Ignacio Corlazzoli: «La experiencia murciana en agricultura es un referente para Latinoamérica»
«Su combinación del uso eficiente del agua, de la innovación y del robusto desarrollo agroindustrial es un ejemplo extraordinario»
JUAN CARLOS HERNÁNDEZ
MURCIA.
Lunes, 25 de abril 2022, 01:56
El Banco de Desarrollo de América Latina (también conocido como Corporación Andina de Fomento o CAF) designó el pasado mes a Ignacio Corlazzoli como su director en Europa, Asia y Oriente Medio. Dicho organismo financiero está formado por 18 países de Iberoamérica y Caribe, así como por España, Portugal y 13 grandes bancos privados. Corlazzoli, de nacionalidad uruguaya, asume esta nueva responsabilidad tras una larga trayectoria dentro de la institución. Su meta es posicionarla como «banco verde» y agente para la reactivación económica de los países que integra, atrayendo hacia ellos recursos internacionales para promover su desarrollo sostenible.
Bajo ese horizonte aboga por reforzar lazos con territorios que tienen capitales e innovaciones que aportar al otro lado del Atlántico, entre los que incluye a la Región de Murcia, por la experiencia de sus empresarios en cuanto a industria agroalimentaria, empleo del agua, obras públicas, gestión urbana, ingeniería, reciclaje de residuos, logística, servicios digitales, atención sanitaria, tecnología minera y despliegue de redes comerciales.
Ignacio Corlazzoli es un partidario entusiasta del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur (formado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, con Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam como Estados asociados). «Contribuirá a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos latinoamericanos y murcianos», resalta.
«Esperamos que para 2026 nuestras operaciones sean de 18.000 millones de dólares»
Una de las bazas para una rápida recuperación de los países latinoamericanos reside en la actual necesidad europea de aprovisionarse de 'commodities' y materias primas como consecuencia del conflicto de Ucrania. Entre ellas figuran cereales y soja de Brasil, Argentina y Uruguay; petróleo de México, Venezuela y Argentina; níquel de Colombia y Guatemala; cobre de Chile y Perú; litio de Bolivia, Argentina y Chile; fosfatos de Venezuela, así como alimentos procedentes de gran parte del continente suramericano, especialmente conservas, carne congelada, zumos y vinos.
El de alimentación es un ámbito en el que Murcia tiene mucho que aportar; sobre todo, en lo que se refiere a envases y maquinaria de procesamiento.
«Existe una oportunidad para países productores de materias primas y alimentos»
Corlazzoli participa este jueves en las jornadas de Futuro en Español, organizadas por Vocento, LA VERDAD y el Banco de Desarrollo de América Latina. En su intervención alentará a las empresas murcianas a intensificar sus ventas e inversiones en el continente suramericano y en las naciones caribeñas. Una oportunidad que, justo antes de la pandemia, se tradujo en 790 millones de euros de ingreso anual para 1.475 compañías y empresas murcianas. Una cifra que puede ser superada a corto plazo.
–¿Cómo han quedado las economías latinoamericanas bajo la pandemia?
–La mortalidad impactó de manera significativa en ellas, con un tercio del total de defunciones por Covid reportadas en el mundo, siendo que su población representa el 8,4% de la humanidad. Si bien es cierto que el continente venía acumulando problemas previos de informalidad y baja productividad, la pandemia ha sido devastadora para nuestros estudiantes, cuyas escuelas estuvieron cerradas durante 231 días en promedio, más que cualquier otra zona del mundo. Tal como afirmó recientemente nuestro presidente ejecutivo, Sergio Diaz-Granados, «la crisis silenciosa de Latinoamérica es la educación». En este sentido, CAF plantea entrar en áreas de mayor especialidad y poner el foco en la enseñanza para reponer esos dos años perdidos. La buena noticia es que las escuelas reabren y las empresas contratan. Sin embargo, las cicatrices permanecen y requieren nuestra atención. La crisis sanitaria tendrá un impacto a largo plazo frente a incertidumbres como la aparición de variantes del coronavirus, la inflación mundial y la situación actual entre Rusia y Ucrania. Por lo tanto, la necesidad de continuar con las bases de un crecimiento dinámico, inclusivo y sostenible sigue siendo primordial. Y de una forma cada vez más apremiante.
