Delmás flaquea y David Simón aprieta

Al catalán se le plantea ahora un reto: ver cómo recupera la mejor versión de Delmás, esa que sacó el zaragozano cuando más se le necesitaba, con una salvación en juego. El defensor mostró en el peor momento que el contrato ofrecido por la comisión deportiva hace un año y medio, de tres temporadas, no fue fruto de un arrebato de Manolo Sánchez Breis y Paco Belmonte. En su estreno como albinegro, con Borja Jiménez en el banquillo, así lo parecía. Pero luego enseñó las garras y demostró que tenía argumentos.

Empezó, además, este curso sacando su mejor fútbol. Y en solo media campaña casi ha igualado el número de encuentros que disputó la pasada: 22 fueron el curso anterior, 14 de inicio, por los 21 choques en los que ha participado este, todos en el once de arranque. Se ha aupado así como el preferido de Carrión, a quien ya 'culpó' el lateral de su crecimiento. «Se debe a la confianza del entrenador», aseguró. Hasta hace pocas semanas nadie podía discutir su condición de favorito. Delmás era uno de los mejores del Cartagena en la mayoría de partidos.

Sin embargo, a Delmás no les están saliendo las cosas últimamente. Se proyecta bien en ataque por el carril diestro. Incluso se atreve con incursiones por el medio. Pero atrás sigue cometiendo fallos que enredan los partidos. Ejemplos son el error clamoroso que cometió frente al Alcorcón, donde le regaló en bandeja el gol a Marc Gual en una mala entrega a Marc Martínez, o lo sucedido en Valladolid, donde en los dos goles encajados le faltó contundencia. La falta de firmeza en otras salidas de la primera vuelta, como las de Amorebieta, Las Palmas, Oviedo o Huesca, también penalizaron a Delmás.

Tampoco estuvo acertado en el segundo tanto que recibió el Efesé en la última jornada de los tres que le endosó el Huesca. La mala fortuna se cebó con Alcalá, quien desvió la pelota para introducirla dentro de su propio arco. Pero Delmás estaba fuera de su posición, lo que abrió el hueco por su costado. Los focos vuelven a mirar al aragonés, quien ya se definió en anteriores experiencias similares como «una persona mentalmente fuerte» que no le hace mucho caso a las críticas ni a los halagos.

No ayuda al exjugador del Zaragoza que David Simón, principal competencia, esté rozando la excelencia en los pocos minutos de los que está disfrutando. El canario solo ha disputado siete partidos, pero los dos últimos han devuelto la confianza a un futbolista que casi abre la puerta de salida este pasado verano.

Su papel frente al Tenerife fue oro puro. La nota amarga la puso la lesión que sufrió en dicho encuentro, donde se tuvo que retirar a los 76 minutos de juego al romperse la muñeca. Nueve días después estaba recuperado, asistió a Ortuño en el primer tanto de los albinegros en Castellón, en el choque copero donde los cartageneros lograron la victoria por 1-2. Hace una semana, frente al Valencia, desplegó todo su arsenal y sacó un diez de nota final.

Cerca estuvo Simón de abandonar el Efesé hace unos meses. Era uno de los futbolistas que tenían que buscar destino una vez finalizada la pasada campaña, en la que su contrato se renovó automáticamente tras disputar un determinado número de partidos. Llegó a 26. En 22 ocasiones partió de salida. Pero la irrupción de Antoñito en el mercado de invierno y la resurrección de Delmás le llevaron a terminar el curso en el banquillo.

Ya en julio y agosto le llegaron ofertas del extranjero, aunque no le sedujeron. Que no encontrase un nuevo reto obligó a hacerle un hueco en el plantel y, a pesar de que no está teniendo oportunidades, últimamente está volviendo a ser un lateral muy aprovechable.