potaje de acelgas, la olla gitana y el cocido con pelotas -es el plato principal del menú del día de Navidad-.

Los buñuelos, los paparajotes y las torrijas son un clásico en estos cinco municipios, así como las monas de Pascua y los dulces navideños: suspiros, mantecados y tortas de naranja. Sin olvidar las sultanas y tortas de chicharrones de Lorquí, los boniatos asados y tortas de conde de Alguazas, los buñuelos con chocolate de Las Torres de Cotillas, las tortadas de merengue de Molina de Segura y, cómo no, la gran variedad de frutas de Ceutí, como el melocotón, el albaricoque y la ciruela.

Meca del pastel de carne

Murcia, Alcantarilla, Santomera y Beniel pertenecen a la comarca de la Huerta de Murcia, donde el arte gastronómico sobresale por los cuatro puntos cardinales. En el municipio de Murcia, el pastel de carne y las empanadillas gozan de buena acogida, no solo como alimento 'salvavidas' para quienes tienen prisa y no han podido preparar algo para comer, sino también como productos estrella en fiestas y otras celebraciones. Otros manjares destacados son el mojete, el zarangollo, los tigres, las marineras, el pulpo al horno y los montaditos. Su cocina se complementa con verduras, carnes y pescados en guisos, revueltos, asados y a la plancha, sin olvidar los paparajotes como broche de oro.

En Alcantarilla, las croquetas de bacalao son un imprescindible en Semana Santa, las tortas de recao en Navidad y las migas con tropezones cuando llueve. A estas tradiciones se unen platos populares como el arroz y habichuelas o con verduras, la sémola, la olla gitana, los michirones y el ajo de mortero; las torrijas y los paparajotes, de postre.

El limón es la joya de la corona de Santomera; de hecho, pocos son los vecinos que no aderezan los platos basados principalmente en el arroz con un buen chorro de este zumo. Su rica cocina tiene como base los productos que ofrece su huerta, con platos de cuchara como la olla gitana, el guiso de trigo, el rinrán o los gurullos. De los dulces, especialmente elaborados en Navidad, destacan los mantecados, oreja de fraile o almendrados.

El cerdo, como dice el refrán, lo aprovechan al máximo en Beniel, bien a la brasa y a la plancha o para elaborar embutidos. El arroz en sus diferentes versiones, la olla gitana, el cocido de pava o de cerdo con pelotas, los michirones, las migas y el conejo frito con tomate forman parte de su patrimonio gastronómico, junto a los paparajotes, los buñuelos, los pasteles de cabello de ángel, la mona de Pascua y los rollos de San Antón.

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