«Confiamos en que haya acuerdo entre la UE y el Mercosur bajo la presidencia española»
–¿Cuáles son las previsiones de crecimiento a medio plazo que maneja CAF para América Latina y Caribe?
–La región está en vías de recuperar los niveles anteriores de Producto Interior Bruto y de empleo. Tras un repunte del 6,9% en 2021, el FMI espera que el PIB de la zona crezca un 2,5% este año, más una tasa similar en 2023, y que la mayoría de los países reviertan las pérdidas derivadas de la crisis. No debemos pecar de optimismo. Estas proyecciones siguen siendo modestas. Las secuelas tardarán años en desaparecer si los países no toman medidas inmediatas para impulsar un proceso de recuperación. Existen retos en materia de infraestructuras, educación, innovación y eficiencia del gasto que deben afrontarse con reformas políticas que también aborden los efectos del cambio climático y aprovechen las enormes oportunidades de crecimiento que ofrece el camino hacia economías más sostenibles.
–¿Qué papel juega el Banco de Desarrollo de América Latina bajo esta situación?
–Las grandes crisis también abren enormes oportunidades para reestructuraciones económicas a gran escala. La mayor transformación podría surgir de la digitalización acelerada, propiciada por la pandemia. CAF, junto con el apoyo de España como país miembro, está tomando medidas amplias y firmes para apoyar a nuestros países a fortalecer su respuesta ante la pandemia, mejorar la vigilancia sanitaria y las intervenciones de salud pública, así como ayudar al sector privado a mantener sus operaciones y empleos.
Crecimiento verde
–¿Qué ámbitos económicos se van a impulsar desde el organismo al que usted representa?
–El crecimiento verde supone una gran oportunidad, teniendo en cuenta que nuestros países suponen tan solo el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y tienen enormes ventajas comparativas que ofrecen oportunidades para nuevas industrias y exportaciones. Además, el continente tiene gran potencial en electricidad renovable –solar, eólica y geotérmica– más un vasto capital natural, como son agua, árboles y biodiversidad.
«Lo impulsamos en Murcia para el intercambio de conocimientos y buenas prácticas»
La gran apuesta es que CAF se convierta en el banco verde de América Latina y el Caribe, que contribuya al cumplimiento de metas de la COP26 de Glasgow, donde los socios se comprometieron a reducir en 2030 la emisión de gases de efecto invernadero. Para 2026 esperamos que nuestras operaciones sean de 18.000 millones de dólares, y que el 40% de ellas se destinen a financiación verde. También se espera que el 15% de nuestra cartera vaya de la mano del sector privado, con prioridad sobre la acción climática.
Por otro lado, quiero destacar que próximamente celebramos los 20 años del ingreso de España en el Banco de Desarrollo de América Latina y queremos conmemorar lo logrado. Pero también imaginarnos muchas más décadas de trabajo común. Hay cantidad de desafíos en los que podemos trabajar e impulsar conjuntamente.
–¿La necesidad europea de hidrocarburos, cereales, metales y demás materias primas a raíz de la crisis en Ucrania podría reforzar los flujos comerciales con América Latina?
–El conflicto desencadena consecuencias económicas heterogéneas, tanto positivas como negativas. Ha subido el precio de los hidrocarburos y de otras materias primas, lo que beneficia a productores como Venezuela, Brasil, Ecuador, México y Colombia. Pero castiga a los no productores, como son los países centroamericanos y caribeños. También provoca tensiones inflacionarias que afectarán a todos. A medio plazo, hay una nueva ventana de oportunidad para un continente aportador de algunas materias primas clave, especialmente para la revolución tecnológica. A eso se suma la producción de alimentos, que atraen inversión extranjera.
Igualmente hay que considerar el incremento del precio del dinero, ahora que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) aumentó en marzo en un 0,25% su tasa de interés por primera vez desde 2018. En el Banco de Desarrollo de América Latina trabajamos con nuestros países para aportar respuestas contracíclicas que incorporen conocimiento, tecnología e innovación a partir de exportaciones con valor agregado.
–¿Qué papel juega el organismo al que representa dentro de la negociación del tratado de libre comercio entre la UE y el Mercosur? ¿Se han retomado las negociaciones tras la pandemia?
