Sostenibilidad, la llave del confort y la eficiencia en las viviendas
EFQ.
MURCIA
Lunes, 15 de marzo 2021, 20:35
Construir viviendas y edificios sostenibles ha pasado de ser una opción a una práctica muy extendida en los tiempos actuales. El sector inmobiliario se comprometió hace algunos años a no solo levantar nuevas construcciones bajo los principios de eficiencia, sino también a reformar los inmuebles ya existentes para dotarlos de mejoras que supongan un beneficio para el entorno e incluso para las economías domésticas.
¿Y qué es una vivienda sostenible? Aquella que ha sido construida con materiales locales (además de reciclados o reutilizados, naturales y rápidamente renovables) que respetan el medio ambiente y ha sido diseñada teniendo en cuenta el clima del lugar, con el objetivo de aprovechar los recursos del entorno.
En España, sin embargo, cerca del 80% del parque total de viviendas (25,6 millones de viviendas) están mal aisladas y ello deriva en pobreza energética. Conformarse y no hacer nada no son la solución, ya que la rehabilitación de esas construcciones se erige como la oportunidad perfecta para conseguir un correcto aislamiento térmico que evite esas pérdidas de energía, las cuales contribuyen a aumentar el precio de la factura y a no mantener la temperatura de confort en el interior, es decir, el calor en invierno y el fresco en verano.
Los edificios generan el 39% de las emisiones mundiales de carbono por el consumo energético
A día de hoy, los edificios son responsables del 39% de las emisiones mundiales de carbono por el consumo energético, según el World Green Building Council. De este porcentaje, un 28% corresponde a las acciones de calentar, enfriar o iluminar sus espacios y el resto, a las asociadas con los materiales y procesos de construcción. Para hacer frente al desafío de rebajar estos porcentajes, que no se trata de un asunto sencillo, se requiere de la unidad de todos los agentes del sector, entre los que figuran las promotoras, constructoras, entidades financieras, ciudades, administraciones, empresas y ciudadanos.
La sostenibilidad llevada a la construcción se ha plasmado principalmente en las casas unifamiliares, pero cada vez se apuesta más por extrapolar este modelo a los edificios de viviendas, hoteles y otros centros de uso colectivo.
Ola de ventajas
Los edificios sostenibles presentan una serie de ventajas que resultan bastantes atractivas sumarse a esta ola que incluye beneficios para el entorno y el bolsillo. En este sentido, el consumo energético cae ocho veces con respecto al que registra una vivienda tradicional, y lo mismo ocurre con el gasto de agua, que se reduce en un 40%. Igual de apetitoso resulta el valor de tasación que puede alcanzar si se rehabilita, aumentando hasta un 25%, debido al incremento de la calidad de su construcción.
A simple vista, las placas fotovoltaicas reflejan que una casa o edificio funciona de manera autosuficiente para generar electricidad y agua caliente simultáneamente gracias a la energía solar. Otros equipos diseñados para la autosuficiencia son los generadores eólicos, colectores solares y bombas de calor geotérmicas. El ahorro de agua se logra con sistemas tan precisos como los aireadores en los grifos que limitan el caudal saliente, grifos monomando, inodoros de doble descarga, sistemas de reutilización de agua de la ducha y lavabo.
Una de las actuaciones esenciales, quizás la más importante, consiste en que la envolvente térmica sea óptima y sin filtraciones de aire. De esa manera, el edificio mantiene el calor en invierno y el frío en verano y, por ende, se logra un ahorro energético de un 30% en los gastos de aire acondicionado y calefacción.
También hay que prestar mucho la atención a la orientación. Por ejemplo, en los climas fríos se diseñará hacia el sur y en los cálidos se aprovecharán las sombras de árboles u otros edificios para mantener los rayos de sol a raya. Además, se pueden colocar ventanas bien localizadas, sistemas de aprovechamiento de la luz natural o mecanismos para evitar deslumbramientos. En cuanto a la ventilación, para que garantice un ambiente interior respirable y fresco, ha de apostarse por un sistema natural (o mecánico) que renueve el aire contaminado e infiltre limpio y fresco.
Por su parte, para la calefacción hay varias alternativas: calderas de biomasa, calderas de condensación, bombas de calor aire-agua o calefacción por suelo radiante. Los electrodomésticos y la iluminación, del mismo modo, ofrecen modelos de bajo consumo y con certificados energéticos de máxima eficiencia, ya que gastan menos recursos que los tradicionales y duran más en el tiempo.
Retorno de la inversión en 5 años
Construir siguiendo los parámetros de sostenibilidad lleva acarreado un sobrecoste que oscila entre un 3% y un 8%, aunque la inversión se amortiza en un plazo de tiempo que ronda los cinco años, gracias al ahorro en la factura energética. Se estima que el consumo se reduce hasta un 80% con respecto al de la vivienda tradicional. A esto se suma que al tratarse de un mercado específico y con una tendencia de crecimiento sostenido, resulta una interesante apuesta decantarse por estas construcciones como una opción de venta y promoción, porque genera desde un mayor retorno de la inversión hasta un ingreso neto anual más alto. Igualmente, el cambio hacia un modelo sostenible también se presenta como una enorme oportunidad para la recuperación de la economía. Las empresas del sector tienen ante sí un mercado por el que les llegan dos propuestas de negocio bien definidas: por un lado, los propietarios que desean levantar una casa sobre plano, y por otro, quienes se decidan reformar una ya existente.