Raor, cocarrois, botifarró y una sorpresa china
No solo son sus calas de agua cristalina, sus impresionantes espacios naturales, sus bellos pueblos de costa y montaña, con sus alojamientos turísticos de excepcional ... calidad, lo que hacen de Mallorca un lugar especial que atrae a visitantes de todo el mundo. Viajeros que indefectiblemente vuelven en avión o barco a sus lugares de procedencia con una ensaimada y una sobrasada en el equipaje, los dos productos más conocidos de una rica gastronomía balear que constituye por sí sola un atractivo aliciente para visitar esta isla.
Si además se tiene el privilegio de tener buenos amigos allí, es posible disfrutar en estas fechas de un preciado manjar, que se disputan restaurantes de postín de toda España en las primeras semanas de septiembre. Hablo del raor, un pequeño pez cuya forma recuerda a las viejas navajas de afeitar y que en otras zonas del Mediterráneo recibe el nombre de galán y lorito. Escasean en las lonjas, donde se cotizan a precio elevado, porque no son una especie atractiva para la pesca comercial, dado que se capturan uno a uno y en un corto periodo de tiempo por su largo periodo de veda. Es ahora, entre septiembre y octubre, cuando numerosos barcos de recreo salen a las costas de Baleares en busca del raor, una delicia que no precisa más que de una simple fritura.
Si uno quiere complicarse en la cocina, lo recomendable es acompañar este pescado con una 'tumbet' (lleva tiempo porque cada verdura se hace por separado), mientras se disfruta de un aperitivo, por ejemplo, a base de cocarrois (la empanadilla mallorquina rellena de coliflor u otras verduras) y el típico botifarró de cerdo. Merece la pena. Una alternativa al raor, más barata, pero también deliciosa, es la llampuga, especie que se pesca artesanalmente en estas fechas, poco antes de que inicien un largo viaje migratorio.
Comer fuera de casa en Mallorca es también un disfrute. Hay alternativas para todos los gustos y bolsillos. De lo más sencillo a lo más exclusivo. He aquí unas sugerencias. Para una comida informal pero sabrosa está muy bien la céntrica Cantina Panzá en Palma. Cocina creativa de producto local y con buen ambiente en sala. Entre Valdemosa y Sóller, con una vistas excepcionales en plena sierra de Tramuntana, está el hotel Ca's Xorc, cuyo restaurante Barretes dispone de una impresionante terraza y una cocina de apreciable nivel. Buenos entrantes y un recomendable arroz 'a la llauna' con chuletón de vaca. Indispensables el aceite que elaboran con sus centenarios olivos y una sullerica, la cerveza artesanal de Sóller. Si por el contrario buscamos gastronomía internacional, apuesto por La Cocina China, restaurante con la mejor tradición culinaria del gigante asiático que lidera desde hace años la encantadora Cristina, todo un referente de la restauración en Palma.
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