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Aprender sobre tecnología es todo un reto para muchas personas mayores. Freepik
TIEMPO LIBRE. Las personas mayores realizan, a partir de los 65 años, un gran número de actividades a través de las que retoman viejos intereses

Aficiones para celebrar la jubilación

Bea Martínez

MURCIA

Viernes, 1 de octubre 2021, 00:20

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La llegada de la jubilación es un punto de inflexión para muchas personas. Del estrés diario, los horarios y las prisas pasan a un momento vital en el que prima el tiempo libre, el descanso y la relajación. Este nuevo horario exento de preocupaciones es todo un aliciente para muchos, que lo ven como el momento ideal para coger con ansias aquellas aficiones y pasatiempos que se quedaron olvidados bajo montañas de obligaciones.

La mejora de la calidad y la esperanza de vida es, además, un motivo más para disfrutar de una especie de segunda juventud que rompe con el estereotipo de persona mayor. Según el informe Envejecimiento en Red 2020 elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS), las mujeres en España tienen una esperanza de vida al nacer de 85,9 años y los hombres de 80,5 años (83,2 ambos sexos), según las últimas tablas de mortalidad de INE. Estas actividades que llevan a cabo tienen además un componente social muy importante. Tal y como indica este mismo informe, en España se viene observando en los últimos años un incremento de los hogares unipersonales en personas de 65 y más años, siendo la proporción mayor entre las mujeres que entre los hombres (31% frente a 17,8%), por lo que realizar actividades fuera de casa les ayuda a relacionarse, conocer gente nueva y establecer vínculos estrechos con gente de su misma edad.

Una de las primeras aficiones que se activan cuando las obligaciones se apagan son las educativas. La falta de tiempo, y a veces de recursos, impide a muchos apuntarse durante la juventud y la madurez a actividades que impliquen la adquisición de conocimientos. Es por ello que a los 65 años el mono de trabajar es sustituido por los libros en todas sus variantes: desde aquellos que optan por aprender nuevos idiomas, perfeccionar los que ya tienen o especializarse en alguna materia a través de cursos, hasta los que pasan las pruebas de acceso a la universidad y acaban cumpliendo su sueño de finalizar un grado. Entre las motivaciones que les llevan a ello destaca el enriquecimiento y superación personal, la mejora de la autoestima y la vuelta a una rutina, pero esta vez elegida.

Según datos del INE, las mujeres tienen una esperanza de vida de 85,9 años y los hombres de 80,5

Las tecnologías, el reto a conquistar

La tecnologización del mundo es un hecho indiscutible. El papel y el boli han dado paso a los ordenadores, las aplicaciones, los móviles y todo tipo de sistemas informáticos que a veces se hacen ininteligibles para muchos mayores, a los que les cuesta adaptarse a estos cambios con la misma rapidez con la que lo hacen aquellos jóvenes que prácticamente han vivido toda la vida con ello. Por ello, llegados a los 65 años, muchos buscan en su tiempo libre ponerle remedio a este problema y romper con la conocida 'brecha digital' a través de cursos. En esta actividad, con duraciones desde apenas unos meses hasta un año completo, pueden adquirir tanto conocimientos básicos como encender y apagar el ordenador, hacer carpetas o bucear por la red, hasta convertirse en verdaderos expertos del manejo de distintas aplicaciones o la edición de vídeo e imagen. Estas acciones además tienen un gran beneficio para ellos, pues favorecen la agilidad mental, les introducen en el uso de las TIC y les facilitan una vida diaria que ya no se entiende sin la tecnología, presente en cualquier sitio.

Voluntariado social

El carácter altruista es algo que se lleva en los genes y que no se pierde con la edad. La Región de Murcia cuenta con un número altísimo de ONG y asociaciones sin ánimo de lucro en todos los ámbitos que dirigen su actividad a la ayuda social. En este sentido, cuentan muchas veces con la inestimable ayuda de individuos que llegada la vejez ven un buen momento para darse a los demás y ocupan su tiempo con actividades sociales enmarcadas dentro de sus gustos, sus posibilidades y sus capacidades físicas en las que pueden, entre otras cosas, ofrecer sus conocimientos a otros y ayudar a la comunidad en la que viven. Todo este trabajo, redunda también en su beneficio, pues les permite conocer otras realidades, establecer vínculos afectivos con otras personas, sentirse realizados al transmitir su conocimiento y aprender de aquellos a los que ayudan.

La cultura coge fuerza

El amor por las letras es común en muchas personas. Tener una tarde relajada al abrigo de un libro es un placer que se disfruta aún más si es compartido, por lo que muchos mayores apuestan durante estos años por inscribirse en los diferentes clubs de lectura que pueblan la Región, como los doce de los que dispone la Red Municipal de Bibliotecas de Murcia (RMBM). En este sentido, realizan reuniones periódicas cada cierto tiempo que emplean para conversar y debatir sobre una determinada obra, que puede ser de géneros tan variados como la novela, el cómic, el teatro o la poesía, entre otros.

Por otro lado, la pintura es otro de esos hobbies olvidados que vuelven en estos años. Tanto para los que se adentran por primera vez en el arte como para los ya expertos, pintar puede ser un buen modo de disfrutar de la tranquilidad de esta etapa al mismo tiempo que se toma partido en una actividad que trabaja la mente, favorece la creatividad y la expresión artística y desarrolla la concentración y la motricidad fina.

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