Lorca exige el desbloqueo de la construcción de las infraestructuras de defensa de avenidas
Las obras son imprescindibles para contener los 'golpes' de las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla y el canal de Biznaga
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Jueves, 5 de junio 2025, 00:07
Las lluvias torrenciales de la pasada primavera causaron en Lorca daños por valor de más de 35 millones de euros. Los episodios de fuertes lluvias, riadas e inundaciones son recurrentes en el Valle del Guadalentín como demuestra la historia.
Desde 1545, en que ocurrió la Riada de San Luis, que causó graves daños, se han contabilizado 50 grandes riadas. Algunas tan catastróficas como la de San Calixto, el 20 de octubre de 1651, en que fallecieron más de 1.000 personas en la cuenca del Segura por el desbordamiento de cauces.
Riadas históricas
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5 de agosto de 1648. Una de las mayores inundaciones de la época. Consecuencia de la rotura de Puentes I. La avalancha de barro y agua arrasó San Cristóbal y la torre del Convento de la Virgen de las Huertas se vino abajo.
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20 de octubre de 1651. Riada de San Calixto. Una de las más dramáticas. Más de 1.000 personas fallecieron en la cuenca del Segura por el desbordamiento de cauces.
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30 de abril de 1802. Rotura del embalse de Puentes. Una ola de 12 metros causó 608 muertes, 809 casas quedaron destruidas y fueron arrancados 41.000 árboles por la fuerza del agua.
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14 y 15 de octubre de 1879. Riada de Santa Teresa. En toda la cuenca causó más de 1.000 muertos. Destruyó los Sangradores y parcialmente los barrios de San Cristóbal, Santa Quiteria, San Juan y San Ginés.
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19 de octubre de 1973. Riada del 73. 13 personas perdieron la vida.
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7 de septiembre de 1989. Una tromba de agua obliga a abrir las compuertas del Pantano de Puentes. El agua anega las calles de Lorca y la huerta. La Rambla de Biznaga se desborda afectando a La Hoya, El Esparragal, Campillo y Torrecilla.
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28 de septiembre de 2012. Riada de San Wenceslao. 2 fallecidos y 300 viviendas afectadas.
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Marzo de 2025. El temporal de lluvias provoca daños por valor de 35 millones de euros.
La rotura del Pantano de Puentes, en 1802; la Riada de Santa Teresa, que destruyó los barrios de San Cristóbal, Santa Quiteria, San Juan y San Ginés; y la de San Wenceslao, el 28 de septiembre de 2012, con 2 fallecidos y 300 viviendas afectadas, refrendan la 'cruzada' iniciada por los lorquinos «para exigir el desbloqueo de la construcción de las infraestructuras de defensa de avenidas. Estas obras son imprescindibles para contener los 'golpes' de las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla y el canal de Biznaga», aseguró en declaraciones a LA VERDAD el alcalde, Fulgencio Gil Jódar, con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente.
Y, tajante, señaló que «la historia, con más de 50 grandes riadas, refrenda las actuaciones para evitar estos tsunamis de agua dulce en las vegas de los ríos Guadalentín y Segura, que avalan y legitiman regantes, ingenieros, geógrafos y arquitectos. 'Las presas salvan vidas y haciendas', fue la principal conclusión de la jornada 'La riada de San Wenceslao. Lecciones y estrategias de futuro', que organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, se llevó a cabo tras la riada de San Wenceslao. Esa afirmación quedó constatada durante el episodio de lluvias torrenciales del 28 de septiembre de 2012, uno de los más relevantes de cuantos se tiene registro en la cuenca del Segura».
Actuar con responsabilidad
En ese contexto se ha puesto en marcha la campaña 'El olvido nos ahoga. ¡Presas ya!', que «pretende las infraestructuras necesarias para exigir soluciones reales y evitar que el olvido siga ahogando a Lorca. El riesgo está presente como se ha demostrado esta primavera, por lo que hay que actuar con responsabilidad. Tras cada una de las inundaciones que ha sufrido nuestro municipio, las administraciones de la época tomaron nota y respondieron construyendo infraestructuras que protegieran a los lorquinos. Reclamamos que se agilicen esas obras que tenían que estar acometidas desde hace largo tiempo, porque en septiembre se cumplirán 13 años desde la Riada de San Wenceslao», apostilló el alcalde de Lorca.
Aquel 28 de septiembre de 2012 la pluviometría alcanzó la cifra máxima diaria de 179 litros por metro cuadrado, con una intensidad de 17 litros por metro cuadrado en cinco minutos. Las precipitaciones se concentraron en el entorno de los ríos Guadalentín y Mula y desencadenaron unos caudales punta de avenida de 4.500 metros cúbicos por segundo en Valdeinfierno (Lorca) y unos 2.500 metros cúbicos por segundo en la rambla de Nogalte (Puerto Lumbreras).
Las presas y los embalses de Puentes y Valdeinfierno, lograron frenar una histórica avenida que habría arrasado las vegas del río Guadalentín y Segura, con unas puntas previsibles de caudal superiores a 2.000 metros cúbicos por segundo a su paso por las ciudades de Lorca, Murcia y Orihuela. Es imprescindible construir las infraestructuras necesarias para evitar los embates de las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla y el canal de la Rambla de Biznaga, y la limpieza de cauces de ramblas en la comarca del Valle del Guadalentín, como se argumentó en el 'Manifiesto del Guadalentín', dentro de la campaña 'El olvido nos ahoga. ¡Presas ya!'.
Pero también es fundamental, insistió Gil Jódar, la «limpieza de cauces de ramblas en la comarca del Valle del Guadalentín. En algunos lugares la masa forestal alcanza los cinco metros de altura. Es tan densa que podría obstruirlos en caso de producirse lluvias torrenciales, provocando inundaciones. La magnitud de los desastres de riadas e inundaciones han llevado siempre a impulsar y emprender la elaboración de planes de defensa. Actuaciones para evitar que se repitan las tragedias».
Proyecto esencial
La necesidad de construir Puentes IV quedó acentuada con las inundaciones de 1986 y 1987, que provocaron la elaboración del Plan de Defensa Contra las Avenidas de 1987, que daba luz verde definitiva a este proyecto. La obra fue inaugurada en el año 2000, con capacidad de frenar una riada con el doble de fuerza que la de 1973. «Su fortaleza quedó contrastada en las inundaciones de finales de septiembre de 2012. La principal causa señalada en su momento por el Ayuntamiento fue la falta de una preparación adecuada del lecho del río, puesto que se encontraba al mismo nivel que las calles del barrio de San Cristóbal, e incluso más elevado que algunas zonas de Santa Quiteria y San Diego», añadió.
La solución, aportó el alcalde de Lorca, «se haya en la ejecución de las obras para levantar los diques de laminación en las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, así como el demandado encauzamiento de la Rambla de Biznaga. La ampliación del drenaje de la autovía Lorca-Águilas (Puente del Vao), junto a la revisión de las actuaciones que se están desarrollando para construir la línea de Alta Velocidad a su paso por la rambla de Torrecilla y la limpieza integral de las ramblas del municipio».
Por último, indicó que «el Sistema de Defensa frente a Inundaciones implantado en la cuenca contribuyó a reducir los efectos de la riada de San Wenceslao, destacando especialmente la presa de Puentes y el desvío del Paretón, que evitaron que las grandes poblaciones de la cuenca fueran inundadas. Sin embargo, las zonas de Nogalte, Biznaga, campo de Lorca, Puerto Lumbreras, Totana, Mazarrón, Águilas y Pulpí y Cuevas de Almanzora, resultaron muy afectadas».