Batalla estéril para el Cartagena en Ipurúa

Le compraron la idea sus futbolistas, que van con su entrenador al fin del mundo. Y no se dejaron ir en un contexto que invitaba a ello. Un rival muy potente en busca del ascenso directo, un estadio complicado como pocos y muchos meses con el acelerador pisado hasta el fondo para evitar el descenso se juntaban para imaginar que los de Calero podían tomarse un respiro y empezar a pensar en sus merecidas vacaciones. Sin embargo, el Efesé eligió seguir compitiendo y vendió muy cara su derrota frente a un conjunto armero que tiene a varios futbolistas de Primera y que esta vez puede acabar logrando el ascenso. A la tercera puede ir la vencida.

Solo se equivocó una vez el Cartagena y le costó perder el partido, lo que demuestra la verdadera dimensión del rival que tenía delante este domingo en Ipurúa. En un córner, Luis Muñoz se quedó clavado cerca del banderín y de nada sirvió que todos sus compañeros salieran rápidamente del área chica y dejaran en posición antirreglamentaria a Stoichkov. Remachó el gaditano, completamente solo en el segundo palo, una buena peinada en el primero del sempiterno Arbilla. El línea levantó el banderín, pero el VAR demostró que Luis Muñoz rompía el fuera de juego de una forma tan clara como absurda.

El propio Luis Muñoz, con la idea de redimirse cuanto antes, lideró la reacción de los visitantes, que tuvieron dos buenas llegadas para empatar. En la primera, el malagueño se quedó con la miel en los labios, ya que estaba listo para empujar la pelota a la red, tras un pase de Jairo, pero Berrocal se adelantó y salvó el gol. En la segunda, con Ortuño y Arnau Solá bien colocados para recibir un pase, Luis Muñoz optó por terminar la jugada con un zurdazo que Luca Zidane atrapó con seguridad. Antes de eso, en unos minutos de desconcierto del Cartagena tras el golpe del 1-0, Stoichkov perdonó el segundo, tras una pérdida de Arnau Solá y un pase entre líneas magistral de Mario Soriano, el mejor del encuentro.

Se serenó el Cartagena y el Eibar, que se jugaba colocarse en puestos de ascenso directo a solo 180 minutos del final de la temporada regular, hizo algo que no ha hecho en todo el campeonato: dar dos pasos hacia atrás y dejar que su rival moviera la pelota. Llegados a este punto de la liga, Joseba Etxeberria no quiso arriesgar lo más mínimo y entendió que a estas alturas de mayo el fin siempre justifica los medios. Ese 1-0 era oro puro. Y había que conservarlo. Dominó el Efesé, mucho más combinativo que de costumbre. Movieron bien la pelota los visitantes en su campo y tuvieron criterio para llevarla a los costados, donde Luis Muñoz y Jairo tuvieron bastante protagonismo. Pero cerca del área se le fundieron todos los plomos a los albinegros, incapaces de encontrar a Ortuño primero y a Darío Poveda después.

Así, un centro de Luis Muñoz que se envenenó y casi sorprende a Luca Zidane acabó siendo lo más parecido a una oportunidad clara del Cartagena en el segundo tiempo. Y ese lance llegó en el primer minuto de la reanudación. Los cambios de Calero no sirvieron de mucho. Es verdad que con el paso de los minutos la sensación de dominio del Cartagena fue a más. Pero en ningún momento temió el Eibar por el resultado, ya que Luca Zidane no tenía que intervenir. No hubo remates del Efesé y, por tanto, no fueron necesarias las paradas del meta local.

Se demostró de nuevo que Arnau Ortiz en la banda derecha está muy incómodo y que a Darío Poveda hace semanas que se le fue el brillo de su primer mes en el Efesé. Tampoco aportó nada el colombiano Juanjo Narváez, junto a Juan Carlos Real el único jugador de la plantilla al que Calero no ha podido sacar punta. La diferencia es que Narváez sí ha tenido minutos para rebelarse. Y no lo ha hecho. Diego Moreno y Mikel Rico, los otros dos que entraron desde el banquillo, estuvieron correctos, pero no son jugadores que por sí mismos puedan modificar el rumbo de un encuentro.

Konrad De la Fuente y Mario Soriano pudieron sentenciar el choque a la contra, pero no pudieron batir a Raúl Lizoain. Lo intentó hasta el final el Cartagena, con la confianza que da el saberse salvado y sin tener miedo a nada. Esta última pelea, la de ser el mejor equipo de 2024, es completamente artificial. Pero que nadie tenga la más mínima duda de que el Cartagena va a dar la batalla hasta el último instante. Así las cosas, los aficionados del Huesca y del Espanyol, próximos rivales del Efesé, tienen motivos para estar preocupados de cara a las dos últimas jornadas. Oscenses y catalanes se juegan el descenso y el ascenso, respectivamente. Y no tiene pinta de que el Cartagena tenga intención de cogerse vacaciones antes de tiempo.