Algo tan precioso, que se vende casi a peso de oro, alrededor de los 10.000 euros el kilo. Que ya me dirán ustedes si ... no es para mirarlo con respeto, y usarlo prudentemente. El azafrán es muy importante en nuestro país, pero sus orígenes se remontan a los antiguos pueblos orientales. Su flor, etérea y voladiza, es lo más hermoso y delicado que podemos imaginar. Y, como dice la canción, «nace al amanecer y declina a media tarde».
Cuando llegan los dorados días de octubre, los campos manchegos se alfombran con el azul morado de miles de flores. A España llegó de la mano de los árabes, y fue en estas tierras que ahora son Castilla-La Mancha donde tomó arraigo, sobre todo en el moruno Albasit.
En Albacete, Toledo, Cuenca y Ciudad Real, los campos azafraneros se pierden en el horizonte, y dicen que de aquí sale el mejor azafrán del mundo. Y en esta Región es donde se aposentará el Banco del Azafrán, en el que se guardarán todas las variedades genéticas del mundo.
Era la dote de las novias humildes, pagaba valiosas joyas familiares, paños e hilos
Es una de las especias más apreciadas desde la más remota antigüedad, no solo en la cocina, sino en perfumería y medicina. Griegos y egipcios la tenían en mucha estima. Hasta el mismo Homero contaba que la diosa de la Aurora, prendada de la delicadeza de la flor, aparecía vestida con los colores del azafrán. Y las mujeres orientales, tal vez cautivadas por su encanto, se teñían el cabello con una infusión que les daba el color del azafrán.
En pleno siglo XXI, su faena sigue haciéndose del mismo modo artesanal; las máquinas están desterradas y su flor solo se manipula a mano. El azafrán es muy delicado y trabajoso. La cebolla se siembra a mano, doblando el espinazo, y se recoge agachándose cuando está abierta. Se lleva a una larga mesa, y allí sacan los pistilos de la flor poniéndolos a secar. Para obtener un gramo de azafrán, hay que mondar unas 150 flores, y por fin, el azafrán tostado sobre el calor lento de las llamas, esparce su aroma inconfundible.
Como condimento es uno de los más apreciados, a pesar de ser tan caro, al ser imprescindible en los pucheros, dándole a cualquier plato aroma y color especial. En cuanto a la medicina, corta las afecciones estomacales, es diurético, abre la gana de comer, fortifica el corazón; buen remedio para enfermedades cardiovasculares, antidepresivo y sedante, combate el estrés y la ansiedad. Es muy bueno el té de azafrán y las infusiones, pero nunca más de dos tazas al día, y no deben tomarlo las mujeres embarazadas. Cuando los niños están dentando, hacen una infusión con la que se frota las encías, calmando el dolor.
El azafrán ha sido muy importante en la economía familiar, tapando agujeros y dando caprichos. Era la dote de las novias humildes, pagaba valiosas joyas familiares, paños e hilos, con los que se confeccionaron los ricos trajes regionales... Y tiene su propia fiesta, que se celebra en Consuegra.
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