La producción de derivados del petróleo crece un tercio en Escombreras en 3 años

Exactamente, se trata de una subida de más de 2,5 millones de toneladas en este periodo. Una cifra espectacular que se justifica por la expansión de la demanda, unido a la alta capacidad productiva lograda tras la importante inversión en la modernizacion de la refinería durante los últimos años. El mercado nacional absorbe hasta el 63% de la producción, frente al 37% que de destina a la exportación. En este ámbito exterior, el 16% se queda en países de Europa, frente al 21% que es adquirido fuera del continente.

Con respecto a 2023, el repunte productivo es de 189.513 toneladas al cierre de 2024. Desde la compañía explican que se debe, fundamentalmente, a la parada de mantenimiento programada entre los meses de mayo y junio de ese año en el área de Hydrocracker del complejo del valle de Escombreras. Precisamente, se trata de las unidades que fabrican gasoil, queroseno y naftas para las gasolinas de alta calidad.

Hay que destacar que el principal derivado que se elabora en las instalaciones de Repsol en la ciudad portuaria se corresponde con los gasóleos, que acaparan prácticamente la mitad de toda la producción, ya que representan más de 5 millones de toneladas. Además, mantienen un crecimiento estable del 6,6% frente a 2023. Una tasa que está por encima del repunte de 4,8% en las naftas –1,8 millones–, materia prima que se utilizan para diferentes aplicaciones, como puede ser el subsector petroquímico, entre otros.

No obstante, la mayor subida porcentual, en virtud de los productos de mayor volumen, se observa en el queroseno de aviación, que en 2024 contabilizó ya por encima de 1,3 millones de toneladas, registrándose un alza interanual del 13,5%. Aparte, hay que citar el crecimiento en el último ejercicio de las gasolinas de automoción, un 24,4% más, aunque su producción sea más modesta, con 295.695 toneladas.

Es indudable que el hecho de contar con la primera planta en España y Portugal que produce combustible 100% renovable a escala industrial, ha supuesto un revulsivo en este terreno como una gran alternativa y solución inmediata en la descarbonización del transporte. Porque las nuevas instalaciones de Cartagena, con capacidad para 250.000 toneladas al año de diésel renovable y combustible sostenible de aviación SEF, a partir de residuos, permiten evitar hasta 900.000 toneladas de CO2 al año. Esto supone una reducción del 90% de las emisiones netas, en comparación con el combustible de origen mineral al que sustituye, debido a la menor intensidad de carbono. La multinacional energética española ha invertido hasta 250 millones de euros en la planta.

Sobre el crecimiento en queroseno destaca la estrategia comercial de Repsol para la firma de importantes acuerdos con aerolíneas como Iberia, Ryanair, Vueling, Air Europa y el más reciente con Volotea el pasado verano. El volumen de combustibles renovables en Cartagena representa así un 17% de la producción de queroseno, así como un 5% de la producción total de diésel.

Tampoco se puede olvidar en la evolución de la producción el hecho de que en 2021 se realizaron los trabajos revisión y renovación de las unidades de conversión e hidrotratamiento de la planta, para los que se destinaron 75 millones de euros, lo que obligó a realizar otra parada técnica. En concreto, el área de conversión se encarga de aprovechar los restos de crudo destilados en las áreas de refino para convertirlos en gasoil y gasolina, fundamentalmente, mientras que la de hidrotratamiento es la que limpia el petróleo de impurezas, como el azufre, el nitrógeno y el vanadio.