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De Blasis devuelve al Cartagena a sus tiempos más felices
Un golazo del Chiquito en el último minuto confirma la segunda remontada seguida de un equipo con hambre, fe y orgullo
Uno lleva más de una década tratando de volver al sitio que le corresponde y el otro quiere regresar por la vía rápida a ese ... lugar de privilegio en el que estuvo el último lustro. La experiencia te dice que el fútbol profesional suele olvidarse de ti muy rápido y que, si no sales pronto del pozo, al final te quedas dentro de él para siempre. Que se lo digan al Hércules, que bajó a Segunda B en 2014 y no ha podido volver a Segunda desde entonces. Once años en el fango. Toda una vida para un club que nunca estuvo tanto tiempo fuera de las categorías profesionales. La gestión calamitosa de Enrique Ortiz los ha condenado.
Con todo, un Cartagena-Hércules siempre es un partido especial. En Segunda, en la antigua Segunda B o en la nueva Primera RFEF, donde esta temporada se reencuentran y ambos parten con el mismo objetivo: subir y recuperar la gloria perdida, unos hace mucho y los otros hace muy poco. Los alicantinos han comenzado mal y los albinegros son posiblemente los que más confianza tienen ahora mismo en el grupo II. Javi Rey tiene a toda su plantilla enchufada y el Cartagena muestra en cada partido que, al margen de su potencial como equipo, tiene hambre, orgullo y fe.
FC Cartagena
Lucho García; Perejón, Rubén Serrano, Imanol Baz, Nacho Martínez; Fidalgo, Nacho Sánchez, 83), Larrea (Edgar Alcañiz, 67); Ander Martín (Diego Gómez, 67), Luismi Redondo (Ortuño, 82), Kevin Sánchez (De Blasis, 82); y Chiki.
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Hércules
Carlos Abad; Sotillos, Bolo, Retu; Samu Vázquez, Roger Colomina (Mangada, 70), Ben Hamed (Unai Ropero, 90), Javi Jiménez; Soldevila, Rojas (Jeremy de León, 73) y Fran Sol (Slavy, 70).
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Goles: 0-1, Sotillos (29). 1-1, Chiki (37). 2-1, De Blasis (89).
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Árbitro: Abraham Domínguez, mostró tarjeta amarilla al local Perejón y al visitante Sotillos. Doble amarilla y expulsión al visitante Retu en el minuto 80.
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Incidencias: Estadio Cartagonova 6.544 espectadores, unos 800 de ellos llegados de Alicante.
El partido tuvo todo lo que le faltó a los que el Efesé disputó el año pasado en el Cartagonova; ritmo, emoción, intercambio de golpes, errores propios del tercer escalón del fútbol propio y calor en las gradas. Era un duelo para 12.000 espectadores y ni siquiera se llegó a los 7.000, pero lo cierto es que los que fueron al campo lo hicieron para animar a su equipo y entregarse en cuerpo y alma desde su butaca durante toda la tarde. Acabaron con un monumental disgusto los 800 desplazados desde Alicante. Y se fueron a casa tremendamente felices los seguidores locales, que vuelven a creer en su equipo. Ellos también tienen hambre, orgullo y fe. La han recuperado.
Empezó mejor el Hércules, con un Carlos Rojas muy activo. Partiendo desde la izquierda, el ex jugador del Real Murcia tuvo dos arrancadas muy interesantes que no acabaron bien porque Rojas es un extremo que empieza muchas cosas pero no acaba ninguna. En el Cartagena también pasaba todo por el costado izquierdo, donde Kevin Sánchez era un auténtico cohete. Se iba con cierta facilidad de Samu Vázquez y generaba mucho peligro. Le faltó sin embargo un poco de temple a la hora de definir. La primera la mandó por encima del larguero, la segunda la echó a la red por fuera y la tercera la terminó con un pase de gol que Fidalgo no entendió.
Otro córner fatal
El decorado pudo cambiar por completo cuando el Hércules se adelantó en el marcador. De nuevo le marcaron al Efesé en un saque de esquina. Y otra vez fue en un envío pasado, al segundo palo, donde los de Javi Rey están teniendo verdaderos problemas en este arranque de campeonato. Perejón no cerró bien y el control de Javi Jiménez, aunque fue defectuoso, le sirvió para volver a poner la pelota en el área chica. Tampoco cerraron bien en esa segunda acción Imanol Baz ni Rubén Serrano y Sotillos, defensa visitante, metió el pie para poner el 0-1 y desatar la locura en el fondo norte bajo del estadio, teñido de blanquiazul.
El gol encajado fue muy similar al primero del Atlético Madrileño en el debut liguero en el Cartagonova. Y, como hace quince días, la reacción del Efesé fue muy parecida. No se asustó y se fue con todo hacia arriba. Debió empatar Kevin Sánchez, pero su remate en el segundo palo se encontró con una estupenda parada de Carlos Abad. También pudo hacer el segundo el Hércules, con un disparo de Ben Hamed que se endiabló al tocar en Fran Sol. Pero lo que vino fue el 1-1, un gol de bellísima factura de Chiki. El ariete catalán se estrenó este curso con un fantástico remate de cabeza que mejoró un servicio desde la izquierda de Nacho que ya era excelente.
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En el segundo tiempo, las fuerzas se igualaron bastante. No había ocasiones claras y en el centro del campo nadie se imponía. En el Hércules aparecía Soldevila de vez en cuando y en el Cartagena se veía muy poco a Luismi Redondo. A Kevin Sánchez empezó a pesarle el esfuerzo del primer tiempo y Ander Martín, titular en el día de su debut, no entró demasiado en juego. Se le vio incómodo a pierna cambiada en la derecha, recibiendo siempre de espaldas y con pocas sinergias todavía con un Perejón que no paró de subir la banda.
Éxtasis albinegro
Javi Jiménez buscó el gol a un cuarto de hora del final, pero se encontró con la estirada de Lucho García. Y cuando quedaban diez minutos los visitantes se quedaron con uno menos. Diego Gómez, que destacó mucho en el rato que jugó, forzó la segunda amarilla de Retu. Entraron a renglón seguido Nacho Sánchez, De Blasis y Ortuño y estos dos últimos se marcaron un regreso al pasado que llevó el éxtasis al Cartagonova en el último minuto del tiempo reglamentario.
Perejón percutió con su habitual fe inquebrantable y la puso el primer palo, Ortuño se inventó una gran dejada y De Blasis la puso en la escuadra. Se volvió loco el Chiquito en la celebración. Enloqueció el banquillo local. Y, por supuesto, entró en trance la grada, que recuperó de golpe toda la felicidad perdida en los últimos meses. Hay historias de amor que nunca deberían terminar. La del Cartagena con De Blasis es una de ellas. Es ridículo hablar de ascenso en septiembre y será muy difícil que todo acabe como ya estamos soñando. Si terminara así, desde luego, acabaríamos hablando de un amor para la eternidad. De Blasis ha vuelto para que nunca más olvidemos su nombre.
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