–La integración está en el ADN de nuestra institución. CAF es quizás el mayor bien público de América Latina y el Caribe. En ese sentido apoyamos cada uno de los procesos de integración del continente. Hasta hace unas semanas, el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur parecía inaplicable. Sin embargo, la creciente preocupación de los europeos por la seguridad de su abastecimiento energético, de materias primas y de alimentos ha provocado un cambio inesperado. Las interrupciones en las cadenas mundiales de suministros, así como los elevados costes logísticos derivados de la pandemia, más el cambio drástico geopolítico por la situación entre Rusia y Ucrania, hacen que el proyecto vuelva a ponerse sobre la mesa en Bruselas.
Tal integración necesita ser verde, con más comercio, donde América Latina y el Caribe tengan un rol protagonista como proveedores de alimentos y energías limpias. Con más tecnología punta incorporarán valor agregado y trabajo de calidad.
–¿Podría adelantar una fecha para su entrada en vigor?
–Confiamos en que se logre materializar la aprobación de este histórico acuerdo durante la presidencia española de la Unión Europea en 2023.
–¿En qué medida puede contribuir la experiencia murciana relacionada con agricultura, gestión del agua e industria alimentaria en países iberoamericanos?
–Es excepcional y sirve para colocar a la Región como un referente en el sector agroalimentario. Castigada por una tradicional escasez hídrica, ha logrado hacer de la necesidad virtud. Reutiliza cada gota de agua depurada, incorporando nuevas tecnologías de producción agrícola, implementando sistemas punteros de riego y desarrollando una boyante industria alrededor de la agricultura. Esta combinación de factores, basados en el uso eficiente del agua, la innovación y el fomento de un robusto desarrollo agroindustrial, es un ejemplo extraordinario al que pueden mirar muchos de los países latinoamericanos y caribeños con pretensión de incrementar su frontera agrícola a través de la irrigación.
–¿En qué se traduce?
–En que desde hace cinco años impulsamos las jornadas de Futuro en Español en Murcia, a fin de promover a partir de ellas el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre España y América Latina.
Un bache que puede ser superado a corto plazo
La pandemia supuso un serio bache para las relaciones comerciales entre Murcia y los países de América Latina y Caribe que ya se va superando. El pasado ejercicio se saldó con 540,6 millones de euros en ventas de mercancías murcianas a dichas naciones, un 15,2% más respecto a 2020, según el Icex. Pero queda mucho recorrido para llegar al nivel previo a la aparición de la Covid. En 2019 fueron 790,3 millones.
Los principales compradores son, por este orden, Brasil, México, Chile, Colombia, Ecuador, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Argentina y Panamá. Los productos más vendidos son gasóleo, fuel y aceites lubricantes, latas para conservas, alimentos, bebidas, productos químicos, metales, maquinaria y artículos de moda.
Pero las bazas están en la otra orilla del Atlántico. La balanza es desfavorable para la Región. Esto es, un total de 2.125,1 millones en importaciones durante 2021 frente a los citados 540,6 en ventas. Supone una tasa de cobertura de tan solo un 25,44% por parte de Murcia en cuanto a intercambios comerciales.
México y Brasil
¿La razón de ello? Los aprovisionamientos de crudo por parte del complejo petroquímico de Escombreras y de soja para los fabricantes de piensos. Aquí ganan México y Brasil. El primero es el mayor socio comercial de la Región por sus suministros de petróleo: 3.924.609 toneladas con las que facturó 1.468,7 millones de euros el año pasado (+70,1% interanual). La nación carioca, por su parte, captó 312,8 millones en soja (+47,2%) y derivados para piensos (+90,4%), así como 50,4 millones en cereales (+28,5%).
Pese a tales flujos comerciales, la inversión latinoamericana en la Región fue marginal bajo la pandemia. Ascendió a tan solo 686.980 euros. Y el Icex recuerda que 652 empresas iberoamericanas financian proyectos en España.
La inversión murciana en el sur de América sumó un total de 26,4 millones entre 2020 y 2021. Casi todo fue a iniciativas agroalimentarias y compra de tierras, así como a proyectos de construcción.
El Icex resalta que Iberoamérica requiere inversiones con vocación a largo plazo y recuerda que constituye «uno de los grandes reservorios de materias primas del mundo».