El tiempo máximo que tiene una empresa para pagar el finiquito y todo lo que debe incluir

El final de una relación laboral conlleva una serie de trámites entre el empleado y la empresa. El contrato puede terminar por distintos motivos, como la incorporación de la persona a la que se estaba sustituyendo, un despido disciplinario o un recorte de plantilla, entre otras causas. El procedimiento puede diferir según el caso, aunque hay ciertos documentos que son comunes a todas las situaciones.

Uno de ellos es el finiquito, que representa la liquidación económica final. Esto quiere decir que la empresa debe reflejar por escrito todos los pagos pendientes que deben al trabajador. Este documento tiene que incluir aspectos como el salario correspondiente hasta la fecha de finalización del contrato, las vacaciones no disfrutadas, las horas extras acumuladas y cualquier otra compensación que le corresponda.

Todos los empleados tienen derecho a recibir finiquito siempre que salgan de una compañía, tal y como indica la Fundación Adecco. Esta consultora del sector de los Recursos Humanos establece que en el momento de la firma puede ir acompañado por un representante de los trabajadores. Además, recomiendan fijarse bien en todas las cantidades que aparecen, así como las fechas y los datos que figuran.

El Estatuto de los Trabajadores no establece ninguna fecha máxima para abonar la cuantía que se ha acordado. No obstante, lo habitual es que se entregue el mismo día en el que cesa la relación laboral. Y es que, como su propio nombre indica, pone fin al nexo entre ambas partes, por lo que todos los importes se calculan hasta esa jornada.

Sin embargo, es posible que el pago se retrase si así se acuerda. En este caso, es preferible dejar por escrito la fecha tanto la que se efectuará el abono como el importe y la forma en la que se realizará el ingreso. Si se detecta algún error en el documento, se puede presentar una reclamación, pero esta debe hacerse antes de que se cumpla un año.

Estos dos conceptos suelen generar confusión, ya que ambos se traducen en un pago que la compañía realiza cuando se termina un contrato. En primer lugar, hay que tener en cuenta que el finiquito se cobra siempre, independientemente del motivo por el que el trabajador deja la empresa. Se trata de un trámite para saldar las cuentas adeudadas con el trabajador.

Por el contrario, la indemnización solo se paga si se produce un despido, es decir, si el empleado se va de manera voluntaria, no lo percibirá. De este modo, se podría definir como una compensación por la pérdida del puesto. Esta cuantía está destinada a mitigar el impacto económico que esta situación podría ocasionar a la persona en cuestión.

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