La primera corrida de toros de la Feria Taurina de Murcia 2018 se ha sellado con el triunfo del murciano Rafaelillo y el francés Sebastián Castella, quienes han abandonado la plaza en hombros tras cortar dos orejas cada uno.
Rafaelillo volvía a su plaza tras tres años de ausencia, por lo que no ha dudado en poner toda la carne en el asador. El del Barrio del Carmen ha puesto empeño con su primero, realizando la faena de más conexión de la tarde, pero la espada se le resistió hasta en cuatro ocasiones y perdió así la posibilidad de trofeos.
Con el segundo de su lote se fue a porta gayola y continuó después con lances de rodillas. Con la muleta ha tenido algunos altibajos, sobre todo si tenemos en cuenta que su oponente arreaba más que el anterior. De nuevo el acero le jugó una mala pasada y su labor fue silenciada.
Y como dicen que no hay quinto malo, ha sido con este toro de Parladé con el que ha saboreado la gloria en su tierra, con la música y todo lo demás a favor, excepto el tiempo, ya que la lluvia empezaba a hacer acto de presencia. Finalmente, la anunciada gota fría ha dado tregua, el torero ha puesto empeño y el público ha conectado con él. Del ruedo al cielo, con dos orejas y la cara llena de albero después de agacharse a besar el suelo.
Su compañero de cartel, Sebastián Castella, tiene un carácter mucho más serio y así lo ha demostrado en sus actuaciones. En una tarde en la que han sobresalido los tercios de banderillas, el francés aireó su formalidad en la lidia de su primer antagonista.
Con el segundo de la tarde, al igual que en sus otras dos comparecencias, ha manejado eficazmente la espada y tras una faena un tanto insulsa ha paseado el primer trofeo de la tarde.
Fue con el último de la corrida con el que Castella dejó pinceladas de su toreo más personal y marcado estilo perfeccionista, lo cual le ha valido para cortar la otra oreja que le he abierto la puerta grande.