Los floricultores recuperan en la festividad de Todos los Santos el nivel de ventas previo a la Covid
La cooperativa Canaraflor comercializa más de 320.000 paquetes de tallos, el 20% de su facturación anual
Los cementerios se han vuelto a llenar de flores por el día de Todos los Santos y en recuerdo de los difuntos. Y con ello ... los productores murcianos de flor cortada han visto por fin recompensado el esfuerzo y la inversión realizada tras el fiasco del pasado año como consecuencia de la pandemia. A las pérdidas millonarias al explotar la Covid en pleno arranque primaveral de 2020 se sumó, meses después, el impacto de la tercera ola en vísperas, precisamente, de la tradicional cita otoñal en los camposantos españoles.
Unas pérdidas que dejaron tiritando las arcas de los floricultores. Por ello, desde la Administración se establecieron una serie de líneas de ayudas públicas para tratar de ayudar a paliar el desastre. «Hemos podido casi recuperar los volúmenes de 2019, con el suministro para la venta de unos 320.000 paquetes de tallos recogidos por nuestros socios durante octubre», resalta el gerente de la cooperativa Canaraflor, Juan Maravillas Ortega. Ahí se incluyen, además del clavel, otras variedades de productos como crisantemo, gladiolo, lilium, rosas, liatris y gypsophila paniculata, entre otros. Esta empresa ubicada en la pedanía ceheginera de Canara se ha convertido con los años en todo un referente nacional y europeo.
La importancia de esta festividad en la que las familias acuden masivamente a rendir tributo a sus fallecidos, mediante el adorno con flores de las tumbas, supone que el sector se juegue en estos días casi una tercera parte del negocio de todo el año, aunque en el caso de Canaraflor esa dependencia es menor, al quedarse en un 20%, gracias a la diversificación emprendida y al salto internacional protagonizado.
De hecho, el 70% de la producción anual de claveles de la cooperativa, hasta 30 millones de tallos, se destinan a la exportación, cuando hace una década el negocio exterior apenas llegaba al 3%. Francia, Países Bajos, Italia, Alemania y Portugal son los principales mercados. Aunque destaca también las cada vez mayores incursiones en los países del Este. Existen unas 200 explotaciones en todo el territorio regional, que emplean a cerca de 400 trabajadores. En conjunto registran una facturación global anual de 17 millones de euros, de los que más de un tercio se corresponde con la comercialización de la producción en los meses de primavera.
Aparte del predominio de estas explotaciones de invernaderos en el término municipal de Cehegín (Canara, Campillo de Los Jiménez, La Pilá), también es relevante la presencia en la comarca del Valle del Guadalentín (Puerto Lumbreras y Lorca). En cuanto a su peso en el conjunto del sector agrario murciano, supone algo más del 5%, según datos facilitados por la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente.
El valor del producto nacional
Solo Canaraflor mueve al año más de 6 millones de euros, aunque los efectos de la pandemia durante el pasado ejercicio «nos hizo perder un millón de euros», reconoce Ortega. Sin embargo, las expectativas para 2021 es que se consigan alcanzar las cifras de 2019. De hecho, se espera incrementar la facturación en otros 500.000 euros adicionales con la comercialización también de productos de explotaciones de no socios, en muchos casos procedentes de otras zonas de España. «Tratamos de atender todas las necesidad de nuestros clientes. De ahí que busquemos ofrecer el mejor servicio, con una gestión logística que pone de la forma más rápida y eficaz los productos en el lugar de destino», indica.
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