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Un mar de lágrimas y un cariño sobrecogedor a dos ruedas: San Javier despide a Borja Gómez con el alma rota
Centenares de personas dan un emocionante último adiós por las calles de la ciudad al joven piloto de motociclismo, fallecido el pasado jueves en un trágico accidente
Con la piel de gallina, los ojos vidriosos a punto de romper a llorar y unos rostros destrozados que aún se preguntan cómo ha podido suceder. Esa es la dolorosa imagen que se vivió en la mañana de este martes en el centro del municipio de San Javier, que se convirtió en un último y cariñoso homenaje para el piloto Borja Gómez, fallecido el pasado jueves en un accidente de moto cuando competía en el Campeonato de Europa de stock 600 en el circuito francés de Magny-Cours.
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Familiares, amigos, compañeros y vecinos dieron su último adiós al joven deportista atravesados aún por un dolor que no remite a pesar del transcurso de los días e incontables preguntas que lastiman tanto o más: por qué él; por qué tan pronto, con solo 20 años; cómo pudo ocurrir...
Pasaban unos minutos de las 11.00 horas cuando los restos mortales de Borja Gómez salieron del tanatorio Rocamer de San Javier para poner rumbo a la parroquia del municipio. En la iglesia de San Francisco Javier esperaba una misa oficial para despedir al joven piloto, pero hasta allí ni Borja ni su familia llegaron solos. El coche fúnebre que trasladó al deportista fue escoltado por decenas de aficionados al motociclismo que quisieron acompañar al fallecido de la mejor forma posible: a bordo de las dos ruedas, la verdadera pasión del corredor de San Javier.
Durante la ofrenda, la pena y el dolor seguían retumbando, esta vez entre las cuatro paredes de una ermita que se quedó pequeña para mostrar el enorme cariño y respeto que toda una ciudad guarda y tendrá para siempre por su joven vecino, aquel al que vieron crecer encima de una moto y hacerse un campeón, aunque la vida le arrebatara sus premios demasiado pronto.
Al terminar la misa, en el exterior de la parroquia aguardaban amigos y aficionados a las dos ruedas que llevaron a cabo una sobrecogedora concentración a bordo de sus motos en la plaza de España de la localidad. Faltaban los últimos metros hasta el cementerio del municipio, los últimos instantes para demostrar el enorme cariño que se ganó Borja de los suyos, para despedirse por última vez de él.
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Numerosos vecinos a pie y una nutrida comitiva de moteros acompañaron al vehículo que transportaba el féretro del joven piloto, engalanado con numerosas coronas de flores en señal de afecto y respeto por el deportista, hasta el cementerio. Allí fue enterrado, en un ambiente que respiraba casi a partes iguales el dolor por lo sucedido y el amor por Borja Gómez.
En el acto estuvieron presentes autoridades como el presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, la consejera de Deportes, Turismo y Cultura, Carmen Conesa, el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo y el director general de Deportes de la Comunidad, Fran Sánchez. También acudió la piloto ceheginera Ana Carrasco.
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Ni el intenso calor se permitió el gusto de hacerse un hueco durante la jornada. El desconsuelo y el tormento, sobre todo de unos padres y dos hermanas que aún no entienden por qué no está Borja, fueron protagonistas de un día que quedará, desgraciadamente, guardado en la memoria y la retina de una familia rota y de unos amigos que jamás olvidarán a un gran deportista pero, sobre todo, a un chico extraordinario.
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